Los preparativos de la descarga fallida del “Karar”: “Van a ir cargadas hasta las orejas”

Las conversaciones captadas a Santórum y a otros acusados los días previos al abordaje se centran en lanchas, combustible o cómo eludir los controles del servicio marítimo de la Guardia Civil

Dos de las magistradas del tribunal, ante los numerosos tomos de la “macrocausa” del “Karar”

Dos de las magistradas del tribunal, ante los numerosos tomos de la “macrocausa” del “Karar” / Marta G. Brea

Marta Fontán

Marta Fontán

El 25 de abril de 2020 el “MV Karar” fue abordado con 3.824 kilos de cocaína en su interior valorados en más de 146 millones de euros. Y en los días previos a la exitosa operación policial, un dispositivo de grabación colocado por los agentes del Greco con autorización judicial en uno de los vehículos en los que se solían mover Juan Carlos Santórum y otros acusados, una furgoneta Citroën Berlingo, sacó a la luz conversaciones que, según los investigadores, evidencian los preparativos que la organización supuestamente liderada por el vilanovés ultimaba para salir al encuentro del buque en alta mar y llevar la droga en veloces embarcaciones hasta la costa. Los diálogos captados constatan, según la Policía Nacional, como se habla sobre lanchas, miles de litros de gasolina, teléfonos satelitales o de salir al mar para ir a buscar “tres siete” o “tres ocho”, lo que “coincide” con el abultado alijo que viajaba a bordo del “Karar”, que alcanzó las 3,8 toneladas.

En la sesión de ayer del juicio que se celebra en la “macrosala” de la Ciudad de la Justicia de Vigo continuó testificando el policía que centró la jornada del miércoles y de hecho no fue posible dar por concluida esta toma de declaración, ya que ni siquiera finalizó el interrogatorio del fiscal, por lo que este testigo deberá regresar el 12 de junio, jornada para la que se ha fijado la continuación de la “macrovista”. Al tiempo que intervenía el agente, se fueron escuchando en la sala parte de las conversaciones interceptadas en la Berlingo los días 21, 22 o 23 de abril, en las que se escucha a Santórum o a otros acusados como su cuñado Emilio Xosé R.C. o Braulio V.V. Durante esas jornadas los procesados se movieron por lugares como la nave de Vinquiño (Sanxenxo) que supuestamente usaban para “pertrechar” las embarcaciones rápidas con las que saldrían al mar y que ya “estaban preparadas” para dicha misión. La de “color rojo”, afirmó el testigo, ya tenía “los motores colocados” y otra también estaba en “buen estado”.

Repartirse "la mercancía"

“Van a ir cargadas hasta las orejas”, se escucha en dichas grabaciones, en las que, prosiguió el testigo, los acusados hablaban de la posibilidad de repartir “la mercancía” entre dos lanchas y de ir a buscarla a “60 millas” de la costa. Se refieren también en sus conversaciones de esos días clave, continuó explicando el policía, a la necesidad de estar atentos a los movimientos de los cuerpos y fuerzas de seguridad y concretamente que el día que saliesen debían controlar “el movimiento de las embarcaciones de la Guardia Civil”, de cara así a no tener problemas.

Uno de esos días, concretamente el 23 de abril, según la investigación, los acusados advirtieron que estarían siendo seguidos y vigilados por un vehículo camuflado de la UDYCO y supusieron que el coche de uno de ellos podía estar balizado. En las conversaciones reproducidas ayer en la sala de vistas se reflejaría como Santórum se da cuenta de esta circunstancia: son ellos “al cien por cien”. El policía del Greco que intervino ayer y el miércoles, el secretario del atestado policial, afirmó también como Santórum, al mismo tiempo que “ultimaba los preparativos” para recoger supuestamente la cocaína del “Karar”, se dedicaba también “a vender kilos” de droga “al por menor”.

Tras las tres sesiones de esta semana, en la que solo dio tiempo a escuchar a dos testigos, la vista continuará el 12 de junio. Al ritmo actual y con una previsión de tomar declaración a casi un centenar de testigos y peritos, al juicio le quedan muchas jornadas por delante.

Altavoces en un portátil para escuchar las grabaciones: “No se entiende nada de lo que dicen”

Como dice el refrán, “se juntó el hambre con las ganas de comer”. Las dos últimas sesiones del juicio se complicaron sobremanera por la dificultad para escuchar las conversaciones interceptadas a Juan Carlos Santórum y a otros acusados en los días previos al abordaje del “Karar”. A los problemas acústicos que viene sufriendo la “macrosala” de la Ciudad de la Justicia de Vigo desde su inauguración se unió en este caso la deficiente calidad de las grabaciones que se reprodujeron en el juicio: captadas con un dispositivo que los agentes del Greco colocaron en uno de los vehículos en los que se movían los procesados, el ruido ambiental como el propio del coche o el de música de fondo provocaron que fuese prácticamente imposible entender lo que se decía, más allá de palabras o pequeñas frases sueltas.

Esta cuestión obligó a suspender la vista a última hora de la mañana del miércoles y provocó que la sesión de ayer comenzase con casi dos horas y media de retraso ya que fue necesario hacer pruebas técnicas en la “macrosala” de Vigo y en otra de Pontevedra para comprobar en qué lugar había mejor calidad de sonido para reproducir las conversaciones con las garantías que exige un procedimiento judicial. Finalmente, la solución fue conectar unos altavoces a un ordenador portátil con el que la letrada de la Administración de Justicia se sentó ante el micrófono reservado para las declaraciones de acusados y testigos. Al tiempo que se iba reproduciendo la grabación, esta profesional iba repitiendo frase por frase y traduciendo del gallego al castellano –al menos una abogada es de fuera de Galicia– lo que en las mismas se decía, no sin dificultad y sin poder llegar a entender algunas de las frases pronunciadas en dichas conversaciones. “No se entiende nada”, dijeron varios abogados defensores, pero el tribunal zanjó que con la solución adoptada sí se podía comprender lo que hablaban los acusados, por lo que ordenaron continuar con el juicio.

Sobre esta cuestión, fuentes de la Consellería de Facenda e Administración Pública dicen que fue “la baja calidad del archivo de audio presentado como prueba en la vista lo que impidió que se escuchara”. Los técnicos intentaron reproducir el archivo con diferentes equipos en distintas salas de vistas “sin lograr la calidad adecuada”. “El problema de la mala calidad del sonido no reside ni en los dispositivos de reproducción ni en la infraestructura tecnológica de las salas”, concluyen.