De común denominador a 'rara avis': las parejas pasan del régimen de gananciales

La mayoría elige la separación de bienes para “evitar incertidumbre”

Un fuerte desequilibro económico o convicción religiosa, detrás de la sociedad ganancial

Unos novios a la salida de una iglesia.

Unos novios a la salida de una iglesia. / FdV

Hablar de una hipotética separación cuando una pareja se va a casar no siempre es un buen presagio para el inicio del matrimonio; pese a ello, cada vez son más los cónyuges que optan por regular una separación de bienes por si esto llegase a ocurrir. Así lo han observado los notarios vigueses en el último ejercicio, cambiando la tónica habitual –y que por defecto marca la ley– sobre la preferencia del régimen de gananciales.

Este modelo se va quedando obsoleto con la incorporación de la mujer al mercado laboral y las capitulaciones matrimoniales sirven para cambiar el régimen económico, efectuar liquidaciones patrimoniales o de bienes anteriores. “Muchas parejas optan por evitar incertidumbres a la hora de dividir los bienes que hayan generado y se decantan por un pacto o convenio previo”, explica Jaime Romero Costas, notario de Vigo.

Si bien la preferencia por la separación de bienes se ha hecho más que notable, lo cierto es que todavía son muchos los casos donde los matrimonios mantienen el régimen de bienes gananciales, concretamente dos perfiles: cónyuges con un claro desequilibrio económico o por convicciones sociales o religiosas. “El régimen de gananciales sí se mantiene en los casos donde un miembro tenga un nivel económico menor o no tenga trabajo, al igual que en personas que por convicción social o religiosa deciden compartir todas las ganancias generadas por el matrimonio”, explica el profesional vigués.

Desde hace casi nueve años, los notarios pueden celebrar bodas y ya desde 2021 están autorizados también para tramitar los expedientes matrimoniales, hasta entonces competencia exclusiva del Registro Civil, con lo que el número de celebraciones se ha disparado por la demora en los plazos de estas instituciones judiciales. A nivel autonómico fueron más de 1.200 los expedientes tramitados por estos profesionales, mientras que en el año anterior no llegaron a los 900.

Liquidación de la sociedad

A nivel jurídico también hay una clara diferencia entre pactar antes del matrimonio la separación de bienes o mantenerse en gananciales. Y es que la liquidación de estas sociedades puede alargarse más que el propio divorcio. Los juzgados de Primera Instancia especializados en Familia de Vigo cuentan con procedimientos que se han dilatado hasta una década por las desavenencias en los ya ex cónyuges con respecto al valor de dichos bienes y propiedades.

Este proceso todavía puede enrocarse más al tener que solicitar desde estos órganos judiciales oficios a los bancos para saber lo que se ha abonado o no por cada parte. A ello se le suma también el papel del contador-partidor para la tasación de los bienes de la sociedad, que habitualmente es apelada por las tardes.

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