Portugal acelera la inversión de 120 millones en infraestructuras para captar empresas del área

Antonio Costa inaugura una de las vías de alta capacidad planificadas para potenciar la conectividad desde sus polígonos industriales

La superficie de los ocho polígonos desde Valença hasta Oporto supera a la de la Plisan

El presidente del Gobierno de Portugal, Antonio Costa, en la inauguración de la nueva conexión de la A-3

El presidente del Gobierno de Portugal, Antonio Costa, en la inauguración de la nueva conexión de la A-3 / Infraestruturas de Portugal

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

La receta portuguesa para captar nuevas industrias era clara: ofrecer suelo, a buen precio y bien conectado. Cumplidas las dos primeras premisas, el gobierno del país vecino se lanza ahora a culminar el Programa de Valorização das Áreas Empresariais (PVEA) presentado en 2017 para mejorar la movilidad hacia los polígonos y captar nuevas inversiones y empresas. Solamente en el norte del país el ejecutivo de Antonio Costa tiene inversiones por 120 millones de euros que permitirán construir más de 40 kilómetros de vías de alta capacidad que comunican ocho áreas industriales con autovías. A ellos se suman otros 70 millones para cuatro actuaciones entre las regiones de Centro y Alentejo.

Durante su visita al norte del país Costa también elogió la actividad de Doureca, empresa del sector del automóvil que garantiza que “ningún coche en circulación por Europa no tenga al menos una pieza producida en Portugal” e inauguró las plantas de Zendal en Formariz–con 30 empleados– y la de Têxteis J.F. Almeida en Guimarães. De esta manera, las principales inversiones en nuevas empresas son en aquellos sectores en los que Galicia había despuntado en las últimas décadas. “Tuvimos muchos años en los que esta frontera fue un campo de batalla y acabó siendo una tierra de nadie. Nada justifica que continúe así” sentenciaba el mandatario portugués.

Actualmente ya están en marcha las obras en el nuevo nudo para el polígono de Fontiscos (en San Tirso, al norte de Oporto) para construir 6 kilómetros de vial y en enero arrancará la conexión entre el de Cabeça de Porca (Felgueiras, en el interior) y la A-11 con un coste de 12,45 millones de euros. Para un desarrollo posterior aún están pendientes las mejoras en los parques de Ribeirão y Lousado (al sur de Famalicão) y Lavagueiras (Castelo Paiva); contando con una inversión prevista de al menos 23 millones de euros. A ellos hay que sumar el vial de acceso al Avepark–Parque da Ciência e Tecnologia de Guimarães; para el cual la Cámara Municipal reclama cerca de 40 millones de euros que podrían llegar a través de los fondos europeos Next Generation.

Aunque el tamaño medio de estos polígonos en el norte del país es de unos 400.000 metros cuadrados, la suma de todos ellos (5,4 millones) superará a la superficie proyectada en la Plataforma Logística de Salvaterra y As Neves (Plisan). Destacan especialmente los dos ubicados al sur de Famalicão (más de 2,3 millones) y Cabeça de Porca (1,2 millones de metros cuadrados).

En paralelo a estas inversiones en carreteras, Infraestruturas de Portugal y otros organismos como la Administração dos Portos do Douro, Leixões e Viana do Castelo (APDL) han programado mejoras en los puertos y terminales logísticas para potenciar la intermodalidad entre los barcos –con mayor calado y capacidad– y trenes.

Competencia desleal

Esta competencia feroz para atraer nuevas inversiones no estuvo exenta de polémica. Según varias organizaciones sindicales con la federación de Industria de CC OO a la cabeza o patronales sectoriales, el país vecino habría hecho un ‘dumping’ ilegal que permitió captar a toda la industria auxiliar de la automoción, trasladando la actividad de la ribera sur del Lagares en Balaídos a la ribera sur del Miño.

Comisiones Obreras apuntaba a que hubo una base jurídica “más que suficiente” para llevar el caso a la Comisión Europea. ¿El motivo? Los ínfimos precios del suelo industrial, llegando a vender por un 1 euro el metro cuadrado en polígonos como el de Águeda para aquellos proyectos que fueran intensivos en mano de obra. “Iban a pérdidas” relataban a FARO las mismas fuentes aunque esta práctica no fue recurrida por ninguna administración, empresa o particular; algo que sí que ocurrió en contra de España.

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1) Infraestructuras pequeñas pero útiles

Las vías de alta capacidad programadas en el PVAE apenas superan los 40 kilómetros de longitud en todo el norte luso, pero suponen su enlace directo a la red que se ha desarrollado durante las dos últimas décadas.

2) Nuevas plantas en sectores clave

Las compañías auxiliares de sectores como el textil, el biomédico, la automoción o la madera han optado por los polígonos del norte luso para sus nuevas inversiones debido a su menor coste.

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