La concesión del parking de A Estrela que gestiona Zona Franca expira en dos años

El Consorcio licita su mantenimiento por 260.000 euros hasta marzo de 2026

Redacción

Marzo de 2026. Ese mes, dentro de dos años, expira la concesión portuaria de la Zona Franca para la gestión del parking subterráneo de Praza da Estrela, una de las mayores reservas de aparcamiento de todo el frente marítimo, con una localización estratégica al estar al lado de la Autoridad Portuaria, la delegación territorial de la Xunta, Aduanas y la Comandancia Naval. El Consorcio acaba de licitar precisamente el mantenimiento de la instalación solo hasta el fin de la concesión por un importe de 220.000 euros sin IVA (260.000 euros con los impuestos).

La Zona Franca y el Puerto, como ocurrió hace dos años con el parking de A Laxe, tendrán que volver a negociar si prorrogan o no dicha cesión. La del antiguo aparcamiento robotizado de A Laxe se extinguía en 2025 pero el Consejo de Administración del Puerto acordó ampliarla quince años a cambio de una inversión de 1,6 millones de euros que supuso su transformación en un parking convencional.

Esa ampliación supuso un paso más dentro del protocolo de colaboración suscrito entre ambas instituciones, gracias al cual el Puerto recuperó alrededor de 65.000 metros cuadrados de concesión en Bouzas con el objetivo de mejorar la competitividad de la factoría de Balaídos del Grupo Stellantis, principal cliente de la rada viguesa.

La propia Zona Franca, en los pliegos del concurso para el mantenimiento del A Estrela, reconoce que la vigencia de la concesión finaliza el 4 de marzo de 2026 “si perjuicio de que dicha concesión pueda ser renovada”. Pero no lo da por seguro: “Por este motivo, la duración del contrato objeto de este expediente estará en todo caso supeditada a la vigencia de dicha concesión”. “Se hace constar que la fecha de finalización del contrato en el supuesto de que la mencionada concesión no fuese renovada, coincidiría con la fecha fin de la concesión”, apunta. El origen de la concesión se remonta al convenio de Abrir Vigo al Mar de 1992, objeto de disputas durante años entre Puerto, Ayuntamiento y Zona Franca.