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Inclusión, pintura y emoción

Los sentimientos de nueve usuarios de Down Vigo protagonizan la nueva exposición que arranca en la sede olívica de la Diputación

Lola preparando su lámina para la exposición. FdV

Con la inclusión como protagonista y Arancha, Antonio, Lola, Lucía, Manuela, Marcelo, Mercedes, Noe y Silvia como autores de “El viaje de mi vida”. Así arranca hoy la exposición que entremezcla arte y sentimientos en la Sala Rosalía de la sede olívica de la Diputación de Pontevedra. Una iniciativa que explota nuevos canales de expresión en una aventura con un único mapa. El de las propias emociones.

La iniciativa mediante la cual se exhibirán las obras de estos nueve integrantes del grupo de Habilidades Adaptativas de la Asociación Down Vigo –desde este miércoles hasta el próximo 27 de septiembre– toma la técnica de la pintura al pastel para poner a flor de piel sensaciones, anhelos y recuerdos a través de una serie de láminas que sin lugar a dudas llamarán la atención de todos los espectadores.

“Esperamos que vaya el mayor número de personas posible. Toda la obra es un viaje de conexión con las emociones del autor. Todos podemos sentirnos reflejados en cada obra”, comentan desde la mencionada entidad en declaraciones a FARO, destacando que los artistas están “súper orgullosos” de su gran labor y la de sus compañeros.

Una suerte de vocación

“Cada oportunidad de exponer alguno de estos trabajos es motivo de felicidad absoluta en todo el grupo. Trabajamos como equipo y poder enseñar eso a la ciudad es muy gratificante”, agregan además.

Leticia Torres y Miriam Armada –técnicas de formación del grupo de habilidades adaptativas del que forman parte Arancha, Antonio, Lola, Lucía, Manuela, Marcelo, Mercedes, Noe y Silvia– confiesan por su parte que es “una suerte” poder dedicarse profesionalmente a su vocación. Cada año se adaptan a la evolución de las personas que asisten a la Asociación Down Vigo, por lo que es “un trabajo bastante dinámico y en mejora continua”.

Lola, junto a su obra. FdV

Conforme comentan, no es su primer proyecto artístico que coordinan y es que la idea del “El viaje de mi vida” viene del curso 2019-2020, cuando se propusieron hallar nuevos canales para expresar emociones ante las dificultades que a veces se abren paso a la hora de poner palabras a los sentimientos.

Buscaron a través de colores, formas, texturas hacer un trabajo introspectivo para que los participantes se conocieran más a sí mismos y entendiesen mejor a los demás. Así nació una primera iniciativa con la técnica del patchwork (basada en la costura), para ir canalizando las emociones pedazo a pedazo. Ahora se extiende al dibujo.

“El viaje de mi vida” podrá visitarse en la Sala Rosalía hasta el 27 de septiembre

“El proceso y el resultado fueron tan satisfactorios que teníamos que seguir explorando”, comentan en este contexto desde la entidad sobre “El viaje de mi vida”. Una aventura con el único y extensísimo mapa de las propias emociones.

Trabajar todas ellas es un pilar básico especialmente en este grupo, porque hacerse mayor supone enfrentarse a una nueva realidad tanto personal como familiar. Desde estos cimientos, fueron trabajando con cada participante sus propias experiencias vitales, siempre prestándoles una atención completamente individualizada y en colaboración con sus allegados.

Antonio, junto a su obra. FdV

Igualdad de oportunidades

“Como para cualquier persona, cualquier medio que permita la expresión emocional es enriquecedora, y a la vez aporta desde el punto de vista cultural. En este sentido, necesitamos romper ciertos estigmas e ideas preconcebidas. Las personas con Síndrome de Down y diversidad intelectual deben tener igualdad de oportunidades. Y el arte es una de ellas”, resalta Leticia Torres.

Las piezas que se expondrán a partir de hoy se han elaborado a lo largo del curso 2021-2022. El proceso incluye trabajar las emociones con cada participante y cada familia; experimentar con texturas, formas, símbolos; bocetar y modificar hasta que la obra refleje lo que su autor quiere contar; y por último plasmar todo con la técnica de pintura al pastel (que se lleva a cabo aplicando directamente diferentes colores sobre la superficie sin emplear ningún tipo de disolvente).

Manuela, junto a su obra. FdV

Cada proyecto de “El viaje de mi vida” es un viaje particular, distinto al anterior. Entre las obras destacan luces, sombras y elementos que van desde aquellos vinculados con la naturaleza, como árboles y animales, hasta atardeceres que mezclan tonos fríos y cálidos con amor.

“La edición anterior del proyecto de tapices tuvo un largo recorrido gracias a la colaboración de las entidades públicas y privadas de la ciudad. Nos encantaría que ésta también fuese una exposición viva”, sentencia Miriam Armada.

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