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El caso Déborah suma una nueva prueba con un informe lingüístico sobre la declaración del exnovio

Realizado por una experta, lo aportó la familia para demostrar que el investigado “miente” | El documento concluye que "falta a la verdad" ante la jueza

Abogados del caso Déborah, en una de las comparecencias judiciales de la causa. MARTA G. BREA

A la espera de que el 26 de mayo comparezcan los expertos de Lazarus Technology que concluyeron que el disco duro del ordenador de Déborah fue manipulado tras su entrega a la Policía Nacional, la instrucción por la desaparición y muerte de la joven viguesa, en su fase final, sigue su curso. Y los abogados de la familia de la víctima acaban de presentar en el juzgado una nueva pericial. Un informe realizado por una experta del campo de la lingüística forense que, tras analizar la declaración prestada por el exnovio de la fallecida ante la jueza, concluye, según fuentes de dichos letrados, que hay “falsedades” y que el investigado “miente”.

El informe, en el que se analizaron las respuestas del investigado a las preguntas formuladas por la jueza, el fiscal y su abogado en marzo en sede judicial, fue elaborado por Sheila Queralt, fundadora y directora del Laboratorio SQ-Lingüistas Forenses. Está colegiada como perito judicial en lingüística forense y pertenece a asociaciones de este ámbito. Este tipo de informes como el aportado en el caso Déborah no son frecuentes en causas criminales.

Según ha explicado esta experta, para elaborar este tipo de informes, en esta disciplina forense se analizan diversos parámetros y aspectos del lenguaje y la producción verbal. Por ejemplo, el tipo de palabras que se utilizan, cómo se pronuncian, cómo se estructuran las frases, si hay interferencias de otras lenguas, las respuestas a preguntas, etc.

En el caso de la declaración de Pablo P-S-L., se han estudiado el tipo de preguntas y las respuestas dadas, para analizar si aparecen "ciertos rasgos" que, tal y como se ha reflejado en estudios científicos previos, denotan que una persona está "faltando a la verdad". "Nosotros no podemos decir rotundamente si una persona está mintiendo, pero sí detectar esos rasgos indicativos que apuntan que podría estar faltando a la verdad", ha matizado.

Al respecto de las manifestaciones del exnovio de Déborah, esta experta ha señalado que su análisis pone de manifiesto la presencia de esos rasgos (repeticiones, evasivas, uso de palabras absolutas como 'nunca', 'jamás' o 'nadie'), que indicarían un "intento de ocultar la verdad". Esas señales han sido detectadas en aspectos concretos de su declaración, como aquellos referidos a la finalización de su relación de pareja con la víctima; en su explicación de por qué llegó tarde a un partido de fútbol el día que la joven desapareció; o cuando es preguntado directamente si le hizo daño a Déborah o si la mató.

"Evasivas y respuestas automáticas"

Según ha señalado Queralt, el investigado tiene "comportamientos lingüísticos diferentes" en sus respuestas, en función del tipo de preguntas y, precisamente en cuestiones como las que han suscitado más controversia (por las supuestas contradicciones de Pablo), se desliza un "lenguaje fraudulento".

Es decir, a preguntas sobre su relación con la víctima, preguntas sobre el día de los hechos, o sobre la muerte de la joven, el imputado recurre a "evasivas, palabras absolutas, despersonalización y respuestas en modo automático", que indican "falta de veracidad".

Finalmente, y tras insistir en que esta disciplina forense no puede informar de forma rotunda, si una persona está mintiendo, Sheila Queralt ha matizado que, desde su "leal saber y entender" como perito, ha instado a la jueza de instrucción a que "profundice en la investigación" de esas cuestiones en las que el lenguaje de Pablo P.S-L. apunta a que "puede faltar a la verdad".

Por otra parte, el próximo 26 de mayo han sido citados a declarar los peritos de Lazarus Technology, que confirmaron, tras analizar el disco duro del ordenador de Déborah Fernández, que éste había sido manipulado por alguien experto, en algún momento a partir de 2006, fecha en la que el dispositivo fue recogido por la Policía Nacional.

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