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Manuel Balmaseda | Economista Jefe de Cemex

“La inflación es la piedra angular sobre la que descansa el crecimiento ahora”

“La globalización ha dado un paso atrás, por lo menos en cuanto a comercio de bienes. Eso es negativo para la economía, aunque es un proceso que empezó antes del COVID”

El economista, Manuel Balmaseda. | // FDV

El reconocido economista Manuel Balmaseda será el encargado de iniciar, el próximo miércoles, el ciclo de desayunos del programa UVigo Leadership School, organizado por el Círculo de Empresarios de Galicia y la Universidad de Vigo. La ponencia a cargo economista jefe de la multinacional de construcción, Cemex, y presidente de la National Association for Business Economics, versará sobre las perspectivas económicas para la salida de la pandemia en una intervención que lleva por título Tras la tempestad, la calma… ¿Y después?.

–¿Cuáles son los principales puntos que abordará en su ponencia?

–El 2020 fue el año de la pandemia. Fue un año en que tuvimos tres choques. Los choques económicos tradicionales, recuerde 2008, tienen fundamentos económicos. En este caso no. En este caso era un virus, y para combatirlo tuvimos que tomar medidas especiales. Desde el punto de vista económico, fue una crisis verdaderamente global. En segundo lugar, exógena porque viene de fuera y, en tercer lugar, en aquel momento era incierta porque no dependía de medidas económicas, dependía de una vacuna. Es relativamente fácil analizar el impacto económico de esta crisis: una caída muy brusca con una salida importante al año siguiente. Las consecuencias de las decisiones que se tomaron en 2020 van a estar con nosotros en años venideros.

–¿Cuántos años se sentirán las reverberaciones económicas de la pandemia?

–El 2021 sirve de poca referencia en el plano económico porque es un año de rebote. Todo parece que crece mucho, pero crece desde un punto muy bajo. Nos contentamos con volver al punto de antes de la crisis. Esto implica que perdemos dos años.

–¿Recuperarán su vigencia las tendencias económicas previas a la pandemia?

–Parece que nos hemos olvidado de ellas y que vuelven a resurgir. En algunos casos se verán acentuadas por el COVID. Las hay positivas y negativas. La positiva es la digitalización. Ha permitido que la caída que hemos tenido sea mucho menor de lo que hubiera sido sin la digitalización.

"El proceso de desglobalización, con la pandemia, se ha fortalecido"

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–¿Y las negativas?

La primera es un proceso de desglobalización que, con la pandemia, se ha fortalecido. A su vez, refuerza el proceso de recortar las cadenas de suministro. En el proceso de globalización se ha dado un paso atrás, por lo menos en cuanto a comercio de bienes y eso es negativo para la economía. Es un proceso que empezó antes del COVID, como ejemplifican las luchas de Trump con China. Por otra parte, con la pandemia, la intervención de los gobiernos en la actividad económica se ha reforzado. Y eso seguramente nos dure tiempo hasta que los gobiernos vuelvan a permitir que la economía se libere, aunque vamos a vivir con unos niveles de deuda excesivamente elevados.

–Estos elevados niveles de deuda, unidos a un proceso de desglobalización (que no se ha dado nunca en la historia), ¿en qué escenario podría derivar?

–Tiendo a ver el vaso medio lleno. Pero la combinación de factores que tenemos en la economía: crecimiento relativamente elevado, tipos de interés bajos, deuda elevada e inflación –hasta ahora controlada–, es un círculo muy difícil de mantener. En el momento en el que salte, puede provocar una caída del PIB. La clave está en la inflación y la reacción de los bancos centrales. Me preocupa mucho más la deuda corporativa que la pública. Pero, en ambos casos, están en niveles elevados. Con tipos de interés tan bajos y tan negativos, la deuda es claramente sostenible. En el momento en el que los tipos de interés empiecen a subir va a suponer un estrés para todos aquellos agentes, privados y públicos, que tengan que hacer frente al pago de esa deuda. Además, un entorno de tipos de interés al alza, implicará un crecimiento un poco más bajo.

"Hay factores pueden hacer que el periodo inflacionista futuro se alargue"

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–¿La inflación ha venido para quedarse?

–La inflación puede ser transitoria. Pero hay factores que pueden hacer que el periodo inflacionista futuro se alargue. Todo ello, en un entorno social en el que muchos trabajadores no conocen ni la inflación ni los tipos de interés elevados. A cualquier persona, hoy en día, da igual que sea europeo o americano, le hablas de tipos de interés del 3% o del 4% y le parecen muy elevados. Sin embargo, son lo que deberían ser.

–¿Habrá una normalización de los tipos de interés en torno al 3%?

–Seguramente habrá subidas de los tipos de interés, no se si al 3%. Tardemos en llegar a esos niveles pero seguramente será más rápido de lo que los mercados anticipan. Sobre todo porque el exceso de liquidez se tiene que ir eliminando. Los tipos de interés bajos implican un problema en cuanto a la asignación de recursos: se hace de forma muy ineficiente. Por tanto, el coste del capital, al ser muy bajo, no se utiliza de la forma más efectiva. Lo que hace que las ganancias de productividad no sean elevadas o sean bajas. Unos tipos de interés bajos, seguramente nos han conducido a ganancias de productividad relativamente bajas a nivel global. Es un problema con el que vamos a tener que vivir algún tiempo. Habrá inversiones en capital que no van a ser productivas y que, en algún momento, habrá que deshacer porque no se sostienen desde el punto de vista de la rentabilidad real. Vamos a empezar todos estos procesos.

"Algunos economistas están preocupados por la estanflación. Exageran a corto plazo, pero unida a la desglobalización es un riesgo"

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–El COVID fue un paréntesis pero parece que el mercado tiene apetito inversor...

–Hasta ahora hemos tenido un coste capital muy bajo lo cual ha permitido que las empresas inviertan en casi todo. Muchas de las decisiones han sido de recompra de acciones y de invertir en capital propio. A medida que el coste del capital aumente, las empresas tendrán que plantearse la rentabilidad de esas inversiones.

–¿Cómo encaja este proceso inflacionista con la tormenta perfecta que afronta la industria?

–La inflación es la piedra angular sobre la que descansa el crecimiento ahora. El COVID llegó cuando Estados Unidos y Europa venían de una fase expansiva larga. La inflación creo que seguirá más alta de lo que muchos analistas prevén pero sin causar problemas a corto plazo, en 2022. En 2023-2024, la economía continuará desacelerándose hacia los niveles anteriores. Las tensiones de gasto que hemos tenido estos últimos años, asociadas a una inflación alta se tienen que normalizar. No para 2022. La pregunta está en 2023 o 2024, cuando se junte esa inflación con una desaceleración de la actividad. Algunos economistas están preocupados por la estanflación. Exageran a corto plazo, pero unida a la desglobalización es un riesgo.

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