El modelo de pago por circular por las autovías estatales en España, basado en el cobro por kilómetro recorrido, asestará un duro golpe a Galicia. Así lo denuncian empresarios y transportistas, que advierten que la comunidad autónoma perderá competitividad en comparación a otras comunidades como Cataluña o País Vasco, que podrán situar a menor coste sus mercancías en el mercado europeo.
Además alertan que estos peajes podrían ahuyentar a empresas que buscarán localizaciones más céntricas para ahorrarse gastos de transporte. La situación periférica de Galicia la convierte en una de las más perjudicadas por los peajes que el Gobierno quiere implantar en las vías de alta capacidad a partir de 2024.
La idea del Ejecutivo central es empezar cobrando una viñeta, una cuota fija que puede ser semanal, mensual o anual, y después implantar un sistema de pago por distancia recorrida: se baraja cobrar un euro por kilómetro para turismos. Todavía no se ha precisado el coste para los camiones.
En Galicia hay cuatro autovías de titularidad estatal y tres de ellas estarían entre las más caras del Estado. La Autovía del Noroeste (A-6) que discurre entre A Coruña y Madrid costaría 5,18 euros, la quinta tarifa más elevada de España. Circular por Autovía del Cantábrico obligaría a un desembolso de 4,51 euros, lo que la situaría en el sexto puesto en el ranking de vías de alta capacidad más caras. Y el coste de recorrer la Autovía das Rías Baixas (A-52) sería de 3,05 euros. El coste de la A-55 sería de 0,29 euros. A esto se suma que Galicia está vertebrada por una autopista que ya es de peaje, la AP-9, y que es la más cara de España.
“Deben fijar compensaciones para territorios periféricos como Galicia”
Por eso los empresarios alertan que cobrar ahora por usar las autovías es “mala idea”. El presidente de la Confederación de Empresarios de Pontevedra, Jorge Cebreiros, advierte que estos peajes “amenazan y atacan la competitividad de las empresas”. Cualquier cobro por circular por estas vías de alta capacidad sería perjudicial, en su opinión, pero si se elige el modelo de pago por kilómetro se produciría además “un agravio comparativo” hacia las comunidades que, como Galicia, ese sitúan en la periferia y tienen “graves problemas de infraestruturas”.
“En Pontevedra tenemos empresas líderes en el sector del granito, la pesca o el automóvil, pero para llegar a Francia tienen que recorrer mil kilómetros, cuando un empresario catalán o vasco lo tiene a escasos kilómetros”, explica Cebreiros. Pero no solo supondría un incremento de costes para llevar la mercancía a los mercados europeos sino también al mercado nacional. “Está claro que una empresa que esté en Valladolid va a ser más competitiva que una de Galicia”, aclara.
El presidente de la patronal de Pontevedra explica, de hecho, que la única alternativa para el transporte de mercancías en Galicia es la carretera puesto que las redes de transporte ferroviario están obsoletas.
Por eso, Cebreiros alerta de que estos peajes disuadirán a muchas empresas de instalarse en Galicia por los mayores costes del transporte. “Vamos a ir hacia una centrificación hacia determinados polos económicos, con menores costes de transporte y menores cargas fiscales”, auguró.
“Con estos peajes están poniendo la puntilla al sector del transporte”
Los empresarios defienden, por esta razón, que el Gobierno debe establecer “compensaciones” en los territorios periféricos para que el pago en autovías sea “justo”.
“A nuestra comunidad le hacen mucho daño”, explica el presidente de Asetranspo (Asociación de Empresarios de Transporte de Pontevedra) Ramón Alonso. “Con estos peajes ponen la puntilla al sector del transporte”, se queja.
Según denuncia, el plan del Gobierno para empezar a cobrar por circular por autovías se suma “al atraco del gasóleo”. El incremento del precio del diesel está poniendo ya contra las cuerdas al sector. “Estamos trabajando ya en algunos casos por debajo del precio de coste porque no lo podemos repercutir”, advierte.
En todo caso, los transportistas advierten que si se imponen los peajes en las autovías finalmente se encarecerán los productos, porque tendrán que trasladar al usuario los mayores costes de transporte.
“La carga fiscal que soportamos ya es suficientemente alta. Es una confiscación”
El presidente de Fegatramer (Federación Gallega de Transportes de Mercancías), Carlos García Cumplido, explica que hay determinados productos con poco margen de beneficios como la leche o el agua que se verán muy perjudicados por el incremento de los costes logísticos. “Si llevar agua a Madrid sale más caro que llevarla desde Ávila, al final se la van a comprar a los de Ávila”, ejemplifica. Además denuncia que el sector del transporte ya tiene una “carga fiscal suficientemente elevada”. “Esto es claramente una confiscación”.
