El futuro de Francia y el rumbo de Europa vuelven a decidirse, 213 años después, también desde Vigo. La segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebrada este domingo volvió a llamar a las urnas a los 1.289 galos residentes en Galicia, que desde primera hora volvieron a circular por el Consulado Honorario ubicado en la calle Camelias; dependiente del Consulado General de Bilbao.

Finalmente fueron 336 los votantes que acudieron a las urnas en Vigo, de los cuales 275, es decir, un 85% depositaron su papeleta a favor de Macron. La candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen, obtuvo por su parte 49 votos y otros 12 fueron recogidos como nulos.

Aunque la presencia de mascarillas era mayoritaria entre los ciudadanos, que preguntaban contrariados si era obligatoria dentro de la instalación gubernamental, el clima era de normalidad democrática.

Solamente el reducido tamaño del despacho consular, presidido por una fotografía aérea de mediados del siglo pasado; provocó colas puntuales al mediodía y a las seis de la tarde, cuando la fila de espera recorría varios metros en la acera ante la curiosidad de los vecinos.

El cónsul Jean-Baptiste Chassin señala a la existencia de solo dos mesas para todo el norte peninsular como freno a la participación.

Aumento de la movilización

Pese a que la abstención ha marcado un récord del 28% en el país vecino, la más alta desde 1969, los gallegos galos sí que se han movilizado más con un aumento del 25% sobre el 20,8% de la primera vuelta; lo que se traduce en unos 340 votantes en total.

Por un lado, el miedo a un triunfo de la extrema derecha ha movilizado a muchos votantes que en la primera ronda no se desplazaron hasta la ciudad. En el caso contrario, aquellos que han visto como sus opciones en la primera vuelta ya no figuran en el ticket electoral.

Las colas para votar se sucedieron al mediodía. | // MARTA G. BREA

Es el caso del izquierdista Jean-Luc Mélenchon (26,2%) que fue el segundo más votado tras el presidente Macron (34,85%). Esta preferencia por el candidato centrista ha sido común en toda España (39,71%). De hecho, la candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen, fue la quinta en discordia en Vigo (6%) tras el polémico Éric Zemmour (7,5%) y la alcaldesa de París, la socialista Anne Hidalgo (6,4%).

El proceso dejaba una imagen extraña para los electores españoles. La normativa francesa obliga a que el voto se produzca en secreto dentro de la cabina, teniendo que tomar las dos papeletas ante la funcionaria que comprueba que está inscrito en el registro.

Tres funcionarios vigilaban todo el proceso de votación. | // MARTA G. BREA

Incluso en la primera ronda de hace dos semanas, en la que había hasta doce candidatos, todos los votantes debían coger como mínimo dos papeletas en la mesa antes de introducirlas en el sobre

Las protagonistas

Oriane y Sonia, hija y madre residentes en Vigo y Verín Víctor P. Currás

Una cita médica en Verín impidió a Sonia desplazarse hace dos semanas al no existir el voto por correo, pero esta vez sí se ha reunido con su hija Oriane en la ciudad en la que estudia. Cree que la participación aumentará de forma notable al ser “más importante” esta segunda vuelta pese a no estar tan abierta.

Denise, profesora jubilada en Ferrol Víctor P. Currás

Denise, ex-profesora de francés, lleva 48 años viviendo en Ferrol, donde cree que se quedará el resto de su vida. Si no ejerció el voto en la primera ronda fue por el elevado gasto que le supone acudir hasta Vigo, aunque ayer no dudó en acudir a las urnas dada la trascendencia del resultado.

Lydie, autónoma en Pontevedra Víctor P. Currás

Tras seis años como hostelera en la capital del Lérez, Lydie mantiene el contacto con la actualidad gala a través de las redes sociales. También votó en los mismos comicios de 2017 y cree que casi nadie hace público el sentido de su voto dentro de la comunidad.