El ‘despertar’ del tercer siglo: el Mosteiro de Oia inicia una rehabilitación de 30 millones

La propiedad relanza el proyecto para un hotel de 76 habitaciones, restaurante y actividades culturales 300 años después de su última actuación constructiva

Demanda colaboración entre administraciones

Quiere ser palanca para la mejora de infraestructuras y servicios en la zona

Lara Graña

Lara Graña

A medio camino entre la historia y el destino. Entre el silencio de las piedras y la obstinación de un tesoro único que no quiere morirse. Así permanece el Mosteiro de Oia, entregado al manto intermitente del Atlántico, esperando su turno para volver. Con la oportunidad de despertar tras décadas de abandono gracias a la iniciativa del grupo empresarial que lo adquirió en el año 2004 –a cargo de la mercantil viguesa Residencial Monasterio de Oia SA, constituida por Juan Martínez (Vasco Gallega, Kaleido)– y que ha sorteado todo tipo de trámites y obstáculos para ofrecerle esta redención. Porque, ahora sí, la propiedad acaba de arrancar con un proyecto que convertirá esta infraestructura en un hotel “único” en la comunidad y que aspira a convertirla en una referencia lúdica y cultural, amén de una locomotora económica para el concello y su área.

“Hablamos de la mayor inversión en la historia de Oia y una de las mayores inversiones privadas en el patrimonio de Galicia en los últimos tiempos”, enfatiza su consejero delegado, Xoán Martínez. Tres siglos después de su última gran actuación arquitectónica, cuando el edificio se sometió a la tendencia barroca del siglo XVIII, el Mosteiro de Oia volverá a brillar con una inversión total estimada en 30 millones de euros. La iniciativa es colosal: son 57.000 metros cuadrados de terrenos, con 7.500 metros cuadrados construidos, un acueducto, dos palomares y una huerta monacal, convirtiéndose en un hotel que tendrá 76 habitaciones.

El Mosteiro de Oia inicia una rehabilitación de 30 millones

El Mosteiro de Oia inicia una rehabilitación de 30 millones / Rodríguez +Pintos Arquitectos

Quiso el destino, o quizás la historia, que esta construcción –único monasterio cisterciense a orillas del mar– tenga huellas también románicas (es del siglo XII) y renacentistas (s. XV). Cada una de ellas le fue imprimida cada 300 años, como recuerda el empresario. “Solo cada tres siglos la sociedad ha presenciado algo tan especial como el nacimiento de una nueva etapa. Nos ilusiona pensar que ahora se cumplen esos tres siglos, y que todos nosotros seremos testigos. Un momento histórico”.

El objetivo pasa por arrancar con las obras en marzo de 2024, en una primera fase que comprenderá la rehabilitación de la edificación actual, claustro, jardín ilustrado y patios. Esta recuperación incluirá la finca monacal, con unos 40.000 metros cuadrados de zonas verdes, con una huerta que otea el horizonte.

“El hotel será el primero en Galicia con sus características, hasta el punto de que creemos que será pionero en un nuevo tipo de turismo”, abunda el CEO de la empresa promotora. “Será un destino en sí mismo, un espacio relacionado con la cultura, su territorio y su gente; fomentando las estancias prolongadas de los que busquen una experiencia diferente”. Ninguno de los espacios abovedados o singulares se destinarán a habitaciones, a fin de maximizar el valor cultural y arquitectónico. De ahí que el proyecto incluya un museo, sala de conferencias, biblioteca o el propio claustro, con unos 2.000 metros cuadrados repartidos en diez estancias.

Este primer tramo de la actuación en el monasterio estará concluido, de cumplirse la hoja de ruta, en octubre de 2025. Pero hay dos fases más sobre la mesa. Vinculada a esa primera, se ampliará el Mosteiro finalizando la previsión de los monjes para la finca de los naranjos –se proyectó como un nuevo claustro en el siglo XVIII, pero no pudo llevarse a cabo–, se pondrá en valor la finca monacal con la recuperación de la huerta de los monjes, los palomares, manantial, lavadero y demás elementos etnográficos. En una tercera fase esta iniciativa prevé nuevas edificaciones, creación de un nuevo parque y nuevos estacionamientos para la acogida de visitantes de todo el ámbito. “Estamos convencidos de que serán un ejemplo de cómo actuar con respeto sobre el paisaje costero, y eso a pesar de que está en una zona urbana en la que no son necesarias legalmente esas cautelas”.

Recreación virtual del Mosteiro, vista aérea

Recreación virtual del Mosteiro, vista aérea / Rodríguez + Pintos Arquitectos

Para Xoán Martínez es vital no solo el entendimiento entre administraciones públicas, sino también con los vecinos. “La vida del Mosteiro se ha caracterizado por dar en buena medida la espalda al pueblo. La vida se vivía intramuros, y la relación de los vecinos se limitaba en su mayor parte a la gente que iba a trabajar en él. Nosotros buscamos otra relación. El desarrollar un proyecto como éste, que no afecta a ningún vecino, es un ejemplo de ello”. El nuevo monasterio, el del siglo XXI, aspira a actuar de dinamizador total en materia de empleo y para la mejora de infraestructuras básicas. A abrazar el futuro de Oia.

Y a desmentir aquello del filósofo Epícteto de que las piedras no sienten. Que estas, cansadas de un silencio impuesto por su historia, todavía no se han cansado de perseguir nuevo destino.

