Largas colas ayer en la Plaza Constitución para lograr una mesa libre... pero no en una de sus terrazas, sino en la Biblioteca Juan Compañel. La época de exámenes ya se ha iniciado para todos los univesitarios y también son muchos los adolescentes que comienzan su preparación para selectividad, o incluso para la recuperación de aquellas materias pendientes.
El estudio se ha convertido en prioridad con la llegada de junio y eso ha levantado el interés de los jóvenes –y no tan jóvenes– para hacerse con uno de los puestos que oferta la céntrica biblioteca de la Xunta. Tanto es así, que minutos antes de la apertura el recinto, a las 16.00 horas, decenas de personas ya se encontraban aguardando en rigurosa fila para acceder a las instalaciones.
Y es que a pesar de que la situación sanitaria haya mejorado, los aforo en recintos cerrados continúan a la orden del día, y en las biliotecas no iba a ser menos.
Concretamente, la disponibilidad de este recinto se ha reducido al 50%, habilitando solo 48 espacios de estudio de los 86 totales; lo que motivó que la cola de estudiantes llegase a alcanzar ayer la farola de la Plaza Constitución.
La imagen se repite también a las 09.00 horas con la apertura del recinto y se convertirá en un habitual, al menos, hasta junio, cuando concluya este periodo de exámenes.
Centros de la UVigo
Esta situación se hace extensible a otros recintos de estudio en la ciudad a consecuencia del COVID. Un ejemplo de ello son las bibliotecas universitarias. Como se explica en la página web de la Universidad de Vigo, para acceder a las bibliotecas es necesario tener un carné de usuario externo de la Biblioteca Universitaria en vigor. A mayores, y con la finalidad de articular la prioridad de uso de los puestos de estudio por los miembros de la UVigo, su uso por los usuarios externos se supedita a que cuando la mitad de los puestos que ofrece una biblioteca estén ocupados (o en situación de “no disponibles”), se podrá restringir el acceso.