Las últimas horas han confirmado un importante movimiento en el ámbito de la sanidad privada (y pública) que afecta también a Vigo. Y es que la multinacional aseguradora norteamericana Centene, al frente del Ribera Salud, el grupo sanitario que desde 2019 gestiona el hospital Povisa, ha decidido vender Ribera a otro grupo del sector, concretamente la empresa francesa Vivalto Santé, que será la encargada por tanto de gestionar Povisa y los otros dos hospitales gallegos dirigidos hasta ahora por Ribera (Polusa, en Lugo, y el Juan Cardona de Ferrol). La operación, tal y como ha confirmado oficialmente Centene, está cerrada a falta de que las autoridades europeas de Competencia den luz verde.
“Los años con Centene nos han hecho mejores y suponen un valor que sumamos a nuestro modelo. Ahora comenzamos una nueva etapa que supone un paso natural coherente con nuestra estrategia de crecimiento, con las circunstancias y también con los valores que nos definen, y que compartimos con Vivalto, de proximidad, compromiso con la salud de las personas, alianza con los profesionales, conocimiento e internacionalización”, aseguró la consejera delegada de Ribera Salud, Elisa Tarazona. Tras la venta del accionariado de Ribera a Vivalto Santé, la aseguradora norteamericana Centene Corporation indicó en un comunicado que esta transacción representa otro hito importante en su plan de creación de valor y que el nuevo propietario de Povisa “es un socio europeo líder del sector” .
Hay que recordar que Povisa tiene un concierto con el Sergas para atender pacientes de la sanidad pública. Más de 135.000 personas de Vigo y los comarcas del Morrazo y Val Miñor tienen en Povisa su centro sanitario de referencia. Dentro de unas semanas vence el concierto, aunque es prorrogable por dos años más. Según apuntan diversas fuentes, el hospital y el Sergas ya estaban en contacto para negociar las condiciones que permitan prorrogar ese concierto. Hay que recordar que cuando Ribera adquirió el hospital a finales del año 2019, no se reclamó al Sergas cambiar las condiciones del concierto, que fue mejorado en 2018 para evitar que Povisa entrara en concurso de acreedores, un pacto mediante el que la administración autonómica asumía directamente el suministro de la medicación ambulatoria para pacientes externos, incluida la de alto impacto.
Habrá que ver si el nuevo propietario del hospital, Vivalto Santé, pide más cambios en el acuerdo. De momento, desde la Consellería de Sanidade se limitan a asegurar que los nuevos gestores de Povisa confirman “la continuidad en la calidad de la gestión y la exigencia de la calidad asistencial”, al tiempo que apunta que en las próximas jornadas se celebrará una reunión con Ribera Salud para conocer los detalles de la operación.
Mientras, entre el personal de Povisa, el sentimiento era de estupefacción combinada con indignación. Así recibieron los trabajadores la noticia de que el hospital cambiaría por segunda vez de propiedad en menos de tres años. “No teníamos ni idea de la operación, nos hemos enterado por los medios de comunicación. Es indignante que no supiésemos que se estaba negociando la venta del hospital”, lamenta Chus Neira, la presidenta del comité de empresa de Povisa. Los representantes sindicales temen los efectos que este nuevo cambio de propiedad tengan en los pacientes y en los trabajadores, pero advierten que “no vamos a permitir que se produzca ningún despido”. Por eso, para que la operación empresarial no afecte ni al personal ni a los pacientes, el comité de empresa reclama, al igual que hizo en 2019, que el Sergas asuma la gestión del hospital. “Insistimos en que es la mejor solución”, defiende Neira.
La confirmación de la venta de Ribera al grupo francés Vivalto Santé llega además en un momento en que Ribera estaba negociando con los trabajadores de Povisa la firma de un nuevo convenio laboral. Es más, mañana tienen programada una reunión y los sindicatos no saben ahora a qué atenerse. Pero recuerdan que se había firmado un acuerdo “puente” que ya recogía la subida de un 2,5% del salario base a los trabajadores y otras mejoras laborales. “¿Qué nos van a ofrecer ahora los nuevos propietarios?”, se preguntan desde el comité de empresa.
La pandemia, entre los factores clave para entender la venta
Hay varios factores clave a nivel empresarial que están detrás de la venta del accionariado de Ribera Salud al grupo sanitario francés Vivalto Santé. Según ha podido saber FARO de fuentes de Ribera, este cambio se produce en un contexto en el que han influido fundamentalmente tres circunstancias. En primer lugar la pandemia del COVID y su repercusión a todos los niveles (sanitario, social y económico) y que ha estado marcada por la limitación de la movilidad. También han sido claves los importantes cambios en el liderazgo y estrategia de Centene Corporation, hasta ahora propietario de Ribera Salud, tras el fallecimiento de su fundador, Michael Neidorf.
Y por último, la consolidación del grupo Ribera en el sector sanitario. Hay que recordar que en España está presente en cinco comunidades autónomas, gestiona nueve hospitales y 71 centros de salud y policlínicas, además de otros proyectos en Europa y Latinoamericano. Su sistema de gestión se basa en la colaboración público-privada y cuenta además con una escuela universitaria de enfermería y un centro de formación profesional sanitaria. Ahora pasa a nuevas manos después de ocho años bajo la gestión de la aseguradora norteamericana Centene Corporation. La dirección del grupo también quiere trasladar tranquilidad a los trabajadores, a los que consideran “junto con los pacientes, el centro de la organización.”