"Cualquier nuevo obstáculo podría ser el fin del proyecto"

Xoán Martínez Reboredo - CEO Residencial Monasterio de Oia SA

decoration

Se antoja complicado disimular el gusanillo en la mirada ante un proyecto así. A Xoán Martínez no le sale. Pero es que a su equipo, visiblemente emocionado, tampoco.

–¿Qué hacen hoy en el Mosteiro de Oia?

–En 2019 decidimos abrir las puertas del Mosteiro para compartir este increíble patrimonio y satisfacer la demanda de la ciudadanía, vecinos y peregrinos venidos de todo el mundo. Así se aseguró el acceso público por primera vez en más de 850 años. Desde entonces y hasta hoy hemos recibido a más de 35.000 personas, al mismo tiempo que protegemos el Mosteiro y sus actividades de un número excesivo de visitantes y todo lo que signifique un turismo masivo.

–¿Su grupo familiar siempre tuvo en perspectiva ejecutar un proyecto así, desde que adquirieron el monasterio en 2004?

–Sí, el proyecto siempre fue el mismo, convertir el Mosteiro de Oia en un hotel singular. En las diferentes etapas vividas la propuesta arquitectónica se fue ajustando a los requerimientos de las distintas administraciones públicas, pero la esencia del proyecto siempre fue la misma.

–¿Por qué un proyecto así, y pese a los distintos intentos de llevarlo a cabo, sigue en la carpeta del grupo? ¿Hay un componente sentimental?

–En primer lugar, porque pensamos que no hay mejor proyecto que el nuestro, que parte de la base de un enorme conocimiento del lugar y un equilibrio entre lo racional y lo emocional. En segundo lugar, el proyecto es respetuoso con la historia, el paisaje y el pueblo. Busca ser un destino en sí mismo por todo lo que le rodea, pero también por la cultura que esperamos poder promover y difundir. En tercer lugar, buscamos ser un referente demostrando que hay empresarios gallegos que creen en Galicia; invirtiendo en recuperar nuestro patrimonio y fomentar nuestra cultura. Nunca pensamos que nos fuéramos a encontrar con los problemas políticos y administrativos que vivimos, pero tenemos que lograr llevar el proyecto adelante por todo ello y creemos que estamos a punto de conseguirlo.

–Porque desde 2004 ha pasado mucho tiempo....

–Más allá de las características técnicas o numéricas del proyecto, creemos que una característica principal es la autoexigencia constante. A pesar de todos los años que llevamos preparando este momento, jamás se ha abandonado el rigor, nunca se han frenado los estudios y la búsqueda de conocimiento. La espera nunca ha sido un periodo de zozobra o de resignación, ha sido utilizada para más preparación, más conocimiento, más especialización, más unión del equipo, hasta crear una gran comunidad que comparte un mismo objetivo. Nuestro proyecto tiene como eje el desarrollo sostenible, desde todos sus puntos de vista: económico, cultural, social y por supuesto ambiental. Se percibirá en todos los sentidos, y los hechos hablarán por sí solos.

–¿Qué importe de respaldo público sería necesario para que cristalice este proyecto?

–En estos 19 años hemos movilizado más de 6 millones de euros, lo que incluye adquisición de propiedades y antiguas parcelas perteneciente al cenobio, intervenciones en cubiertas, aseguramiento de muros, o la musealización de los escritos de los presos en el periodo 1937-1939 entre otras actuaciones. Nunca hemos recibido apoyo público para ello. Actualmente hemos solicitado dos ayudas a una línea de la Xunta de Galicia basada en los Fondos Next Generation. De lograr las mismas, aseguraríamos gracias a ellas el inicio de la primera gran intervención. Sería un momento histórico dar continuidad a las grandes intervenciones del siglo XII, XV y XVIII, con esta en el XXI. Algo que solo consigue presenciar una generación cada tres siglos. Es algo tremendamente ilusionante.

–¿Confían en la colaboración entre administraciones para eliminar trabas burocráticas?

–Es difícil confiar tras lo vivido en 19 años, pero no hemos perdido la fe. Por un lado, estamos encantados con la respuesta estos últimos años del Concello de Oia y la Xunta de Galicia. El apoyo político y técnico actual nos anima enormemente; incluyendo la voluntad del Gobierno de España y particularmente de Costas del Estado, que analizarán el proyecto esperamos que ágil y favorablemente. Después de tantos años de preparación, consultas, y de haber atendido a todo lo que siempre se nos ha indicado, costaría entender que existan nuevos parones administrativos o nuevos cambios de opinión. Cualquier nuevo obstáculo podría suponer el fin del proyecto. Proyecto que, pensamos, hace país.

–¿Cuándo prevén empezar con las obras?

–Nuestra intención es empezar en el mes de marzo de 2024. Hemos iniciado la tramitación de la licencia de obras solicitando los informes sectoriales previos necesarios en materia de patrimonio cultural, protección de costa y aguas a las administraciones competentes: Xunta de Galicia y Administración General del Estado. Todas ellas deben dar su visto bueno al proyecto para que, a continuación, el Concello de Oia pueda conceder la licencia de obras. Es un proceso que, esperamos, esté resuelto sin retrasos con la colaboración de las distintas administraciones implicadas. Nada de lo que se presenta se ha hecho sin consenso previo, ya que cualquier retraso puede afectar al proyecto en su totalidad.

 

Suscríbete para seguir leyendo