Biólogos de la UVigo constatan la buena salud de la población de tortugas de Corrubedo

El grupo liderado por Adolfo Cordero reintrodujo la especie hace 20 años y ahora realiza un informe de seguimiento para la Xunta que incluye datos de supervivencia y análisis genéticos

El primer ejemplar nacido en el parque natural de Corrubedo en 2012 en la charca de Olveira.

El primer ejemplar nacido en el parque natural de Corrubedo en 2012 en la charca de Olveira. / Cedida

Sandra Penelas

Sandra Penelas

Las citas más antiguas de su presencia en Galicia datan del siglo XIX, pero el galápago europeo o sapoconcho llegó a nuestros días relegado a unas pocas zonas del sur de las provincias de Pontevedra y Ourense –Gándaras de Budiño y los ríos Avia y Arnoia–. La lista se completa con el parque natural de Corrubedo, donde biólogos de la UVigo reintrodujeron la especie Emys orbicularis hace casi 20 años. Y el experimento ha resultado ser un éxito. Los expertos, que han regresado ahora a la zona para elaborar un informe de seguimiento, constatan el buen estado de salud de una población “en expansión”.

“Llevamos los primeros especímenes procedentes de las Gándaras de Budiño en 2004 y 2006 a la charca de Olveira y la verdad es que está yendo todo muy bien. Fue un test para saber si sería posible reintroducirla y llevábamos varios años sin hacer trabajo de campo aquí. Pero estoy sorprendido porque se han reproducido muchísimo. Ha sido muy agradable. Calculo que habrá entre 30 y 40”, celebraba desde Corrubedo estos días el catedrático Adolfo Cordero, responsable del grupo de Ecología Evolutiva y de la Conservación (EcoEvo).

Biólogos de la UVigo constatan la buena salud de la población de tortugas de Corrubedo

La charca de Olveira, en el parque natural de Corrubedo. / Cedida

Los biólogos de la UVigo, que ya estuvieron muestreando la zona el pasado otoño, elaboran un informe de seguimiento para la Xunta que entregarán en junio y que incluirá un análisis de la situación actual y de su supervivencia, así como un análisis genético.

Los ejemplares de Emys orbicularis, la única especie de tortuga de agua dulce presente en Galicia, se encuentran, al menos, en Olveira y en otra charca. “Olveira es artificial. Era una zona de extracción de arena y arcilla que se restauró hace unos 40 años. Su clima y sus condiciones le van muy bien al sapoconcho. Y su hábitat actual también incluye muchas especies de libélulas, anfibios, aves, insectos y plantas acuáticas”, explica Cordero.

Ejemplar de sapoconcho en Corrubedo.

Ejemplar de sapoconcho en Corrubedo. / Cedida

Las referencias históricas del galápago lo sitúan cerca del parque de Corrubedo, en Xuño y San Pedro de Muro. Y los biólogos de EcoEvo también han extendido sus muestreos hasta allí por si detectan nuevos ejemplares. “Alguna vez nos comentaron que alguien había visto una tortuga pero hasta ahora nunca han aparecido en nuestros lazos. Vamos a comprobar si han sido capaces de colonizar esas zonas. Es un poco complicado por la distancia y los peligros de la carretera, así que quizá habría que reintroducirlas también ahí”, plantea.

La primera tortuga de Corrubedo nació en 2011 y, durante ese año y el siguiente, le siguieron más crías. “Fue una sorpresa porque los individuos tenían solo 7 u 8 años y esa forma de reproducirse es muy precoz. Lo que hemos visto es que creen muy rápido, lo que evidencia que Corrubedo es un buen lugar para ellos”, apunta Cordero,

Los ocupantes actuales de las charcas miden 14 centímetros y pesan entre 500 y 600 gramos. Los sapoconchos pueden vivir fácilmente más de 40 o 50 años y hay individuos que han rozado el siglo. “Son animales muy longevos que están muy protegidos. Pero los recién nacidos, cuyo caparazón tiene el diámetro de una moneda de 2 euros, pueden ser presa de jabalíes, nutrias o aves acuáticas grandes. Cuando crecen es más difícil, aunque también hemos visto algunos individuos con marcas de caninos en el caparazón. También las hembras son vulnerables cuando salen del agua para poner los huevos en la tierra”, explica.

Adolfo Cordero, en el centro, ofrece explicaciones sobre el sapoconcho a varios visitantes del parque estos días.

Adolfo Cordero, en el centro, ofrece explicaciones sobre el sapoconcho a varios visitantes del parque estos días. / Cedida

Contrato con el Gobierno de Aragón para evaluar dos especies de libélulas en sus cauces fluviales

Además de contar con una destacada experiencia en los estudios sobre ecología de la conservación y genética del galápago europeo, el grupo EcoEvo ha investigado las poblaciones de libélulas, e incluso descubierto nuevas especies, tanto en nuestro país como en Galápagos, islas Fiyi o la selvas de Brasil, Perú y China.

Este bagaje les ha valido un contrato con el Gobierno de Aragón para evaluar dos especies de libélulas de interés comunitario –Coenagrion mercuriale y Oxygastra curtisii– y elaborar el informe exigido por la UE a las comunidades autónomas cada seis años.

El trabajo de campo se desarrollará en mayo, junio y julio, sobre todo, en la provincia de Teruel. Y los expertos de la UVigo, que prevén contratar y formar personal de apoyo en la zona, deberán comprobar si las poblaciones persisten, localizar nuevas ubicaciones y hacer algunas recomendaciones de gestión cuando sea posible.

Ejemplar de "Coenagrion mercuriale".

Ejemplar de "Coenagrion mercuriale". / Gilles San Martin

“También tenemos que comprobar si está presente la Emys orbicularis y especies invasoras como los cangrejos americanos. No espero muy buenas noticias con las libélulas, sobre todo, con la mercuriale, que también se encuentra en Corrubedo. Está asociada a pequeños arroyos y a canales de riego en zonas de agricultura tradicional no intensiva. Y todo esto está desapareciendo a velocidades muy rápidas. De hecho, en Extremadura constataron el año pasado una reducción bastante drástica de la especie”, lamenta Cordero.

El grupo probablemente replicará a nivel nacional este estudio sobre las libélulas, que son un indicador de la salud de los ecosistemas. “Las aguas continentales están muy explotadas, sobre todo, en las zonas más áridas. Y como son especies incluidas en la lista prioritaria de la Directiva Hábitat hay que mantenerlos lo mejor posible. Aunque es difícil compatibilizar su conservación con la desecación y las barreras que se ponen en los ríos”.

Suscríbete para seguir leyendo