Entrevista | James Rhodes Pianista

“Un concurso con tanto talento internacional me produce orgullo como gallego de adopción”

Presenta el viernes el concierto inaugural del Ciudad de Vigo

Autorretrato deJames Rhodes.

Autorretrato deJames Rhodes. / A. Blasco

No hay que “ir en traje ni saber cómo y cuándo aplaudir”. “Solo se necesitan dos orejas y ya está”, destaca James Rhodes para animar a la gente a aprovechar la “oportunidad tremenda” de disfrutar de los conciertos que, desde este fin de semana, se sucederán en Vigo en el marco del VII Concurso Internacional de Piano Ciudad de Vigo. Él se encargará de presentar la jornada inaugural, el viernes, a las 22.30 horas, en el Auditorio Martín Códax –conservatorio superior–, con las actuaciones de Peter Donohoe y la ganadora de la pasada edición, Siana Cooper. La competición se extenderá hasta el martes y James se quedará el fin de semana para escuchar a los concursantes, “explorar, sacar fotos y comer, comer y comer”. “Qué lujo estar en el público y no en el escenario”, admite.

–Calificó el concurso como ”incrible internacional y culturalmente fascinante”. ¿Por qué?¿Qué es lo que le llama la atención?

–Primero, porque es en Galicia. Normalmente, la gente pensaría que es en Madrid o Barcelona, pero tener algo así, con tanto talento, tan internacional me produce un orgullo tremendo como gallego de adopción. También hay un nivel de talento alto en el jurado. Está Marta Argerich [en ediciones anteriores], no hay nadie mejor en el mundo.

–Esta séptima edición del concurso ha recibido más de 200 inscripciones desde 40 países. ¿Qué es lo que cree que les atrae?

–Hay un montón de cosas. Tristemente, es muy difícil conseguir una carrera como músico sin participar en concursos. La inmensa mayoría de los estudiantes tienen que intentarlo con todos los que pueden. Es algo maravilloso porque tiene muchos beneficios: aprendes un montón de piezas nuevas, lidias con tocar en directo sobre el escenario y también tiene un elemento social. Ser músico, y un pianista incluso más porque no estás en una orquesta, te hace estar bastante aislado. Cuando estás en un ámbito lleno de perroflautas es algo muy lindo. También, obviamente, por los premios.

–¿Usted participó en muchos?

–-No. No toqué una sola tecla entre los 18 y los 28 años. Lo hice todo al revés y, con mucha suerte, conseguí una carrera sin concursos ni nada.

–¿Le da pena haberse saltado esa etapa?

–Es un arma de doble filo. Hay un nivel de presión, de críticas, de tiquismiquis tan elevado... No sé si yo tendría los recursos emocionales para lidiar con ello. Pero los beneficios son tremendos. Ganas mucho repertorio y puedes tocar mejor técnicamente.

–Pone a prueba la salud mental.   

–Seguro. No he encontrado aún un solo músico que pueda decidir después de un concierto que está encantado. Si hay una sola nota con dos gramos más de peso con un solo dedo, ha estropeado el concierto total. Hay un montón de presión. Pero eso es el trabajo, no creo que sea tan distinto de cualquier otro. Si quieres ser el mejor siempre estás trabajando. Yo ensayo tres, cuatro o cinco horas para mejorar, mejorar, mejorar.

–Reclamaba el otro día en Twitter más apoyo del Concello de Vigo para el concurso. ¿Cree que la música clásica, en general, necesita más respaldo de la Administración?

–Obviamente. Si puedes mostrarme una sola persona que diga lo contrario, sería un puto milagro. Pero no solo en la música clásica, en la cultura y chimpún. Me da algo pensar que el presupuesto desde la oficina de Abel [Caballero] para este concurso tan bien organizado, tan internacional y con un talento tan grande es de menos de 10.000 pavos. Mientras, gasta 1,2 millones en luces de Navidad. Pues genial, pero hay que equilibrar un poquito. Si no vienes de una familia con pasta, no vas a tocar el piano, violonchelo o violín, no vas a escuchar en directo una orquesta. Es un lujo y debe ser un derecho fundamental. Y por eso es incluso más importante apoyar cosas así. ¿Cuántos Sabina, Serrat, Pau Casals o Marta Argerich hay en este país y no tienen ni idea del talento que poseen porque no tienen las herramientas para descubrirlo? Me quedé un poco triste porque Abel no me contestó y me cae bastante bien. .

–Acaba de sacar un nuevo disco, Vitamina C. ¿En qué momento artístico cree que está?

