A medio camino entre la historia y el destino. Entre el silencio de las piedras y la obstinación de un tesoro único que no quiere morirse. Así permanece el Mosteiro de Oia, entregado al manto intermitente del Atlántico, esperando su turno para volver. Con la oportunidad de despertar tras décadas de abandono gracias a la iniciativa del grupo empresarial que lo adquirió en el año 2004 –a cargo de la mercantil viguesa Residencial Monasterio de Oia SA, constituida por Juan Martínez (Vasco Gallega, Kaleido)– y que ha sorteado todo tipo de trámites y obstáculos para ofrecerle esta redención.
Representación virtual del patio de armas del Mosteiro de Oia
A medio camino entre la historia y el destino. Entre el silencio de las piedras y la obstinación de un tesoro único que no quiere morirse. Así permanece el Mosteiro de Oia, entregado al manto intermitente del Atlántico, esperando su turno para volver. Con la oportunidad de despertar tras décadas de abandono gracias a la iniciativa del grupo empresarial que lo adquirió en el año 2004 –a cargo de la mercantil viguesa Residencial Monasterio de Oia SA, constituida por Juan Martínez (Vasco Gallega, Kaleido)– y que ha sorteado todo tipo de trámites y obstáculos para ofrecerle esta redención.
El Mosteiro de Oia inicia una rehabilitación de 30 millones
A medio camino entre la historia y el destino. Entre el silencio de las piedras y la obstinación de un tesoro único que no quiere morirse. Así permanece el Mosteiro de Oia, entregado al manto intermitente del Atlántico, esperando su turno para volver. Con la oportunidad de despertar tras décadas de abandono gracias a la iniciativa del grupo empresarial que lo adquirió en el año 2004 –a cargo de la mercantil viguesa Residencial Monasterio de Oia SA, constituida por Juan Martínez (Vasco Gallega, Kaleido)– y que ha sorteado todo tipo de trámites y obstáculos para ofrecerle esta redención.
El Mosteiro de Oia inicia una rehabilitación de 30 millones
A medio camino entre la historia y el destino. Entre el silencio de las piedras y la obstinación de un tesoro único que no quiere morirse. Así permanece el Mosteiro de Oia, entregado al manto intermitente del Atlántico, esperando su turno para volver. Con la oportunidad de despertar tras décadas de abandono gracias a la iniciativa del grupo empresarial que lo adquirió en el año 2004 –a cargo de la mercantil viguesa Residencial Monasterio de Oia SA, constituida por Juan Martínez (Vasco Gallega, Kaleido)– y que ha sorteado todo tipo de trámites y obstáculos para ofrecerle esta redención.
El Mosteiro de Oia inicia una rehabilitación de 30 millones
A medio camino entre la historia y el destino. Entre el silencio de las piedras y la obstinación de un tesoro único que no quiere morirse. Así permanece el Mosteiro de Oia, entregado al manto intermitente del Atlántico, esperando su turno para volver. Con la oportunidad de despertar tras décadas de abandono gracias a la iniciativa del grupo empresarial que lo adquirió en el año 2004 –a cargo de la mercantil viguesa Residencial Monasterio de Oia SA, constituida por Juan Martínez (Vasco Gallega, Kaleido)– y que ha sorteado todo tipo de trámites y obstáculos para ofrecerle esta redención.
El Mosteiro de Oia inicia una rehabilitación de 30 millones
A medio camino entre la historia y el destino. Entre el silencio de las piedras y la obstinación de un tesoro único que no quiere morirse. Así permanece el Mosteiro de Oia, entregado al manto intermitente del Atlántico, esperando su turno para volver. Con la oportunidad de despertar tras décadas de abandono gracias a la iniciativa del grupo empresarial que lo adquirió en el año 2004 –a cargo de la mercantil viguesa Residencial Monasterio de Oia SA, constituida por Juan Martínez (Vasco Gallega, Kaleido)– y que ha sorteado todo tipo de trámites y obstáculos para ofrecerle esta redención.
Aspecto actual del espacio
A medio camino entre la historia y el destino. Entre el silencio de las piedras y la obstinación de un tesoro único que no quiere morirse. Así permanece el Mosteiro de Oia, entregado al manto intermitente del Atlántico, esperando su turno para volver. Con la oportunidad de despertar tras décadas de abandono gracias a la iniciativa del grupo empresarial que lo adquirió en el año 2004 –a cargo de la mercantil viguesa Residencial Monasterio de Oia SA, constituida por Juan Martínez (Vasco Gallega, Kaleido)– y que ha sorteado todo tipo de trámites y obstáculos para ofrecerle esta redención.
Recreación virtual del Mosteiro
A medio camino entre la historia y el destino. Entre el silencio de las piedras y la obstinación de un tesoro único que no quiere morirse. Así permanece el Mosteiro de Oia, entregado al manto intermitente del Atlántico, esperando su turno para volver. Con la oportunidad de despertar tras décadas de abandono gracias a la iniciativa del grupo empresarial que lo adquirió en el año 2004 –a cargo de la mercantil viguesa Residencial Monasterio de Oia SA, constituida por Juan Martínez (Vasco Gallega, Kaleido)– y que ha sorteado todo tipo de trámites y obstáculos para ofrecerle esta redención.
Representación virtual de espacios del Mosteiro de Oia, ejecutada por Rodríguez + Pintos Arquitectos
A medio camino entre la historia y el destino. Entre el silencio de las piedras y la obstinación de un tesoro único que no quiere morirse. Así permanece el Mosteiro de Oia, entregado al manto intermitente del Atlántico, esperando su turno para volver. Con la oportunidad de despertar tras décadas de abandono gracias a la iniciativa del grupo empresarial que lo adquirió en el año 2004 –a cargo de la mercantil viguesa Residencial Monasterio de Oia SA, constituida por Juan Martínez (Vasco Gallega, Kaleido)– y que ha sorteado todo tipo de trámites y obstáculos para ofrecerle esta redención.
Representación virtual de espacios del Mosteiro de Oia, ejecutada por Rodríguez + Pintos Arquitectos
A medio camino entre la historia y el destino. Entre el silencio de las piedras y la obstinación de un tesoro único que no quiere morirse. Así permanece el Mosteiro de Oia, entregado al manto intermitente del Atlántico, esperando su turno para volver. Con la oportunidad de despertar tras décadas de abandono gracias a la iniciativa del grupo empresarial que lo adquirió en el año 2004 –a cargo de la mercantil viguesa Residencial Monasterio de Oia SA, constituida por Juan Martínez (Vasco Gallega, Kaleido)– y que ha sorteado todo tipo de trámites y obstáculos para ofrecerle esta redención.
A medio camino entre la historia y el destino. Entre el silencio de las piedras y la obstinación de un tesoro único que no quiere morirse. Así permanece el Mosteiro de Oia, entregado al manto intermitente del Atlántico, esperando su turno para volver. Con la oportunidad de despertar tras décadas de abandono gracias a la iniciativa del grupo empresarial que lo adquirió en el año 2004 –a cargo de la mercantil viguesa Residencial Monasterio de Oia SA, constituida por Juan Martínez (Vasco Gallega, Kaleido)– y que ha sorteado todo tipo de trámites y obstáculos para ofrecerle esta redención.