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Psiquiatras privados no pueden aceptar más pacientes: “No tenemos hueco hasta diciembre”

Los profesionales de pago de la ciudad están completamente desbordados: las agendas están llenas y solo dan citas a enfermos para consultas de seguimiento | Hay clínicas que ya están derivando a otros centros

La pasada semana se celebró el día mundial de la salud mental. Y en estos últimos tiempos mucho se ha hablado de enfermedades como la depresión o la ansiedad que hasta hace no mucho estaban completamente en segundo plano e incluso estigmatizadas. Ahora afortunadamente ya no es así y los afectados saben a dónde acudir en busca de ayuda. El problema es que en la sanidad pública no hay profesionales suficientes para atender a tanta población, especialmente en un momento pospandemia en el que se han disparado los trastornos relacionados con la salud mental. Según los últimos datos del Sergas, la media para una consulta con un psiquiatra en el hospital Álvaro Cunqueiro (siempre que no sea una urgencia, que en este caso la atención es inmediata) es de 38 días, y a finales del año pasado había casi 3.000 pacientes en lista de espera para una consulta con el psiquiatra. Además, todo requiere un proceso: primero es el médico de familia el que debe valorar al paciente, y a partir de ahí se pide la cita con el especialista. El proceso es farragoso, y hay gente que no puede esperar tanto.

Por eso cada vez son más las personas que están recurriendo a la sanidad privada para atender los problemas relacionados con la salud mental. Y es tanta la demanda, que los profesionales de pago empiezan a estar también totalmente colapsados. La consulta de la psiquiatra María Ariza, una de las psiquiatras con más pacientes de Vigo, está absolutamente a rebosar. “No podemos aceptar pacientes nuevos. La agenda está llena hasta diciembre. Únicamente estamos dando citas para revisión a las personas que ya estaban con nosotros. Nos es imposible asumir más”, aseguran desde esta clínica. Cuando llama alguien nuevo solicitando una consulta con la doctora Ariza, lo que se hace es coger sus datos y, si queda algún hueco en la agenda por cancelación de uno de los pacientes, se le llama. “Es la única forma, no podemos hacer otra cosa en este momento”, apuntan.

Casi 3.0000 personas esperan a ser vistas por un psiquiatra en el Álvaro Cunqueiro

La psiquiatra María del Mar Martínez vive una situación similar. En su consulta, ubicada en el barrio de Coia, tiene muchísimo movimiento desde hace varias semanas y al menos hasta la segunda quincena de noviembre no tiene ya ningún hueco, dando preferencia también a las citas de seguimiento para los pacientes que llevan tiempo con ella. “La demanda es enorme”, reconoce esta profesional de la salud mental.

Un adolescente, sentado en el patio de su centro educativo. VITHAS

La tipología de pacientes no ha variado mucho en los últimos meses, y tampoco los trastornos que atienden los psiquiatras de Vigo: insomnio, ansiedad, depresión, estrés... Lo que sí están detectando es que cada vez son más los adolescentes que requieren ayuda. Las consultas se están llenando de jóvenes que lo están pasando mal por diferentes motivos: por la presión a la que se ven sometidos a nivel social y que les provoca un nivel de ansiedad fuera de lo normal, depresiones derivados de problemas en casa... También muchos niños requieren atención psicológica y psiquiátrica porque están sufriendo bullying en su centro educativo o incluso a través de Internet y las diferentes redes sociales.

La ansiedad o la depresión se disparan entre los adolescentes

La situación de saturación en las clínicas con más pacientes de la ciudad ha llegado a tal punto que en algunas de ellas ya se están derivando pacientes a otros centros especializados en salud mental. Es decir, cuando alguien les llama para concertar una cita, les recomiendan a otro psiquiatra al no tener ningún hueco disponible para los próximos meses.

Uno de los inconvenientes a los que se enfrentan los pacientes con algún trastorno mental y que deciden acudir a la sanidad privada es el económico. Por lo general, los psiquiatras de pago cobran cien euros en la primera cita, que es la de valoración. En las posteriores, las de seguimiento, los precios suelen rondar los setenta euros. Hay que decir no obstante que muchos de los profesionales privados de la salud mental de la sanidad privada dedican a cada paciente más de una hora y media si lo ven necesario. Es otro de los motivos por los que tienen sus agendas tan apretadas.

Es decir, en Vigo y los municipios de su entorno, salvo que se trate de una urgencia sanitaria, conseguir una cita con un médico especialista en psiquiatría es una misión prácticamente imposible ya sea en la sanidad pública como en la privada. En la primera, porque la espera sigue siendo demasiado elevada y porque el proceso para conseguir una cita es, pese a los últimos avances, todavía muy farragoso. Y aquellos que puedan pagar, tampoco lo tienen fácil, porque las clínicas privadas están completamente desbordadas ante la elevada demanda de los últimos tiempos, especialmente a raíz de la pandemia, que agravó los problemas de salud mental de buena parte de la población. Y hay que tener en cuenta que muchos enfermos se encuentran ante una situación límite y no pueden esperar.

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