Microvídeos que combaten el miedo en la enfermedad inflamatoria intestinal

La unidad especializada del Álvaro Cunqueiro mejoró el cumplimiento de los tratamientos por parte de estos pacientes crónicos con píldoras de información en su móvil

El equipo de la unidad de enfermedad inflamatoria intestinal del Chuvi. //

El equipo de la unidad de enfermedad inflamatoria intestinal del Chuvi. // / Alba Villar

Alrededor de dos mil pacientes del Área Sanitaria de Vigo están en seguimiento en su Unidad de Enfermedad Inflamatoria Intestinal. Son patologías de origen desconocido y en las que el sistema inmune ataca a las células sanas del tubo digestivo provocando diarrea y dolor abdominal. En la mayoría de los casos, los pacientes convivirán con ellas el resto de su vida, alternando crisis con periodos de inactividad. Pero si se toman la medicación pautada, mejora su pronóstico con un mejor control de los síntomas, con menos brotes, menos ingresos, menos cirugías... De ahí que los profesionales del Hospital Álvaro Cunqueiro pusieran todo su empeño para mejorar esta adherencia a los tratamientos farmacológicos. Junto al Centro de Investigación en Tecnologías de la Telecomunicación atlanTTic de la Univesidad de Vigo, desarrollaron un programa de microaprendizaje para pacientes con vídeos cortos que les enviaban al móvil. Los resultados fueron “muy satisfactorios”. No solo disminuyó el abandono de los medicamentos, sino que bajó la ansiedad y los pensamientos negativos relacionados con la enfermedad.

La coordinadora de la unidad, la doctora Luisa de Castro Parga, expuso los resultados recientemente, en el congreso europeo de la especialidad que tuvo lugar en Estocolmo. El proyecto, de tres años de duración, contaba con una beca estatal del Fondo de Investigaciones Sanitaria (FIS).

Diseñaron y grabaron unos vídeos de entre dos y tres minutos de duración sobre estas patologías –las más habituales son la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa–, sobre las bondades de la adherencia y sobre cada uno de los medicamentos que se podían pautar –por qué se le da, qué efectos puede tener, cómo son los controles...–. Los ingenieros diseñaron itinerarios dentro del programa para los pacientes en función de su patología y su terapia indicada. Reclutaron a 200 pacientes –51,5% mujeres con una edad media de 46 años–. Tras una evaluación previa y durante dos meses, se les remitieron una media de 6 vídeos a cada uno –1.226 en total–. Más de un 85% se los vieron todos. También recibieron preguntas y, en función de su respuesta, se reforzaba o no con un nuevo vídeo.

Al terminar, volvieron a medir los parámetros analizados antes del programa. La adherencia a la terapia subió del 70% a más del 80% de la muestra. ¿Por qué? La doctora Luisa de Castro considera que se debe a que “diminuyen lo miedos y temores de los pacientes sobre sus medicamentos”. Los fármacos que se les indican son, mayoritariamente, inmomoduladores. “Es un término que les preocupa siempre”, explica y señala que muchos tienen miedo de que les bajen las defensas o si tendrán muchos efectos secundarios. Como son enfermedades que suelen cursar por brotes, los pacientes son muy cumplidores con la medicación cuando tienen crisis, pero en largas temporadas sin síntomas pueden pensar que ya no los necesitan o que no les compensan. “Son necesarios porque su sistema inmune no está bien regulado y tenemos que actuar sobre él”, aclara y añade que están ampliamente demostrados los beneficios de seguir bien la pauta –tomar el 80% o más–. “Importa mucho el convencimiento del paciente de que es beneficioso”, asevera.

Un proyecto con continuidad

Este aprendizaje a base breves vídeos también mejoró de forma “significativa” el entendimiento de la enfermedad y, con ello, bajó la ansiedad y las emociones negativas relacionadas con ella. “A ellos les preocupa muco que sea transmisible directamente por genética [no, aunque haya predisposición, necesita un desencadenante externo]” señala y cuenta que también les tranquiliza saber qué hábitos les ayudan a controlarla.

Ahora quieren hacer una tarjeta con un código QR para que todos los pacientes puedan tener acceso a estos vídeos y continuar en la línea de empoderar al paciente con información y que la comunicación en las consultas sucesivas no sea unidireccional, sino que puedan entablar un diálogo con las preocupaciones y características particulares de cada paciente.

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