El CSIC admite un “riesgo para la seguridad” en la sede del IEO y la rehabilitará por 4,5 millones

El proyecto, con 15 meses de plazo de ejecución, se centra en el inmueble principal; la nave de cultivos será objeto de otro contrato

La construcción lleva con la Inspección Técnica de Edificaciones suspendida desde el año 2014

Distintas imágenes del estado actual del Centro Oceanográfico de Vigo, en Cabo Estai.

Distintas imágenes del estado actual del Centro Oceanográfico de Vigo, en Cabo Estai. / FdV

Lara Graña

Lara Graña

Y llegó el día. Diez años después de los primeros estudios que certificaban la necesidad de acometer reformas, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha puesto en marcha el proyecto para la rehabilitación integral de la sede del Instituto Español de Oceanografía (IEO), ubicada en Cabo Estai. Un edificio inaugurado en el año 1986 y que presenta severos problemas estructurales, de aislamiento o de sus equipos de laboratorio, con filtraciones de agua o escapes de gases tóxicos que FARO ha denunciado desde febrero de 2023. En aquel momento, fuentes oficiales de la agencia de investigación –dependiente del Ministerio de Ciencia y Universidades– negaron que el estado de la construcción supusiese un riesgo para su plantilla. “La integridad de los trabajadores no está comprometida”, aseguraban. No es lo que admite ahora: “La necesidad de la rehabilitación del edificio principal es muy necesaria debido al deterioro significativo que ha experimentado la estructura. Este deterioro ha generado problemas estructurales que representan un riesgo para la seguridad del personal que trabaja en el edificio”, asume la memoria. De ahí esta actuación, que recibirá un presupuesto de 4,5 millones de euros y será independiente a la de la nave de cultivos, también del IEO, cuya licitación queda ahora pendiente.

“La falta de mantenimiento adecuado, la limitada ventilación en algunas áreas y la presencia de problemas de diseño que afectan la funcionalidad y seguridad del edificio”, prosigue el informe. En concreto, la inversión total asciende a 4.532.022,11 euros e incluye el coste de la redacción del proyecto y los honorarios de arquitectura. El diseño técnico, con las especificidades fijadas por el CSIC, deberá completarse en un plazo de cinco meses; para la ejecución de la obra se han delimitado otros diez meses “estimados”. No establece la documentación si los trabajos requerirán del traslado de personal, que sí será obligatorio para la nave de cultivos, que habrá de ser derribada por su estado “potencialmente peligroso”. En el centro de Vigo trabajan más de 120 personas. Que no solo padecen las humedades derivadas de la corrosión en la fachada, la falta de aislamiento o el mal estado de los ventanales, sino que padecen de fugas de gases, como también acepta ahora la institución, con riesgo para su salud. “Esta disposición originaria está causando problemas en la actualidad debido a que las instalaciones y conducciones de gases de los laboratorios pasan a través de despachos, existiendo fugas que pueden poner en peligro al personal de zonas administrativas”. “Todo huele a formol”, denunció un empleado a este periódico hace más de un año.

Un desgaste de estas características, con “completa degradación” en pilares de la estructura, no se produce de manera súbita ni es reciente. Ya en una auditoría energética realizada en 2010 se detectaron, también según el informe oficial, elevados consumos energéticos a causa del mal estado de la construcción. “No se tomaron medidas al respecto”. Y fue en 2014 cuando el edificio no superó el examen de Inspección Técnica de Edificaciones, una especie de ITV, y así se lo trasladó el Concello de Vigo al CSIC. Cuando este test es “desfavorable” es preceptivo realizar las actuaciones que corrijan las deficiencias; de lo contrario, el edificio no está bajo la normativa. Pero tampoco se hizo nada, desde el mes de diciembre de 2014, para remediarlo. En aquel informe de inspección–sellado por la arquitecta Susana Rodríguez Vázquez– “ya se exponían problemas de corrosión del acero de las armaduras de los pilares, deterioro de los forjados prefabricados y problemas derivados del estado de los paneles de fachada”, como advierte una auditoría realizada en marzo de 2023 y a la que ha tenido acceso FARO.

Suspenso

Es más, este último análisis ya determinó hace más de un año que el edificio principal no solo incumple las exigencias en materia de eficiencia energética, sino de habitabilidad. “Las condiciones de diseño, tanto de las fachadas como de las instalaciones, así como las constantes filtraciones de agua y aire, generan un incumplimiento de las exigencias de eficiencia energética de las normativas actuales – enumera–. Esto no se clasifica como daño, si no como incumplimiento legal que afecta al bienestar, habitabilidad y salubridad del usuario”.

Las obras se centrarán, grosso modo, en “mejorar la envolvente con criterios de eficiencia energética, sustituir las instalaciones obsoletas y realizar una pequeña redistribución de espacios”. Se reemplazará la fachada, que incorporará una cámara de aislamiento; también se mudará la cubierta y se acometerá un “refuerzo estructural” para remediar las “patologías” de la estructura. El proyecto incluye asimismo la “sustitución de las instalaciones de clima, instalación eléctrica, e instalaciones de gases” o la incorporación de falsos techos.

Irreverencia

Al científico Galileo Galilei se le atribuye la famosísima frase “Eppur si muove” (“y, sin embargo, se mueve”), que habría pronunciado tras haberse visto obligado a renegar públicamente de sus teorías para evitar el martillo de la Inquisición. Incluso para los más profanos en estas lides, como es mi caso, resulta sencillo –y merecido– reconocer que la ciencia ha sido siempre irreverente contra cualquier poder que negara la evidencia y el progreso que ello conlleva. Ser contestataria es parte de su esencia. Pero cuando la comodidad compra el silencio, la esencia de la ciencia se pierde. ¿O han visto ustedes a algún científico del IEO de Vigo acompañar a la denuncia de FARO sobre el deplorable estado del centro de Cabo Estai, como sí hicieron en los medios sus colegas de Murcia? A ver si va a ser que la autocomplacencia o el carnet de funcionario son los nuevos Torquemadas.

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