Teleco premia a los alumnos más brillantes que iniciaron la carrera este curso

La escuela estrena unas distinciones que buscan atraer talento y que están patrocinadas por BorgWarner, Centum y Optare | Más de 250 estudiantes participan hoy en las I Olimpiadas

Sandra Penelas

Sandra Penelas

La Escuela de Ingeniería de Telecomunicación entrega hoy sus primeros premios a los estudiantes con mejores expedientes que iniciaron la carrera este curso. La iniciativa busca atraer talento a las aulas y cuenta con el patrocinio de BorgWarner, Centum Research & Technology y Optare Solutions, con las que el centro mantiene una estrecha relación tanto en la formación de los alumnos como en el ámbito de la investigación.

Los tres premiados rozaron el 14, la nota máxima de acceso a la universidad, y se han estrenado en el grado de Ingeniería en Tecnologías de Telecomunicación manteniendo la excelencia. Cada uno de ellos recibirá un cheque de 2.000 euros.

La entrega de los galardones coincidirá con el acto de inauguración de las I Olimpiadas de Teleco, en las que participarán 25 centros y 256 estudiantes en las tres modalidades de competición: individual para Bachillerato, equipos para ESO y equipos para Formación Profesional.

Desde BorgWarner, Ana Varela destaca que la escuela es “una cantera de perfiles de ingeniería” que han nutrido sus centros de Vigo y Nigrán. Y apuestan por seguir ampliando los vínculos con la universidad para “compartir las novedades del sector y generar una transferencia de conocimiento más actualizada para el alumnado”.

La especialidad de Sistemas Electrónicos facilita la incorporación de los titulados a puestos relacionados con el desarrollo de software embebido e incluye herramientas que utiliza la industria de la automoción en su día a día.

"Amplitud de oportunidades" en Galicia

Galicia, añade Varela, “ofrece amplitud de oportunidades a los estudiantes de esta rama. BorgWarner sigue creciendo y creando oportunidades para estos perfiles y apuesta por su desarrollo dentro de nuestra compañía”.

Otra de las empresas que respalda la primera edición de estos premios es Optare Solutions, que nación en los laboratorios de la propia escuela y participa en el Foro Tecnolóxico y la asignatura Laboratorio de proyectos, además de acoger alumnos de 3º en prácticas cada curso, y participar en proyectos de investigación, los últimos, sobre las tecnologías 5G y 6G.

“El potencial de los alumnos es muy alto y los que hemos incorporado aportan una base académica muy buena, tanto en la parte técnica como en competencias blandas. Tienen una capacidad de análisis y resolución de problemas muy potente, así como un interés por el aprendizaje continuo que es clave para nosotros”, reconocen Cristina Martín y Roberto Pérez, junto con su flexibilidad y capacidad de adaptación, especialmente entre los alumnos de máster.

Desde Optare también apuntan a las oportunidades labores en Galicia relacionadas con el 5G o la conectividad en el rural, así como todo lo relacionado con el sector TIC en general.

El CEO de Centum, Héctor Estévez, acabó Teleco en 2002 y desarrolló su carrera fuera porque no había oportunidades en Galicia, pero regresó para impulsar un proyecto “que brinda oportunidades a los alumnos de la UVigo, facilitando que tengan la opción de elegir.

“Galicia se está convirtiendo en un referente del sector tecnológico y nosotros formamos parte de esa red de empresas. Y estamos muy orgullos de poder contar con personas que han estudiado en la UVigo. Además también nos enorgullece ver cómo el porcentaje de mujeres crece, siendo hoy en día el 35%”, destaca su People Manager, Carmen Prego.

La empresa, que se encuentra actualmente en plena expansión, está muy involucrada en las actividades de la escuela, de cuya formación destaca un carácter práctico mayor que en otros centros. De hecho, también acogen a estudiantes para que “crezcan” en la propia empresa.

Asimismo, Prego aplaude la adaptación a las tendencias actuales y la apuesta por las llamadas habilidades blandas “tan necesarias” en el entorno laboral. “Buscamos no solo aptitudes, sino actitudes. Nuestro producto estrella, Lifeseeker ayuda a los equipos de búsqueda y rescate a salvar vidas. Estamos muy orgullos de lo que hacemos y buscamos personas que compartan esa visión y quieran añadir valor”.