–Creo que siempre estoy en el mismo sitio: intentar con todas mis fuerzas mejorar. El día que no sea así, me jubilo. Estoy haciendo muchas cosas más allá del piano, con fotografía, escribiendo cosas y tengo una nueva aplicación para responder a esta cultura tóxica de Twitter, Instagram… Es algo mucho más bonito. No hay me gustas, no hay mensajes internos, no hay política, no hay opiniones de mierda ni rifirrafes…. Se llama The Daily Muse y es muy dulce. Cada día tienes un párrafo sobre un poema de Rosalía, una pintura de Goya... Y, si quieres, escribes reflexiones de forma pública o privada.

–¿Necesitaba algo así? Veo que intentó estar fuera de Twitter una temporada, pero volvió. Es una relación extraña la que tenemos con las redes.

–Es muy extraño. Necesito Twitter para promover, para hablar de conciertos, de libros, de fotos y para compartir cosas bonitas. Pero es que me encuentro en un momento, y seguro que no soy el único, donde lo que sea que tuiteo las respuestas son mensajes de odio fuera de toda proporción. Ahora estoy lidiando con ello mucho mejor, pero me cuesta. Hace cinco años era mucho más divertido. Entiendo las razones. Me he involucrado en política para conseguir la ley de infancia y piensan “este gilipollas””, “rojo de mierda”, “el perro de Sánchez”... Y no es verdad, pero vale la pena porque hemos conseguido la ley. Ahora tengo más recursos. Me siento, algunos días al menos, más fuerte.

–¿Y qué tal sienta eso de que una ley lleve su nombre?

–Un poco incómodo, porque ha habido un montón de gente y ONGs involucradas durante mucho más tiempo que yo. Yo simplemente abrí las puertas hacia la Moncloa. Y fueron tres años de hablar de forma muy pública, muy abierta, sobre cosas muy personales de las que realmente no quiero hablar, porque es la única manera de conseguir algo. Los niños para los políticos son invisibles, no votan. Pensaba que sería bastante sencillo, pero tristemente tardamos mucho en conseguirlo. Claro que es un honor que lleve mi nombre, pero es un poco injusto. Yo nunca la llamaré así.

–Se van a cumplir dos años desde que entró en vigor. ¿Ve las mejoras que ha introducido?

–Casi cada día recibo mensajes o correos de gente a la que ha ayudado un montón. No solo con cosas como la prescripción, que es para mí lo más importante En cada escuela del país, ahora, hay alguien para el tema de abusos y los jueces también tienen que actuar de manera muy distinta. Si, por ejemplo, tienes una niña con ocho añitos que tiene que dar pruebas abiertamente cinco o seis veces con la policía, profes, jueces, abogados, médicos… Es realmente espantoso. Y ahora es de una sola vez y ya está. Mucho más apoyo, mucha más protecciones. Ahora todo se trata de cómo proteger a las víctimas. Naciones Unidas dice que España, con esta ley, es el país número uno del mundo en protección de la infancia. Aún así, algunos políticos votan en contra. Deep Spain, ¡cómo te amo!

–También ama mucho a Galicia. ¿Cómo ha surgido ese vínculo especial?

–Desde el minuto uno, me ha enganchado, ha secuestrado mi corazón. Mi mejor amigo, mi padrino, es de Galicia. Tamar Novas. Es una de las primeras personas que he conocido aquí en España. Llegué con tres maletas, cuatro palabras de castellano y un solo amigo. Y en dos semanas encontré a Tamar y más majo no puede ser, el puto amo, un dulce de leche. Es de Santiago. Si estoy en una racha mala con mis demonios, me voy a Muros, paso tres o cuatro días allí, al lado del mar, andando por Carnota y comiendo cosas que no existen en Inglaterra y me siento como tras tres semanas de vacaciones. Es un milagro. Y la gente. Y el idioma. Me da escalofríos solo hablar de Galicia y ojalá un día tenga un piso ahí, al lado del mar, con el perro, con mi mujer, con mi piano. Se vive mejor ahí, ¿no? Para mí es el sitio más bonito del mundo.

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Viernes 28: Concierto inaugural

A las 22.30 horas, en el Auditorio Martín Códax (Conservatorio Superior de Música de Vigo)

Concierto de Peter Donohoe y la ganadora de la sexta edición del certamen, Diana Cooper.

Sábado 29 y domingo 30: segunda ronda

Desde las 11 horas, por la mañana y a partir del as 16 horas, por la tarde.

Lunes 1: semifinal

A partir de las 10 horas, por la mañana y de las 16 horas, por la tarde

Martes 2: gran final

A las 17 horas, en el auditorio municipal (Praza do Rei)

El ganador será seleccionado por un jurado presidido por el pianista , director artístico y fundador del certamen, Pablo Galdo. Lo completan Cyprien Katsaris, Olli Mustonen, Akiko Ebi, Barry Douglas, Idil Biret y Peter Donohoe.

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Son necesarias para el concierto inaugural y la gran final. Se pueden adquirir en la plataforma www.ticketrona.com o eventbrite.es

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