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El Sergas exige a Ribera que cumpla "el 100%" del concierto público de Povisa

Los directivos trasladan que el cambio de accionariado "no afectará a la gestión sanitaria" | El personal lamenta que no se le informase de la venta: “No merecemos el trato que nos han dado”

La directora de RRHH del Sergas, María Jesús Piñeiro y el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, junto al director ejecutivo de Ribera Salud para Europa, Alberto de Rosa, y la CEO Elisa Tarazona.

Continúan las reacciones por la venta de Ribera Salud, propietario de Povisa, al grupo sanitario francés Vivalto Santé, que tomará las riendas del hospital privado vigués hacia finales de año. Directivos de Ribera se reunieron ayer al mediodía con el comité de empresa para trasladarles los detalles de la propuesta y por la tarde con el conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, para conocer los cambios que traerá consigo esta operación, que no hay que olvidar que no afecta únicamente a la sanidad privada, sino también a la pública, por el concierto que Povisa tiene con el Sergas mediante el cual atiende a más de 130.000 personas de Vigo y de las comarcas del Morrazo y del Val Miñor. Un acuerdo que precisamente está pendiente de prorrogarse para los próximos dos años.

El encuentro entre Comesaña y la consejera delegada de Ribera, Elisa Tarazona, y el director ejecutivo para Europa, Alberto de Rosa, se produjo en el edificio administrativo del Sergas en Santiago. Durante el encuentro, el conselleiro de Sanidade recordó que los cambios que se han producido en el accionariado no afectarán, “en ningún caso”, al contrato que el Sergas tiene con los tiene con los hospitales Povisa y con Polusa (Lugo) y Juan Cardona (Ferrol), en manos de Ribera Salud y con los que la Xunta también tiene un convenio de atención de pacientes de la sanidad pública.

Elisa Tarazona y Alberto de Rosa aseguraron que esta operación de compra “en nada afecta a la gestión de los centros sanitarios, y que los servicios y los cuadros de personal se mantendrán como hasta ahora”. Desde la Xunta trasladan que velarán siempre por la calidad de la asistencia a los usuarios de estos tres hospitales privados gallegos, con los que mantiene contratos “que deben cumplirse al 100%”. Ambas partes acordaron mantener abiertos los canales de comunicación con una interlocución ordenada y adecuada.

Tras conocerse la operación, la dirección de Ribera a través de un comunicado ya había asegurado que el cambio “en nada afecta” a la gestión de los centros sanitarios ni a su trabajo diario, que “se mantienen como hasta ahora”, y que la venta está motivada como una apuesta para “hacer crecer” al grupo valenciano con “más inversiones”. “El cambio en el accionariado –la salida de Centene Corporation y la entrada de Vivalto Santé– se produce a nivel del holding europeo, en la sociedad Primero Salud S.A., de la que forman parte Ribera y los proyectos de Centro Europa, y en nada afecta a la gestión, los profesionales ni a la atención sanitaria de los centros”, reitera Ribera Salud.

La primera reacción por parte de los trabajadores, que se enteraron por la prensa el pasado lunes de la venta de Ribera Salud a un grupo francés, es de sorpresa e indignación. Así lo trasladó ayer la presidenta del comité de empresa, Chus Neira. “Ninguno de nosotros teníamos conocimiento de que esto sucedería. Si solo cambian los accionistas, como dice la empresa, ¿por qué no se nos informó? No nos creemos que no vaya a pasar nada. Cuando una compañía pasa a manos de otra, todos somos conscientes de lo que sucede, y que los perjudicados siempre son los trabajadores. Es una vergüenza que se haya permitido esto”, lamentaba Neira en una comparecencia pública antes de reunirse con los directivos de Ribera Salud en un encuentro que en un principio estaba programado para continuar avanzando en la negociación de un nuevo convenio, pero que finalmente se centró en informar a los trabajadores del cambio de manos del hospital.

Los representantes sindicales denuncian además que el personal está trabajando en condiciones “límites”, doblando turnos, “dejándose la piel, y muchos están de baja”. “Hay empleados que se van para casa llorando porque no dan abasto, para que ahora nos digan que vamos a pasar a manos de un grupo francés. Cuando hace menos de tres años Ribera compró el hospital, se nos dijo que no nos afectaría. Por aquel entonces había unos 1.500 profesionales, y según la última actualización ahora solo hay algo más de 1.300. Los nuevos accionistas siempre terminan imponiendo su visión de trabajo. Esto es un negocio para unos, pero para otros no. Lo que quieren es sacar la mayor cantidad de dinero posible para el bolsillo de no sé muy bien quién”, denuncian desde el comité de empresa de Povisa.

El comité de empresa solicita una reunión con la Consellería de Sanidade

El comité de empresa de Povisa busca dar visibilidad a su situación intentando conseguir apoyos tras la venta de Ribera Salud a Vivalto Santé. Para ello han solicitado reuniones con todos los partidos políticos (ya tienen respuesta afirmativa tanto del BNG como del PSOE) y también han pedido un encuentro con la Consellería de Sanidade. “Porque la Xunta no puede permitir lo que está pasando. Somos un hospital que atendemos a pacientes de la red pública y se nos tiene que tener en consideración. Ribera Salud, con los trabajadores de esta empresa, se ha portado muy mal. La Consellería de Sanidade tiene mucho que decir sobre lo que ha pasado”, valoran los representantes sindicales.

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