Tras los pasos de los “extraordinarios”

Los mejores alumnos de doctorado de la UVigo aportan su excelencia en el mundo académico y la empresa privada

De izquierda a derecha: Jesús Balado, Sara Abalde, Beatriz Míguez y Manuela E. Rodríguez (Meli Molita)

De izquierda a derecha: Jesús Balado, Sara Abalde, Beatriz Míguez y Manuela E. Rodríguez (Meli Molita) / Cedidas

Sandra Penelas

Sandra Penelas

Una tesis doctoral constituye una aportación original al conocimiento sobre una determinada cuestión, pero también supone un paso decisivo en la trayectoria académica y profesional de quienes le dedican varios años de su vida y muchas horas de esfuerzo y sacrificio. Cada año, la UVigo distingue a los mejores trabajos con sus premios extraordinarios, un mérito que con paso del tiempo permanece destacado en los currículos de muchos exalumnos que hoy son investigadores y profesores en las más destacadas universidades españolas e internacionales, magistrados en altos tribunales, o notables profesionales en todo tipo de sectores.

Más allá del reconocimiento al trabajo realizado, los premios extraordinarios suponen una ayuda a la hora de iniciar una carrera académica o enfrentarse a unas oposiciones. Y, aunque el perfil de un doctorado todavía no es valorado en el mercado laboral español como debería, cada vez son más las empresas que apuestan por estos profesionales que aportan un valor añadido no solo por su elevada formación y conocimiento, sino también por su capacidad crítica y de resolución de problemas.

Los premios extraordinarios de doctorado también ponen en evidencia cada curso que ellas superan en excelencia a sus compañeros. Ocho de cada diez de los galardonados este año eran mujeres. Una realidad que todavía no se refleja en los puestos de responsabilidad de los grupos de investigación y de las empresas.

Pero no hay duda de que hay avances. La viguesa Sara Abalde, que se doctoró en 2013, lidera un grupo en el INL de Braga y es la cofundadora, junto con su paisana y compañera Lorena Diéguez, de una start-up que quiere revolucionar la detección de la metástasis con un dispositivo de biopsia líquida.

Y Beatriz Míguez es un ejemplo de que tener un doctorado comienza a ser valorado en la industria. Consiguió trabajo en menos de un año y asegura que las herramientas adquiridas durante su formación le permiten afrontar con éxito los retos del día a día.


Jesús Balado Frías
Investigador “Ramón y Cajal” en la UVigo

“Está muy bien y da ánimos, pero no puedes dormirte”

Jesús Balado Frías

Jesús Balado Frías / Cedida

El ingeniero electrónico tudense no pudo recoger su distinción en 2020 porque desde el año anterior se encontraba en la Universidad Tecnológica de Delft haciendo una estancia postdoctoral con una beca de la Xunta. Le siguió otra en el Instituto de Ingeniería, Tecnología y Ciencia de Sistemas e Informática (INES TEC) de Oporto y hace un año regresó al grupo de Geotecnologías Aplicadas (GeoTech), donde había desarrollado una tesis sobre el tratamiento de nubes de puntos y láseres de escáner para una herramienta de cálculo de rutas para peatones.

“El premio extraordinario está muy bien y da ánimos, pero después hay que seguir esforzándose, presentándose a más premios y buscando colaboraciones o proyectos. Es un paso más en la carrera de investigación. No puedes dormirte porque, sin duda, es una carrera de fondo”, subraya.

Aún así, Jesús está convencido de que es un mérito que ayuda a conseguir proyectos y colaboraciones –”En tu ámbito se reconoce”, dice–, aunque no sabe hasta qué punto se valora en convocatorias como la Ramón y Cajal, en la que consiguió recientemente un contrato de cinco años. “En mi currículo está. Sé que los premios se tienen en cuenta, pero es cuestión del revisor”, plantea.

En esta nueva etapa de “más estabilidad, más sueldo y, por tanto, más tranquilidad”, Jesús podrá empezar a solicitar financiación para sus propios proyectos, enfocados al procesado de nubes de puntos LiDAR combinadas con Inteligencia artificial para diferentes aplicaciones en ingeniería civil o cartografía.

