El ERTMS mejora la fiabilidad pero... ¿cómo reducir los tiempos de viaje en el Eje Atlántico?

El sistema de seguridad estrenado el miércoles ajustó los “colchones” entre paradas

Después de ocho años, la línea aún no está al 100%

Tren de Media Distancia en la estación de Vilagarcía de Arousa

Tren de Media Distancia en la estación de Vilagarcía de Arousa / M. MENDEZ

Víctor P. Currás

Víctor P. Currás

El Eje Atlántico de Alta Velocidad llega al siguiente nivel. La columna vertebral ferroviaria de Galicia estrenó el pasado miércoles el sistema ERTMS (European Rail Traffic Management System), permitiendo incrementar la fiabilidad y seguridad de los viajes en tren entre Vigo, A Coruña y Ourense. Esta infraestructura prevista para la inauguración de la línea en 2015 y aplazada a 2016, llega después de dos fases de pruebas repartidas abril y la última quincena de agosto.

El Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) licitó por 68,7 millones de euros su instalación y mantenimiento durante los próximos 20 años. Sin embargo, esta inversión no supondrá, pese a las promesas iniciales, una mejora en los tiempos de viaje entre las ciudades atlánticas.

Su puesta en funcionamiento ha permitido recuperar los “colchones” –márgenes ante imprevistos– que Renfe establece entre paradas, retomando así los tiempos de viaje oficiales a pesar de las deficiencias en la vía. De esta manera, Renfe ha reducido algunos trayectos intermedios (de 32 a 26 minutos en el Santiago-Coruña) mientras mantiene los globales. Aún así, los trenes están lejos de alcanzar su velocidad máxima en un trazado compuesto por variantes de la línea antigua y tramos reformados a partes iguales.

El siguiente paso clave será la instalación del Detector de Caídas de Objetos (DCO), que permitirá incrementar progresivamente la velocidad hasta los 250 km/h de velocidad de diseño, aunque apenas supondrían unos minutos para los trayectos más largos debido a la escasa separación entre paradas.

Este sistema presente en las líneas de Alta Velocidad estaría próximo a su adjudicación, aunque depende de la actividad del gobierno en funciones. Esa velocidad punta podría llegar gracias al desvío de los trenes de mercancías por la línea convencional –que no tiene alternativa al norte de Santiago y en varios tramos pontevedreses– o la migración del ancho de las vías del ibérico al internacional.

Una línea por acabar

Para una etapa posterior quedaría pendiente la culminación del equivalente ferroviario a la AP-9 con el tramo entre Ferrol y A Coruña y la prolongación hasta la frontera lusa desde Vigo. El primero fue descartado por el elevado número de alegaciones presentadas al trazado –récord a nivel nacional– por lo que se limitará a pequeñas variantes, un by-pass en Betanzos y una nueva electrificación.

El segundo, pieza angular de la línea de Alta Velocidad que unirá Galicia con Oporto y Lisboa la próxima década, depende de la Salida Sur Ferroviaria de Vigo. El estudio informativo fue ay sus trabajos y exposición pública concluirán a finales de 2024 para poder iniciar las obras dos años después. Este túnel convertirá en pasante la estación de Urzáiz y conectará con la línea convencional actual en As Gándaras. Esta obra valorada en unos 600 millones de euros sería clave para que Renfe e Iryo puedan comenzar a operar trenes directos entre las ciudades gallegas, Oporto y Lisboa esta década.