Antes de ser uno de los ejes fundamentales de las investigaciones de la NASA con su telescopio espacial James Webb, Begoña Vila fue una niña que miraba el cielo “en las noches oscuras de Zamáns” . La astrofísica recuerda una “infancia feliz” en una de las zonas todavía rurales de la ciudad: “Aquella oscuridad era perfecta para lo que me interesaba a mí. Se veían perfectamente en el cielo los cambios de estaciones. Apenas había contaminación lumínica”, recuerda. Reconoce que la ciudad que la vio crecer ha cambiado, pero piensa que lo ha hecho hacia bien.

Estos recuerdos vienen a su memoria tras haber recibido ayer el reconocimiento como Viguesa Distinguida por parte del Concello de Vigo: “La ciudad te tiene una gran estima y queremos que lo sepas”, le dijo el alcalde de Vigo, Abel Caballero durante el acto. Y bromeó: “No sabéis cuánto nos ha costado traerla”. Y es que la agenda de una astrofísica de su talla, incluso de vacaciones, es apretada. “Es un honor para mí sentir este cariño de mi ciudad”, le respondió al alcalde, que también le regaló un monográfico sobre las Illas Cíes: “Tengo unos recuerdos bonitos de visitarlas de pequeña”, respondió Vila.

También tuvo unos minutos para poder dar unas pinceladas a su trabajo en la NASA: “Este telescopio se diseñó para mirar los primeros objetos que se formaron en el universo y mirar dónde se forman las estrellas y planetas. Es muy emocionante todo lo que estamos consiguiendo”.