Vigo agota la oferta de pisos de alquiler tradicional por debajo de los 400 euros al mes

Las viviendas que hace 5 años se rentaban por esa cantidad cuestan hoy el doble

La cantidad de inmuebles disponibles en el mercado cae a mínimos históricos: poco más de 400

Las inmobiliarias, con lista de espera

Ciudadanos viendo anunciosde pisos en una inmobiliaria de Vigo.

Ciudadanos viendo anunciosde pisos en una inmobiliaria de Vigo. / MARTA G. BREA

Un piso de cincuenta metros cuadrados, con salón-cocina, habitación independiente, un baño y, con suerte, plaza de garaje. Este modelo de vivienda que se hizo famoso en la última década y que está pensado sobre todo para parejas o personas que viven solas se alquilaba hace unos cinco años a un precio medio de cuatrocientos euros en Vigo.

Ahora, los apartamentos de esas características han sido también víctimas del mercado: cuestan prácticamente el doble pese a ser de un tamaño reducido.Es más, actualmente ya no hay ningún inmueble disponible en alquiler en Vigo que se oferte por menos de cuatrocientos euros al mes.

Hasta hace poco había algún estudio de treinta metros que bajaba de ese precio, pero Vigo ya no cuenta con ninguna vivienda disponible en alquiler por cuatrocientos o menos. Y por la tendencia del mercado no parece que vayan a volver a esas cantidades. Es decir, no hay ningún piso que suponga únicamente el 30% de la nómina de alguien que por ejemplo cobre el salario mínimo, que ya prefiere buscar directamente una habitación en apartamento compartido, cuyo precio no obstante empieza ya también a dispararse.

Lo que más llama la atención con un simple vistazo a los anuncios del portal inmobiliario con más actividad de España, Idealista, es que ya incluso es difícil encontrar viviendas por menos de mil euros al mes, también en Vigo. No solo eso, sino el hecho de estar ubicadas en el centro o en los barrios ya apenas supone un indicador que influya en el precio: en O Calvario, As Travesas o Teis, los precios son muy similares a los del centro, con apenas cien euros de diferencia en pisos más o menos de las mismas características. Tampoco hay rastro ya de las clásicas “gangas” inmobiliarias, es decir, viviendas a precios considerablemente inferiores al del mercado y que vuelan en apenas unas horas. Todas siguen ya las reglas de las fluctuaciones actuales del arrendamiento.

La característica que más influye en el precio del alquiler son los metros cuadrados útiles del piso. Los más baratos precisamente son los estudios, que no tienen dormitorio y solo el baño cuenta con espacio propio. De apenas cuarenta metros, muchos solo de treinta, todavía se puede encontrar alguno por unos 600, aproximadamente. Las viviendas con tres habitaciones y una superficie superior a 100 m2 superan por regla general los 1.100 euros. Un ejemplo de estas últimas y que es paradigmático se encuentra en el entorno de la Plaza de la Industria, es decir, no precisamente en el centro, y la inmobiliaria lo anuncia por 1.200 al mes.

La ubicación del inmueble influye cada vez menos en el precio del arrendamiento

En algunos casos, los propietarios se han visto obligados a bajar el precio de forma sensible porque no los daban alquilado. Es más, hay pisos que llevan meses en el mercado y no han encontrado inquilino. Sin embargo, lo más habitual es que los inmuebles se adquieran en apenas unas horas. Es habitual ver un anuncio por la mañana y que por la tarde ya no esté. Y es que la demanda de pisos de alquiler es considerablemente superior a la oferta, y hay mucha gente buscando desesperada una vivienda hasta el punto de que las inmobiliarias tienen lista de espera. Pero el mercado sin embargo ofrece cada vez menos pisos para arrendar. Es más, actualmente apenas hay unos 415 disponibles en Vigo, lo que supone un mínimo histórico en la ciudad.

Uno de los principales motivos de la reducida oferta es, sin duda, el hecho de que muchos propietarios están pasando sus pisos al mercado del alquiler vacacional porque les sacan más beneficio que en el convencional y es un ámbito además mucho menos regulado. En las épocas de más afluencia en la ciudad, como navidades o verano, los precios de los pisos turísticos están por las nubes: si pueden sacar 2.000 euros por quince días, no lo van a poner en el mercado tradicional por mil al mes.

Los inquilinos claman por topar los arrendamientos

La ciudad y el sector inmobiliario debaten sobre la forma para facilitar el acceso a un hogar, una quimera para los bolsillos de muchos vecinos a pesar de ser un derecho constitucional. El Sindicato de Inquilinas de Vigo-Tui-Baixo Miño apuesta, entre otras medidas, por topar el coste del arrendamiento, solución amparada por la ley de vivienda estatal –en vigor desde finales del pasado mes de mayo–. También considera fundamental restringir la proliferación de las viviendas de uso turístico, que crecen a pasos agigantados en la ciudad, donde ya son más de 1.500.

La patronal, sin embargo, tiene una visión opuesta. La Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) lleva tiempo reiterando que la limitación del precio de los alquileres provocará un trasvase más acelerado de viviendas del mercado tradicional al vacacional o un incremento de propiedades vacías, movimientos que ya se están produciendo por la “inseguridad jurídica” que denuncian los propietarios.

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