La pandemia apretó el cinturón a los pilares económicos de la ciudad, pero, gracias a una resistencia titánica y la ayuda de los ERTE (Expedientes de Regulación Temporal de Empleo), entre otros factores, se han podido reponer paulatinamente. Un termómetro para conocer la realidad que se vive en el sector industrial es la cifra de naves que están disponibles, es decir, a la espera de que las ocupe una empresa, ya sea en régimen de arrendamiento o propiedad. Según las cifras que aportan la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein) y la Asociación de Empresas Inmobiliarias de Vigo (Asemi), el número en alquiler y venta en el circuito de comercialización en el área de Vigo vuelve prácticamente al mismo registro de antes de la irrupción del COVID-19, cuando la pujanza económica aupaba la industria viguesa. Y sus precios siguen subiendo: de media, está en 480 euros el metro cuadrado, cifra récord, unos 200 euros más caro que en las ubicadas en la zona norte de Portugal. ¿Una de las razones? Al igual que ocurre en el sector de la vivienda, la reducción de la oferta y la presión que ejerce la demanda.
En las propiedades que están en alquiler, el precio medio es de 6 euros el metro cuadrado; en 2019, esta cifra se situaba en 3,50 euros, por lo que casi se duplica, y, en mayo de 2021, en 4,20 euros. Misma tendencia se registra en las naves disponibles para su adquisición. El precio del metro cuadrado escala hasta los 480 euros, casi 100 más que en mayo de 2021 –estaba en 375 euros–, número que se aleja todavía más del que se anotaba antes de la pandemia: 300 euros. La mayoría de estas naves, ya estén en alquiler o venta, tienen entre 500 y 3.000 metros cuadrados de superficie. Las que más éxito logran ocupan entre 500 y 1.000 metros cuadrados.
Son cifras que se alejan de las que muestra el norte de Portugal. Entre Chaves, Monçao, Vila Nova de Cerveira y Valença do Minho, hay unas 40 naves disponibles a un precio medio de venta entre 250 y 300 euros el metro cuadrado. La oferta es menor que en el área olívica por la fuga de empresas no solo de Galicia, sino también de otras zonas de España, así como por la llegada de empresarios foráneos –Brasil o China, entre otros países–. Ayuda, a su vez, la bolsa de factores que cita Benito Iglesias: la agilidad a la hora de conceder las licencias, los salarios más bajos y la política fiscal, que es menos agresiva.
“La conclusión es que la demanda no solo presiona los precios al alza en el mercado de la vivienda en Vigo, también en el segmento de naves industriales, que logran máximos desde que tenemos registros tras haberse reducido la oferta”, explica Benito Iglesias antes de solicitar “normativas claras, concretas, agrupadas y legibles, y simplificación en tiempo y forma de las licencias municipales” para hacer frente a la competencia que ejercen los vecinos del otro lado de la raia. “Aquí, los trámites se eternizan, lo que provoca, en demasiados casos, el abandono de la iniciativa económica a implantar”, anota.
“La simplificación en tiempo y forma de las licencias municipales es totalmente necesaria”
En este segmento de propiedades, el área de Vigo está cerca de recuperar la normalidad. Actualmente, en base al informe facilitado por ambas entidades, hay un total de 160 naves en arrendamiento, solo 10 más que antes de la llegada del COVID, y 50 menos que a mediados de 2021. En venta, las cifras también son halagüeñas. Actualmente, están disponibles 250 propiedades de este tipo; en la etapa pre-COVID, había 180, y, en el ecuador del ejercicio pasado, 400.
Situación similar muestra el área metropolitana de Oporto, que comprende Matosinhos y Vila Nova de Gaia. En este ámbito, con el que también compite la ciudad olívica, hay 140 naves en arrendamiento, según los datos de Fegein y Asemi, a un precio medio de 5 euros el metro cuadrado. En venta, existen 250 a un precio medio de 600 euros, más caro que en el área de Vigo.
