El ambiente seco, soleado y estable de estos últimos días podría verse como un respiro después de semanas de fuertes borrascas. Sin embargo, para los vecinos afectados por las sucesivas trombas de agua que provocaron daños en viviendas por toda la ciudad, supone una carrera por conseguir un fontanero y un albañil que pongan en orden su casa. “Tenemos un aluvión de llamadas, todo el mundo quiere resolverlo ya. El último parte entró a principios de noviembre. En solo un mes el nivel de notificaciones por entrada de agua subió en torno a un 35%, respecto a un mes de lluvia normal. Y ahora nos vuelven a llamar porque la gente quiere aprovechar el buen tiempo, aunque se trate de trabajos rápidos”, explica el administrador de fincas Jorge Simini. “Estamos tratando de no agobiar a las empresas de reforma para que nos hagan los arreglos que se necesitan”.
Es tiempo propicio para las obras, porque ayuda al sellado y facilita el trabajo sin interrupciones y la gente lo sabe. “Estamos muy estresados. Es agobiante para nosotros porque sabemos que es difícil dar solución y es un problema que entre el agua. Si salen humedades no pasa nada, pero cuando empieza a caer agua es distinto”, aclara Simini que reconoce sentirse “bombardeado” porque “la gente te pide resultados y muchos casos no están en nuestra mano”. Desde el Colegio de Administradores de Fincas de Galicia (Coafga) secundan las palabras de Simini. “Estamos en plena resaca de lo que ha pasado. Tenemos muchísimo trabajo”. Y aclaran que todos los profesionales están volcados en gestionar con las compañías de seguros todas las incidencias.
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El consabido problema de falta de personal cualificado en Vigo, como fontaneros, está haciendo que la situación sea aún más acusada. “Aquí no se para. No podemos asumir todo el trabajo pendiente. Las compañías de seguros están desbordadas y nosotros, con la carga de trabajo que tenemos habitualmente, no podemos atender esas reformas directamente”, comentan desde la Fontanería Sito. “Siempre tenemos mucho trabajo y últimamente cada vez más, no hay profesionales”, afirman miembros del equipo de Fontanería Comesaña.
Otras empresas del sector manifiestan que ante la falta de mano de obra que resuelva “muchos seguros le pasan la pelota al cliente, que busca fontaneros y luego intenta pasar la factura al seguro para que se la abone”. Y que “han llamado particulares y ya hemos dicho que no es posible” acometer el arreglo.
Un callejón sin salida para quienes han visto como el agua entraba por sitios insospechados y los que sufren taponamientos en desagües. Es el caso de los inmuebles afectados por el corrimiento de tierra procedente de las obras del barrio de O Cura. “Hemos tenido el triple de partes que cualquier otro año en la misma época”, asegura el director de Correduría Atlántica, Emilio Sánchez. Como corredor de seguros sostiene que sus clientes tienen solución “porque trabajamos con las cuatro compañías aseguradoras más fuertes” y porque “nuestro cliente no son los bienes patrimoniales, sino las conservas y el transporte de pescado”.
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Pero, como afectado en inmuebles de su propiedad y que gestiona, reconoce que “aún tenemos varios bloques de cemento sujetando la tierra que entró en la terraza (procedente de las obras de O Cura), vino una técnica del Consorcio de Seguros, pero aún está sin solucionar”. Y subraya que las empresas responsables de las obras hicieron una “terraza levantando dos metros de tierra”, con la que se pretende evitar nuevos corrimientos.