También da clases en la Escuela de Ingeniería de Minas y Energía y “siempre” anima a sus alumnos a perseguir la excelencia y las distinciones: “Tienen que estar motivados e interesados en lo que estudian. Y los premios ya vendrán de por sí. Pero si no tienes interés, si vas obligado a clases de una asignatura que no te gusta, pues no hay premio que lo consuele”. 


Sara Abalde Cela
Líder del grupo de dispositivos médicos en el INL de Braga

“Es el primer paso de una carrera difícil pero muy gratificante”

Sara Abalde Cela

Sara Abalde Cela / Cedida

Hace once años que defendió su tesis y hoy lidera su propio grupo de investigación en el Laboratorio Ibérico de Nanotecnología de Braga (INL), además de ser una de las cofundadoras de la start-up RUBYnanomed, que ha diseñado un revolucionario dispositivo de biopsia líquida capaz de detectar la metástasis un año antes que los métodos actuales. Y eso que tuvo sus dudas: “Cuando recibí el premio era estudiante postdoctoral en Cambridge y decidí acabar mi contrato antes de tiempo porque tenía morriña. Empecé a trabajar en Aimen, un centro fantástico, pero esos nueve meses me valieron para darme cuenta de que quería dedicarme a la investigación y volví”.

Una decisión de la que la viguesa Sara Abalde no se arrepiente: “He aprendido muchísimas cosas, sobre ciencia y sobre la vida, y me ha dado la oportunidad de viajar y conocer a personas de diferentes culturas y con diferentes formas de trabajar”.

“En las épocas más tempranas después del doctorado no tienes muchos méritos y el premio extraordinario ayuda mucho. Además de darte un impulso anímico porque la investigación es como una montaña rusa. Es el primer paso de una carrera difícil pero muy gratificante”, señala.

También considera que estas distinciones son colectivas: “Hay mucho esfuerzo, pero no es algo que sea mérito de una sola persona. Siempre tengo que agradecer el apoyo de mi supervisor, Luis Liz Marzán, y de todo el laboratorio. Y ahora que estoy del otro lado y que tengo mi equipo y mis estudiantes intento hacer lo mismo que ellos hicieron conmigo”.

Sara se ha puesto al frente del grupo del INL para que su antecesora y socia, la también viguesa Lorena Diéguez, pueda centrarse en la empresa, que en 2021 recibió 7 millones de la UE. “Estamos en un momento crucial, inmersas en el desarrollo del producto, y en los ensayos y certificaciones en Europa y en EE UU. Tenemos que conseguir otros 5 millones y hacer ensayos con un mayor número de pacientes que hasta ahora. Hemos aprendido mucho y junto con la otra cofundadora, Paulina Piairo, vamos equilibrando e intentamos empujar todo esto”, comenta.

Sara también lidera desde hace un año un rompedor proyecto europeo, 3D Secret, que reúne a instituciones y empresas de varios países, entre ellas, el grupo de David Posada en la UVigo, para incrementar el conocimiento sobre las células circulantes tumorales. “Estamos consiguiendo cosas muy bonitas y esperamos tener un impacto en el futuro de las pacientes con cáncer de mama”, confía.

Además, su grupo del INL de Braga también ha ampliado las líneas de acción iniciales y actualmente también tienen proyectos sobre el alzhéimer o enfermedades metabólicas, además de utilizar vesículas extracelulares como biomarcadores. 


Beatriz Míguez Alonso
Subdirección técnica e I+D en ALS LIFE SCIENCES

“Fue el broche final al esfuerzo y conseguí un trabajo que me apasiona”

Beatriz Míguez Alonso

Beatriz Míguez Alonso / Cedida

Estudió Ciencia y Tecnología de los Alimentos y, aunque le gustaba mucho el mundo académico, tenía claro que buscaría trabajo fuera de la universidad desde antes de acabar su doctorado en el grupo de Ingeniería Química del campus de Ourense. “La realidad es que es muy difícil conseguir un puesto estable. Y mis dos compañeras que también consiguieron el premio extraordinario el mismo año compartían esta visión, por eso hoy las tres estamos en empresas privadas. Y conocemos a gente que continuó y que tiene muchas dificultades. Es una pena porque son gente muy buena y muy válida”, lamenta.

