El sector turístico reclama al Gobierno español la reactivación de cruceros internacionales, que aquí siguen prohibidos, pese al levantamiento del estado de alarma el pasado 9 de mayo, mientras que en otros países ya han reanudado su actividad o están a punto de hacerlo. La última escala registrada e Vigo fue la del buque británico Oceana el 11 de marzo de 2010, pocos días ante del confinamiento.

La Mesa del Turismo, la Confederación Española de Agencias de Viajes (Ceav), la Asociación Internacional de Líneas de Cruceros (CLIA) y el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC) presentaron ayer un manifiesto a favor de los cruceros internacionales, que cuenta con el respaldo de 60 asociaciones y empresas del sector.

El director general de CLIA en España, Alfredo Serrano, señaló que la totalidad de los 11 millones de cruceristas registrados antes de la pandemia en España –el segundo destino de cruceros en Europa– correspondió al tráfico internacional.

De ahí el interés por recuperar este tipo de turismo que no proviene solo de las navieras, que acumulan ya pérdidas millonarias, sino también de gobiernos autonómicos, hoteles, restaurantes, comercios y otros negocios locales, explicó.

Ante la prohibición de cruceros internacionales, varias comunidades autónomas –la primera fue la de Canarias– promovieron los cruceros nacionales y, actualmente, todas las del Mediterráneo han emitido sus propios protocolos.

A pesar de que el Ministerio de Sanidad ya ha aprobado el marco para la reanudación de los cruceros internacionales, todavía no ha dicho cuándo entrará en vigor, y es algo que “apremia”. Las navieras tienen “una fuerte evidencia empírica” de que los protocolos están funcionando y mitigan la propagación de la COVID-19, después de que más de 400.000 cruceristas hayan navegado desde julio de 2020 en Europa y Asia “sin ningún brote”.