Las dependencias de la ITV en Peinador, los campos del AeroClub, las pistas del aeropuerto, la ampliación del IFEVI, el IES Carlos Casares, el CIFP Manuel Antonio, el zoo y dependencias deportivas de A Madroa... Se cuentan por docenas los casos en Vigo y área de infraestructuras públicas y privadas construidas sobre monte comunal; es decir, terrenos de propiedad vecinal que fueron ocupando durante años distintas administraciones de forma fraudulenta, tal y como están reconociendo ahora los tribunales.
14 comunidades de montes
Y es que en poco más de una década, los comuneros han recuperado casi 100 hectáreas de este terreno gracias, en buena parte, a la acción de la Justicia. Concretamente y según los datos facilitados por la Consellería de Medio Rural, las 14 comunidades de monte vecinal que figuran en Vigo –Beade, Cabral, Candeán, Castrelos, Coruxo, Lavadores, Matamá, Saiáns, San Andrés de Comesaña, San Miguel de Oia, San Pedro de Sárdoma, Teis, Valladares y Zamáns– abarcan un total de 1.455,65 hectáreas, lo que representa el 13% del total del municipio vigués. Al frente de ellos se encuentran más de 3.200 comuneros, según los datos que maneja Medio Rural.
"Los jueces dejaron claro que el monte comunal es inalienable, no se puede separar"
Recuperación de parcelas
Esta recuperación de parcelas de monte a cargo de los vecinos se ha vuelto a impulsar. El último ejemplo está fechado a septiembre de 2021, cuando el Juzgado de Primera Instancia 10 de Vigo declaró la propiedad de la comunidad montes de Cabral de un polígono industrial en O Gorxal que venía siendo ocupada por cuatro empresas desde hace años. La documentación histórica referida al deslinde del monte y al uso que le fue dado antaño por los vecinos refrenda un aprovechamiento “inmemorial” del mismo; argumento que basan las comunidades en sus demandas y que, al menos hasta el momento, les ha valido para que los jueces les den la razón.
“El monte vecinal en mano común es imprescriptible, inembargables; una vez este está bien identificado el criterio de los jueces no puede ser otro que estimar la demanda de los comuneros y fijar que son propietarios de los terrenos”, refrenda Calixto Escáriz, abogado por cuyas manos pasan la práctica totalidad de las reclamaciones realizadas por las comunidades sobre terrenos de su propiedad que le fueron usurpados.
Permutas
El letrado explica que estas reclamaciones van enfocadas a equipamientos públicos o actividades industriales. “Con los propietarios privados no suele haber problema, ya que se suelen llegar a acuerdos de permuta, pero las administraciones no ceden y van a juicio”, amplía Escáriz.
Títulos sin validez
En la mayoría de estas reclamaciones están detrás “antiguas ocupaciones” fraudulentas que se van trasmitiendo con el paso de los años pero “estos títulos no son válidos”. “Tu no adquieres un terreno por la posesión, la simple posesión no vale. Lo complejo en estos procedimientos no es para la comunidad de montes. El monte está más o menos identificado, y en el momento en que se acredita que se trata de monte en mano común, éste es inalienable y debe ser devuelto a los comuneros. Aquí el problema es para la otra parte, cómo defiende el título de ocupación. Muchas veces son víctimas del sistema”, concreta Calixto Escáriz.
¿Más reclamaciones?
En cuanto a la posibilidad de que se continúe recuperando parcelas de monte por parte de las comunidades, el letrado se muestra cauto. “Pienso que la mayoría del monte ya ha sido reclamado; quizás en las zonas de Cabral y Lavadores pueda haber más porque el monte sí estuvo muy parcelado pero en las demás, el monte es principalmente forestal”, concluye.
Regularización del terreno
Regularizar la ocupación del terreno es el siguiente paso una vez la sentencia de recuperación del suelo sea firme, bien por medio de una renta o canon anual –como es el caso de los terrenos del AeroClub a los comuneros de Cabral– o bien por la venta de los mismos, como fue el caso de Aena, quien indemnizó a estos mismos comuneros por ocupar 240.000 m2 de monte para la terminal viguesa.