Un mar de retos en Praza da Estrela

La economía gallega, y singularmente la de Pontevedra, es netamente exportadora. Y, en ella, el puerto de Vigo juega un papel determinante. A saber, de los más de 13.000 millones facturados en el exterior al año por la industria provincial, más del 40% se expiden por vía marítima. Por eso la gestión de una entidad como la Autoridad Portuaria de Vigo, que ahora le será encomendada a Carlos Botana Lagarón, trasciende a los dominios que se alcanzar a avistar desde Praza da Estrela. Consolidada la terminal de Bouzas como tercera de España en salida de vehículos –200.332 unidades hasta abril, pese a las paradas en Stellantis Vigo–, líder en pesca y con un hinterland al alza, el sucesor de Jesús Vázquez Almuiña tiene múltiples retos por delante como presidente.

La terminal de contenedores de Guixar dispone de algo más de 179.202 metros cuadrados brutos de superficie. Tiene posibilidades finitas, de ahí el proceso de reordenación de espacios para alcanzar los en torno a 35.000 metros adicionales que la logística ha determinado que necesita para asumir nuevos tráficos y no alcanzar un nivel de saturación. El traslado del PIF (Puerto de Inspección Fronteriza) y la demolición de los silos de Tudela Veguín –reemplazados por otros dos en el área de Areal– forman parte de este proceso, todavía en marcha. El Puerto arañó un terreno a la antigua concesión de Vulcano y ha habilitado otros para contenedores junto a las vías del tren, también en Teis. El desarrollo de la terminal ferroviaria en la Plisan, con más de 23.000 m2 para contenedores, ayudará a reducir la saturación y a habilitar el polígono como verdadero puerto seco.

La terminal ferroviaria de la Plisan tendrá cinco vías y 23.000 m² para contenedores

La llegada de Hijos de Carlos Albo espabiló del letargo al polígono de Salvaterra - As Neves, promovido por Puerto, Xunta y Zona Franca. Con hasta cuatro millones de metros cuadrados disponibles –está en desarrollo, pendiente de una urbanización–, ha captado a la también conservera Frinsa –segunda de España por facturación, la farmacéutica Lonza Biologics, Beta Implants y Gainser. Debe apuntalarse como infraestructura complementaria y de crecimiento.

La dársena de Trasatlánticos tiene prevista la escala de tres buques hasta lo que queda de mes de junio: los habituales Celebrity Silhouette, Aurora y Ventura. El turismo marítimo es un mercado en fuerte crecimiento –con buques de gran porte y cruceros de mediana eslora, de exploración (con menos pasajeros pero de mayor poder adquisitivo )–, que el puerto de Vigo no ha aprovechado. Las cifras de cruceristas están muy lejos del récord alcanzado en 2011, cuando desembarcaron en la ciudad 253.637. El pasado ejercicio fueron 173.220, de acuerdo a la estadística de Puertos del Estado, no comparable con el ejercicio anterior por impacto del COVID. Entre enero y abril se registró un descenso interanual del 2%, con 34.342 cruceristas. Las estrategias incisivas de los puertos de A Coruña y, sobre todo, de Leixões (Matosinhos), obligan a nuevas acciones en este ámbito.

Es una tarea en la que Praza da Estrela ha avanzado, pero a la que le quedan capítulos por escribir. La apertura del tramo entre A Laxe y O Berbés ha extendido la senda ciclopeatonal del puerto hasta los tres kilómetros de largo; falta más de la mitad –hasta los 7,5– para extender esta vía de Areal a Bouzas. Iniciativas como Peiraos do Solpor –pantalanes hacia el mar en Bouzas– o el visor submarino Nautilus caminan hacia esa conexión entre la vida ordinaria del puerto con los ciudadanos, amén de visibilizar la riqueza de la ría y promover acciones de sostenibilidad. En una carpeta está, al menos de momento, la iniciativa impulsada por el expresidente Enrique López Veiga de crear un mirador sobre el extremo del espigón del Náutico desde el que se pueda ver y hasta tocar el mar. Un puntal más para esa convergencia puerto-ciudad para poner en valor, de paso, un emplazamiento que en Praza da Estrela consideran que está “desaprovechado”. Lo mismo sucede con las naves del recinto de Trasatlánticos, infrautilizadas.

El comercio marítimo mundial crecerá por encima del 2% anual durante el próximo lustro, de acuerdo a las previsiones de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, por sus siglas en inglés). Es un potencial a aprovechar por parte del puerto, como actor de extrema relevancia en la economía de toda Galicia. En noviembre de 2011, la naviera CMA-CGM arrebató a Maersk uno de los tráficos marítimos de mayor potencial de carga: el frutero. La consolidación de estas líneas reforzará la competitividad de la dársena de Guixar. Otra vía a cristalizar es la conexión marítima entre Vigo y Reino Unido por ferri, que la ciudad perdió hace más de 40 años y que experimentó iniciativas frustradas en 1999, 2007 y 2019. La última intentona viguesa fue impulsada por Atlantic Ferry Line, la sociedad capitaneada por el grupo naviero Nosa Terra y la consignataria Incargo Galicia en alianza con la armadora italiana Grimaldi Holding. En paralelo a este impasse olívico, la naviera Brittany Ferries confirmó su interés en abrir esta ruta con Oporto. Y en Portugal debe tener la vista puesta el equipo de Botana, porque Leixões ampliará su terminal de contenedores con 152.000 metros cuadrados más – diseñada para acoger a grandes portacontenedores, ya que ahora no se lo permite el calado ni la longitud de los muelles–con una dársena Ro-Ro.

Las relaciones entre Praza da Estrela y Praza do Rei están muy lejos de ser, siquiera, cordiales. Los marcados perfiles políticos de los predecesores en la presidencia de la Autoridad Portuaria alejaron cualquier viso de entendimiento entre ambas administraciones. El defendido talante conciliador de Botana Lagarón, como así lo consideran todos los actores consultados que participan de la actividad del puerto de Vigo, será crucial para este acercamiento.

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