Vigo recuperará a lo largo de los próximos meses una de sus “joyas” arquitectónicas, protegida como Bien de Interés Cultural (BIC) y desmontada desde hace décadas: la fachada de la antigua estación de ferrocarriles levantada en Urzáiz a finales del siglo XIX. El edificio se derribó en los años 80 con la puesta en funcionamiento de la infraestructura que le tomó el relevo a pocos metros –la misma que se demolió, a su vez, en 2011 para dejar espacio a la actual– y renacerá ahora al calor del proyecto Vialia y la remodelación del entorno.
El Concello de Vigo acaba de iniciar los trabajos previos para recomponer la fachada del XIX, que prevé instalar en uno de los laterales de la nueva Praza da Estación. A lo largo de los últimos días técnicos municipales han estado reorganizando las piedras en la explanada de Redondela en la que descansan desde hace años, apiladas e identificadas de forma individual con un código que ayudará ahora a los obreros a reconstruirla.
El objetivo del Concello es que el frontal de la vieja terminal –catalogada como BIC– se sume a los atractivos del entorno, que incluirá un nuevo ascensor entre la plaza y Vía Norte o el elevador Halo que enlazará el entorno con Policarpo Sanz. El “plato fuerte” será, sin embargo, la gran cubierta de 23.000 metros cuadrados (m2) con la que Ceetrus coronará el complejo Vialia diseñado por Thom Mayne.