Daniela Sanz Toucedo

Daniela Sanz Toucedo

Daniela Sanz Toucedo: “Me gustaría ser CEO de una empresa”

En el instituto le gustaban las asignaturas de Matemáticas y Física y valoró estudiar otras carreras, pero Telecomunicaciones acabó liderando la lista. “La elegí porque, mirando hacia el futuro, es la ingeniería que me dota de conocimientos en todos los campos. Es la más versátil”, destaca esta joven tudense, en cuya decisión también influyeron los ejemplos de su tío y su hermano, que estudió Ingeniería de la Energía en la UVigo. Y por ahora está contenta con su elección. “Hace falta más trabajo autónomo, pero si eres constante lo puedes llevar. En el primer cuatrimestre tuve muy buenas notas. El primer examen fue el peor, para tantear el terreno, pero de ahí para arriba. A ver el segundo”, comenta entre risas Daniela, que forma parte del equipo Bádminton Tui y compite en la categoría sub23 a nivel autonómico, sobre todo, y nacional. Nunca se planteó que las ingenierías no fuesen aptas para una chica: “Los chicos juegan más con videojuegos y esta carrera se relaciona mucho con programación y electrónica. Por los condicionamientos de la sociedad ellos están más en ese mundo”. Y además quiere romper techos de cristal: “Me gustaría ser CEO de una empresa en la rama que elija. Y en un futuro más lejano montar la mía, siempre lo tuve claro”, asegura. El premio la anima a seguir adelante y lo invertirá en material para estudiar.

Pablo Sanz Álvarez

Pablo Sanz Álvarez

Pablo Sanz Álvarez: “Hay que estudiar cada día, si no es imposible”

“El premio es un orgullo y me da más fuerza para estudiar”, agradece Pablo, que sigue manteniendo el expediente brillante del instituto aunque ahora los resultados dependen más de sí mismo. “Es un planteamiento totalmente distinto al del instituto, pero al final las cosas salieron bien. Hay que estudiar cada día, si no es imposible. No puedes dejarlo todo para el final”, reconoce este joven del municipio ourensano de A Rúa. Y además él sigue teniendo tiempo libre para disfrutar con los amigos que ha hecho en la escuela y en la residencia donde vive. “Los días son largos y si se aprovechan se pueden hacer muchas cosas. Unos son más de estudio, pero otros tienes tiempo para divertirte. He tenido suerte con la gente que me crucé y estoy a gusto. He conectado muy bien con los compañeros y los profesores del primer cuatrimestre eran bastante buenos. Por ahora, estoy contento”, celebra. Como a su compañera Daniela, a Pablo también le gustaban Física y Matemáticas en Bachillerato y dudaba entre Industriales y Teleco cuando investigó qué ingenierías se impartían en Galicia, pero al final la segunda le llamó “más la atención”. Por ahora no sabe hacia qué ámbito enfocará sus futuros pasos profesionales: “Me iré dando cuenta dónde puedo entrar o qué me gusta más, por ahora lo que sé es que me apasionan bastante las telecomunicaciones”.

Adriana Pazos Lorenzo

Adriana Pazos Lorenzo

Adriana Pazos Lorenzo: “A los chicos no les insisten tanto en que es difícil”

“Me costó bastante elegir porque me gustaban cosas muy diferentes, pero me llamó bastante la atención Teleco cuando busqué información porque el mundo actual está muy enfocado a la tecnología y además me parecía versátil. Es una carrera bastante clásica y, sin embargo, no es muy conocida entre nuestra generación. Y además la cercanía y que pudiese seguir viviendo en casa era un punto a favor”, comenta Adriana, que sigue viviendo con su familia en Soutomaior. Ha empezado su “nueva etapa” con buen pie y el premio de la escuela ha sido “una alegría” porque “reconoce el trabajo previo antes de llegar a la universidad y te motiva a seguir esforzándote”. Ha hecho muy buenas amigas con otras compañeras de clase –”Está guay tener una burbuja de mujeres ingenieras”– y lamenta la pervivencia de estereotipos que frenan la llegada de más alumnas. “A los chicos no les insisten tanto en que es una carrera difícil. También decían lo mismo de las matemáticas y, al final, me gustaron. Siempre hay este tipo de comentarios, pero si tú crees que puedes ¿por qué no la vas a hacer? Mi madre fue la que estuvo más encima. Me dijo: ‘Atrévete. Por lo menos, inténtalo. Yo confío en ti’. Hay que tomar riesgos y, si no sale bien no pasa nada”, reflexiona. Todavía no tiene muy claro su futuro pero le gustaría dedicarse a la investigación “y hacer algo con la tecnología que se salga de los moldes”.