El Gobierno licita el acceso al Corredor Atlántico desde Vigo por 51 millones

La modernización de la vía convencional entre Redondela y Guillarei aumentará la fiabilidad y prestaciones

Es el primer contrato para renovar 23,5 kilómetros hasta Tui

Vía convencional de ferrocarril hacia Vigo a su paso por Louredo-Os Valos

Vía convencional de ferrocarril hacia Vigo a su paso por Louredo-Os Valos / Vïctor P. Currás

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

Después de la agitada llegada del AVE a Vigo la semana pasada, el Ministerio de Transportes pone el foco ahora en el tren convencional para seguir mejorando las conexiones ferroviarias de la ciudad. El Consejo de Ministros aprobará hoy un contrato de 51,2 millones de euros para la renovación de la vía existente entre Guillarei y Redondela, siendo éste el principal acceso del Corredor Atlántico de mercancías al Puerto de Vigo y la urbe.

El anuncio llega con varios meses de retraso –la licitación estaba prevista para el pasado año– pero servirá para poner en marcha la que será, por presupuesto, la mayor obra pública en la provincia al superar los 33 millones de la terminal ferroviaria de la Plisan. El proyecto abarcará los 23,5 kilómetros entre la parroquia tudense y la estación de Redondela, donde se comienza el ramal de conexión hasta Guixar. En la línea 810 se modernizará el trazado con la instalación de nuevas traviesas, balastro y desvíos de mayores prestaciones.

A su vez, se ampliará el gálibo de los túneles de Os Valos, Padrón, Pregal y Pedriña dotándolos de nuevos sistemas de protección civil y seguridad. Además de mejorar la capacidad y fiabilidad de la vía para el tráfico de viajeros y mercancías se dejará todo listo para la nueva electrificación a 25 kV frente a la de 3 kV actual.

La interinidad del Gobierno durante buena parte de 2023 y las dificultades técnicas del proyecto han repercutido también en sus costes. De los 30,721 millones de euros de precio de licitación se pasará a más de 50 millones, no estando el IVA incluido en la suma.

A cambio, la actuación se completará con un nuevo viaducto de 82 metros y tres vanos que sustituirá al actual sobre la carretera N-550, la renovación de una veintena de pasos inferiores y el refuerzo de terraplenes y desmontes de esta línea. A pesar de llevar desde 2013 sin ningún tipo de servicio, la estación de Louredo-Os Valos contará una remodelación de sus andenes.

Cortes en la línea

La autorización del Consejo de Ministros al Ministerio de Transportes y Movilidad Urbana supone la primera licitación en el área de Vigo desde la llegada de Óscar Puente al cargo. Fuentes de este organismo destacan que supone “un nuevo impulso al Corredor Atlántico en Galicia y la conexión con Portugal”, ya que estos 23,5 kilómetros forman parte del tronco común desde el Eje Atlántico hacia el sur y el este.

Los trabajos tienen una duración aproximada de 23 meses y supondrán, al igual que entre Ourense y Monforte de Lemos, el corte total de la vía. A su vez, esta actuación podrá ser cofinanciada por el Mecanismo “Conectar Europa” de la Unión Europea (CEF).

Junto a esta obra hay previstos al menos otros dos contratos en el mismo trazado. Para darle continuidad hasta el Puerto de Vigo y la estación de Guixar se lanzará un contrato similar, aunque en este caso es de 25,393 millones de euros para diez kilómetros y una duración de quince meses. El último es el relativo a la renovación total de la línea aérea de Vigo a Guillarei, donde la línea se bifurca hacia Ourense y Valença do Minho. En este caso el contrato es de 22 millones de euros y tendrá un año de duración.

Plan de 4.500 millones

La renovación entre Guillarei y Redondela será la primera obra de calado del Corredor Atlántico de mercancías en la provincia de Pontevedra. El pasado 16 de mayo el ministro Óscar Puente presentó las líneas maestras del Plan Director del mismo, comprometiéndose a invertir 4.561 millones de euros hasta el año 2030.

Esta infraestructura es más que la conexión ferroviaria por toda la cornisa oeste de la UE, pues también incluye carreteras y puertos y hasta navegación de cabotaje, pero el tren es la gran apuesta por ser un “pilar de la movilidad sostenible”, por lo que se llevará 3.355 millones de euros en los próximos seis años solo en su desarrollo en Galicia.

La línea del Miño inicia su modernización para dejar el viaje a Ourense en 60 minutos

El anuncio de esta licitación supone el primer paso para dejar el viaje en tren entre Vigo y Ourense en una hora. El Ministerio de Transportes incluye la actuación en el “plan de modernización” de la línea del Miño, donde la inversión ascenderá a 265 millones de euros sumando el ramal entre Guillarei y la frontera portuguesa. Este planteamiento fue anunciado tras la reunión del 30 de abril entre Óscar Puente y Abel Caballero, acordándose “la necesidad de mejora de la vieja línea con su electrificación y potenciación” para los tráficos de viajeros y mercancías. Dentro de su adecuación a los requisitos de fiabilidad y capacidad del Corredor Atlántico, el decimonónico trazado que discurre en paralelo al río podría rebajar en media hora sus mejores tiempos actuales.

Estas mejoras llegarían gracias al aumento de las velocidades máximas hasta los 160 km/h, el establecimiento de apartaderos para cruces de trenes en vía única y, muy especialmente, la Salida Sur ferroviaria de Vigo. El túnel de 15 kilómetros entre Urzáiz y Porriño reducirá en un cuarto de hora el rodeo actual por Redondela, que con dos paradas deja en 86 minutos el regional más rápido entre la primera y la tercera ciudad de Galicia.

corredor W

corredor W / Hugo Barreiro

La finalización del Corredor Atlántico en 2030 y la Salida Sur en 2032 servirían de alternativa al rodeo actual del AVE por Santiago, donde emplean 1:41 horas los trenes con parada en la capital y 85 minutos los que solo paran en Pontevedra y discurren por el by-pass de Conxo. La construcción de la variante de Cerdedo como línea “directa” entre Vigo y Ourense no estaría lista, en el mejor de los casos, hasta el 2042. Los últimos cálculos hace en 2017 cifraban en 3.100 millones de euros el coste de una compleja obra -el 80% del trazado en túneles y viaductos- que apenas reduciría a 55 minutos el viaje.

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