Tras casi dos décadas de espera, la mudanza a la ETEA será, sin duda, el principal hito del segundo mandato de Francisco Saborido al frente del IIM-CSIC. A falta de que se desvele el proyecto ganador, elegido por un jurado entre las 38 propuestas recibidas, las obras arrancarán en 2023. El equipo directivo lo completan Marta López, José M. Fernández, Sonia Dios y Xosé Pintado.
–La materialización del traslado a la ETEA es uno de los cuatro principales objetivos para los próximos cuatro años, ¿fue también una de las razones por las que optó a la reelección?
–Ya lo era hace cuatro años, pero la pandemia alteró muchos objetivos. Estos días, el jurado, del que formo parte como director, ha estado seleccionando los tres proyectos ganadores. Todavía no sabemos quiénes son los autores porque el proceso es totalmente anónimo y no se han abierto los sobres administrativos, pero de las 38 propuestas que recibimos cada cual era mejor. Todas son impresionantes y en el jurado se han producido discusiones muy interesantes. Estoy muy contento por la calidad de los proyectos y el compromiso de todos ellos.
–Aunar un buen proyecto y un entorno tan privilegiado puede traducirse en un complejo emblemático, que es a lo que aspiraba el CSIC en los pliegos del concurso.
–Los proyectos han entendido nuestras necesidades, cuál era el entorno y lo que van a hacer allí otras instituciones. Nosotros queremos tener con los vecinos de Ríos la misma vinculación que tenemos con los de Bouzas. Queremos que el IIM esté inmerso en el barrio y todos los proyectos realmente eran integradores. Se han percatado de lo importante que va a ser para Teis, para Vigo y para la ciencia. Saben que va a ser emblemático y han hecho propuestas de integración en el barrio, muy funcionales para nosotros y muy eficientes energéticamente. Como administración debemos dar ejemplo en cómo afrontar el cambio climático.
–¿Empezarán las obras en 2023?
–-Sí. Hasta ahora dependía todo de procesos administrativos que se vieron alterados por la pandemia. Pero ya está todo encauzado y ahora depende de nosotros exclusivamente. Los estudios geotécnicos ya están hechos y una vez que se dé a conocer el ganador negociaremos con él el proyecto definitivo. Lo primero será acometer las demoliciones y la idea es empezar a construir en 2023.
–El pliego establecía varias fases, contemplando el traslado en la primera, dado que los 16 millones de presupuesto no son suficientes para abordar todo el complejo.
–Pedíamos un concepto para el conjunto de los 22.000 m2 a los que se trasladarán el IIM y la Unidad de Tecnología Marina (UTM). Pero efectivamente se pedía también que definiesen qué hacer en la primera fase con esos 16 millones que tenemos y que nos permitirán un traslado regular, porque supone ampliar muy poco el espacio que ya tenemos en Bouzas. La gran ventaja es que en la ETEA todo estará más organizado y será más moderno y nos permitirá seguir creciendo en cuanto consigamos más dinero. Nos trasladaremos la mayoría del instituto, pero en Bouzas tendrá que quedarse una parte todavía. Hasta que no consigamos más financiación lo antes posible. No sabemos si solo servicios o también grupos de investigación.
–¿Cuándo habrá personal trabajando en la nueva sede de la ETEA?
–Pues yo estimo que en 2025. La construcción podría acabar en 2024, pero luego hay un proceso de dotación de equipamiento. Y además tenemos que proyectar muy bien el traslado, para que tenga el menor impacto en nuestra actividad científica.
–¿Darán a conocer las proyectos ganadores y el resto de propuestas?
"IIM y Oceanográfico somos dos potencias que llevamos muchas décadas colaborando"
–Hay un esfuerzo detrás de todos ellos y le doy la enhorabuena a los 38 proyectos. Me gustaría hacer una exposición en Bouzas y en la ETEA para que la gente los conociese.
–En 2021 se hizo efectiva la integración del IEO en el CSIC, ¿cómo ha afectado a las relaciones del IIM con el Oceanográfico de Vigo?
–No nos afecta en el sentido teórico de la palabra porque dentro del CSIC somos 130 institutos diferentes y cada uno tenemos nuestra propia administración y nuestros planes estratégicos, directrices e investigación. Pero a nadie se le escapa que el Oceanográfico de Vigo es un instituto hermano del IIM. Es el mayor de todos los del IEO y nosotros somos aún más grandes. Somos dos potencias en Vigo que ya llevamos muchas décadas colaborando juntos y ésta es una oportunidad muy grande. Ahora estamos dentro del mismo organismo y esto promete mejores oportunidades de colaboración. Un ejemplo es el Programa de Ciencias Marinas que coordinamos desde la dirección del IIM.
–¿Y en qué consiste ?
–-Es uno de los ocho planes complementarios acordados entre el Ministerio de Ciencia y las comunidades autónomas. La Xunta aporta 4 millones y el Gobierno central otros 6 del Plan de Recuperación. Yo soy el coordinador científico junto con el Cetmar y la Universidad de Vigo, pero participan todas las instituciones gallegas relacionadas con el medio marino. Somos 280 investigadores y 80 grupos. Es una auténtica red, con el compromiso del ministerio de darle continuidad más allá de los tres años. Y curiosamente es una herencia del Prestige. Hace 20 años, los investigadores gallegos nos quejábamos de que no contábamos con una red y un programa de monitorización que nos permitiese saber cómo estaba el ecosistema antes de la marea negra para determinar su impacto. Y también el traslado a la ETEA viene de allí.. En 2003 lo propusimos en una carta abierta en la que animábamos a que todos los investigadores estuviésemos unidos. Y ahora estamos cerrando un ciclo.
"La capacidad investigadora de Vigo y Galicia es imponente, pero falta decisión política del Ejecutivo central y del autonómico"
–Un campus científico que ha tardado veinte años en materializarse a pesar del potencial investigador marino de Vigo y de Galicia.
–-La capacidad investigadora de Vigo y de Galicia es imponente, potentísima, y uno de los objetivos del plan estratégico del IIM es fomentar la colaboración entre todas las instituciones. Nuestra comunidad es un polo pero no tiene ni el reconocimiento ni la capacidad final de mostrarse. Nos faltan algunos recursos, pero sobre todo decisión política del Ejecutivo central y del autonómico para que ese potencial se plasme en una realidad muy competitiva a nivel internacional. Por ejemplo, debería haber una agencia gallega de investigación y una mayor inversión del ministerio. ¿Cómo es posible que Noruega e Islandia, por ejemplo, estén por delante de España en investigación marina? Falta compromiso de todos los partidos con la ciencia en general y con la ciencia marina.
–Y a pesar de todo siguen haciendo investigación al más alto nivel.
–-El problema es que somos todos muy vocacionales y acabamos haciendo mucho con muy poco. Tanto investigadores como personal técnico y de gestión estamos haciendo un sobreesfuerzo enorme. El compromiso no solo debe ser monetario, sino que también pasa por una buena legislación, buenas carreras científicas y la creación de las carreras técnicas y de gestión que no existen. Hay que dotar al personal de unas condiciones dignas. De hecho, es nuestro cuarto objetivo como equipo directivo del IIM.