Defendió su tesis sobre nuevos probióticos desarrollados partir de subproductos de la industria alimentaria y de maderas en 2021. Y, en menos de un año, con una convalecencia médica de por medio, consiguió trabajo en la sede de Santiago de ALS Life Sciences Spain.

“La tesis obtuvo el cum laude y el premio extraordinario fue el broche final a tanto esfuerzo y un orgullo. Y tengo la suerte de poder decir que conseguí un trabajo que me apasiona. Estoy muy contenta”, celebra.

La empresa realiza análisis microbiológicos y químicos en muestras alimentarias y medioambientales y la experta viguesa lleva a cabo estudios de vida útil en productos y validación de sus fechas de caducidad y consumo preferente. “La compañía tiene diferentes sedes en España y trabajamos en red como un único laboratorio. Es muy completo”, destaca.

“El premio extraordinario fue uno de los méritos que más resalté en mi currículo. Y sé que valoraron muy positivamente que tuviese un doctorado. Aunque la universidad y la empresa son dos campos distintos, adquieres herramientas que son perfectas para salvar el día a día. En mi caso, todas me son superútiles, desde la parte práctica en el laboratorio a la búsqueda de fuentes fiables o la elaboración de documentos. Incluso me han ayudado a utilizar muchos procesos dentro de la empresa”, subraya.


Manuela Elizabeth Rodríguez González - Meli Molita
Ilustradora y animadora audiovisual

“Constantemente poño en práctica cousas sobre as que teoricei ou estaban na tese”

Manuela Elizabeth Rodríguez González   Meli Molita

Manuela Elizabeth Rodríguez González - Meli Molita / Cedida

Doctora en Bellas Artes y con un máster en Libro Ilustrado y Animación Audiovisual, Manuela Elizabeth Rodríguez –Meli Molita– se dedica a la ilustración de libros y la animación desde Santiago, además de participar en proyectos como la exposición itinerante “As mulleres que nos levaron á Lúa” organizada por la UVigo para visibilizar el papel de las científicas o talleres para público infantil y adulto. Pero, desde que defendió su tesis en 2021 sobre la huella gráfica del boceto en la animación, la perspectiva analítica continúa muy presente en su día a día.

“Sempre fun de analizar moito os procesos artísticos e, despois da tese, a investigación é algo que me segue encantando. Non é que esté reflexionando sobre o que fago o 100% do tempo que estou debuxando, pero constantemente poño en práctica cousas sobre as que teoricei ou que estaban na miña tese. Agora mesmo teño moitísimo traballo de ilustración práctico. Estou nunha etapa de creación, pero neste tempo seguín facendo borradores para futuros artigos de investigación. É o camiño que estou percorrendo”, comenta.

Para ella, ser capaz de acabar la tesis ya es un premio de por sí, aunque reconoce que, ya desde la carrera, le gustaba fijarse objetivos para dar lo mejor de sí misma: “Senón o consegues non pasada nada, pero sempre intento facelo o mellor posible. Toda a tese foi moito traballo. Eu non fixen estancias no estranxeiro, que non é obrigatorio pero loxicamente puntúa moitísimo, pero presentei moitos artigos. E ao final recibes unha recompensa a todo ese esforzo”.

Manuela, nacida en Venezuela pero de familia ourensana, destaca que el tribunal que valoró su investigación le comentó que había sido capaz de explicar conocimientos de animación utilizando un lenguaje “asequible” y reivindica la investigación en el ámbito de las humanidades.

“A tese motivoume aínda máis para continuar divulgando a arte desde a perspectiva científica. A día de hoxe todavía me preguntan en broma que se analiza nun doutoramento de arte. Parece que as humanidades teñen menos importancia ou que non poden estar no campo da investigación cando non é así”, reivindica.

La ilustradora está convencida de que su etapa doctoral reforzó su capacidad analítica. “Reflexionei sobre outros artistas e sobre a miña propia obra e isto levoume a cuestionar moito todas as decisións que se toman no proceso de debuxar. E, polo que aprendín dos profesores e durante todo o doutoramento, considero que, sen esa etapa, habería como unha lagoa. Está claro que a miña evolución non sería da mesma maneira”, señala convencida. 

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