Reconquista de Vigo 2024

El pueblo de Vigo jamás se da por vencido

La trigésima edición de la Reconquista, la más larga y grande hasta la fecha, llega a su fin con la expulsión de los franceses gracias a la comunión de cientos de vecinos y visitantes

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

La Reconquista de Vigo más grande y larga llega a su fin. Dieciséis días después de que las tropas de Napoleón ocuparan la Villa, decenas de milicianos y cientos de vecinos expulsaron a los franceses en el broche dorado de una fiesta que sigue sumando adeptos, atractivos y novedades. La conmemoración de esta gesta volvió a trasladar a las distintas calles y plazas del Casco Vello a 1809. El olor de las parrillas con distintas carnes y el sonido de las distintas muiñeiras cedieron el protagonismo en el centro de la ciudad a la representación, “la más multitudinaria de la historia”, según el alcalde Abel Caballero. La prolongación de la fiesta hacia Elduayen y la colocación de varias pantallas gigantes permitieron “oxigenar” a la muchedumbre. El regidor puso en valor cómo, al igual que hace 215 años, se dieron cita “gentes de todo Vigo y toda Galicia para luchar juntos”. Atrás quedan aquellas primeras ediciones con una decena de soldados franceses y una veintena de vigueses que sorprendían al resto de vecinos al cortar el tráfico en el entorno de la Alameda.

Además de los agradecimientos por parte de su presidente Pepe Fumega, la Asociación Veciñal e Cultural Casco Velo aprovechó para entregar un premio a Xerardo Feijóo, impulsor de la Reconquistiña que permite acercar esta fiesta a miles de escolares de la ciudad y que acaba de entregar el testigo en ello tras crearla en 2015. Este reconocimiento interno no sería el único en los prolegómenos de la gran obra coral. La directora artística de la misma, María Torres, recibía el distintivo como Miliciana de Honra –el segundo de la historia– y se presentaba como “una vecina de la villa orgullosa de serlo” y de presentarse así por todo el mundo a nivel personal y profesional. También habría espacio para las reivindicaciones. El presentador del acto, Carlos Veleiro, apuntó al alcalde “que hay que hacer más grande el local de la asociación vecinal porque hay que seguir creciendo”. Al mismo tiempo, decenas de efectivos del cuerpo de Bomberos de Vigo mostraban una enorme pancarta y repartían pegatinas denunciando la falta de efectivos y una situación laboral que padecen desde hace meses.

La representación de las distintas escenas en la taberna de Juana Rial que desencadenaron la rebelión viguesa elevó el listón respecto a los últimos años con más diálogos y personajes, así como un mayor dramatismo con Aurora, símbolo de las mujeres viguesas, como principal protagonista. “Salid a la calle, no dejéis que gobiernen por vosotras” proclamaba al tiempo que le cortaban los mechones de pelo y la encarcelaban.

Las mujeres con el ariete ante la puerta de Gamboa. |

La directora artística de la obra, María Torres, recibió el distintivo como Miliciana de Honra / Marta G. Brea

Carolo, Cachamuiña y el capitán Almeida como refuerzo desde Portugal se presentaron ante unos ciudadanos que, tras la bendición del Abad de Valladares, emprendió la ya tradicional “procesión” hacia la Puerta de Gamboa. Los acordes de la Marcha del Antiguo Reino de Galiza interpretado por decenas de gaiteiros al frente abrían paso a los héroes, milicianos y vecinos que portaban estandartes de distintas parroquias y poblaciones más allá del Vigo Vello. “Defensa”, “que non quede nin un” o “el pueblo de Vigo jamás será vencido” fueron algunos de los gritos.

Llegada de los héroes de la Reconquista al puerto.

Comitiva de gaiteros y vecinos por el Casco Vello / Marta G. Brea

Bajo la atenta mirada de cientos de personas en balcones y farolas, Carolo abrió la primera brecha en la muralla donde se resguardaban los 800 hombres del comandante Chalot antes de caer abatido. El ariete portado por las mujeres hizo el resto y la rendición gala fue casi inmediata. Pasadas las siete y veinte de la tarde, cautivo y desarmado, el ejército invasor capitulaba ante los refuerzos británicos que llegaron a los muelles de As Avenidas. La histórica fragata “Evangelina” embarcaba a los últimos heridos rumbo a la ría mientras las gaitas volvían a sonar para celebrar que dos semanas después, la invasión c’est fini. Entre vivas a la ciudad y el Casco Vello, todos quedaron emplazados a repetir el próximo año.

Vigo reconquista su tierra: astucia y orgullo para expulsar a las tropas de Napoléon

Marta G. Brea

Libertad y mucha fraternidad

Tras una mañana soleada y pese a la amenaza de las nubes, finalmente la metereología mantuvo la tregua otorgada desde el miércoles y miles de personas pudieron despedirse de la gran romería urbana de Galicia sin necesidad de paraguas. La afluencia fue notablemente inferior a la del sábado o incluso en ediciones anteriores, lo que se agradeció a la hora de intentar atravesar sus puntos neurálgicos –La Colegiata, Praza da Constitución o de Eduardo Chao– o de intentar pedir en los más de 200 puntos de comida y artesanía abiertos.

Representación de la expulsión de los franceses en la Reconquista de Vigo

Público asistente a la representación de la expulsión de los franceses en la Reconquista, con el alcalde Abel Caballero en primer término / Marta G. Brea

Entre A Laxe, O Berbés y Elduayen se escuchó hablar francés, portugués, inglés entre otros idiomas para certificar el crecimiento de esta tercera edición como Fiesta de Interés Turístico Nacional. Tampoco fueron pocos los habitantes de otros puntos de Galicia –especialmente del Eje Atlántico, que volvió a ver sus como sus frecuencias eran insuficientes– que se acercaron a descubrir el episodio de la primera liberación de una plaza ocupada por Napoleón durante la Guerra de Independencia.

Pero la Reconquista de Vigo, la misma que fundaron aquella treintena de locos hace treinta años, se ha convertido por derecho propio en la fiesta propia de la ciudad. La que marca las fechas en las que volver a casa para quienes trabajan fuera –con vuelos llenos en la operación retorno este sábado y domingo–, las visitas de los amigos que quieren conocer uno de los destinos de moda en todo el país o las reuniones de grupo. También la misma que exprime el ingenio y permite encontrar ropa del siglo XIX en nuestros armarios, siendo cada vez mayor el número de vecinos que decide sumergirse en la experiencia completa y se caracteriza como los campesinos y marineros de aquel Vigo primigenio que apenas abarcaba las parroquias de Santa María y Santiago, entre Isaac Peral y Torrecedeira. Si en aquel levantamiento fue clave el apoyo de los habitantes de Valladares, Tui o Caldelas, hoy sería imposible entender la ciudad o la fiesta sin la aportación de los vecinos de Teis, O Morrazo o cualquier nacionalidad.