La Psiquiatría se enfrenta a menudo a la desventaja de no poder objetivar un diagnóstico con un analítica. El Grupo de Neurociencia Traslacional del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur (IISGS), situado en el Álvaro Cunqueiro y dirigido por el doctor José Manuel Olivares, trabaja en la búsqueda de moléculas en la sangre que puedan ayudar a los psiquiátricas en la detección de patologías y en la elección del mejor tratamiento para cada caso. "Esquizofrenia: a procura de potenciais biomarcadores periféricos" es la tesis de Daniela Rodrigues-Amorim, calificada con sobresaliente cum laude, que avanza en esta línea con un trastorno que, en muchos casos, dificulta la realización de quien la sufre.

Sus síntomas más comunes son las alucinaciones, los delirios, la desorganización del pensamiento, el lenguaje y/o comportamientos extraños. Su origen se asocia a distintos factores que pueden ser intrínsecos -como la herencia genética- o extrínsecos -como el estrés, el abuso de sustancias, infecciones virales...-. Los primeros síntomas se suelen manifestar en la adolescencia o el inicio de la etapa adulta y la aparición es más prematura en varones.

El Sergas explica que, en muchas ocasiones, "es un trastorno incapacitante", pero destaca que un diagnóstico y un tratamiento precoz permite reducir su impacto y facilitar "una vida funcional al paciente y una correcta calidad de vida". Además, administrar una terapia adecuada "es un paso crucial" para frenar o retardar su progresión y disminuir el deterioro cognitivo, funcional y social.

De ahí la importancia de los avances en este campo. La tesis de Daniela Rodrigues-Amorim, dirigida por el doctor Olivares y el neurocientífico Carlos Spuch, busca moléculas en la sangre que ayuden en el diagnóstico, pronóstico y reconocimiento de un patrón neurodegenerativo de la esquizofrenia. La investigadora explica que el desarrollo del panel de biomarcadores que se pretende, tiene "una aplicabilidad inmediata en la práctica clínica y una repercusión directa en el paciente".

En una primera publicación de esta investigación se describían tres moléculas que podrían medirse en las sangre. Más tarde, encontraron otras tres asociadas a la neurodegeneración en esta enfermedad, buscando en un grupo particular de pacientes con una evolución más grave. Publicado en una prestigiosa revista de Psiquiatría, el Sergas subraya que "supone un avance en la compresión de la esquizofrenia".

Por último, el grupo del Galicia Sur identificó otras cuatro moléculas asociadas al daño neuronal, que permiten generar una nueva teoría sobre el origen de la esquizofrenia. Aceptado para su publicación por la revista Cellular and Molecular Neurobiology, este hallazgo apunta a que componentes que están entre las células -en la matriz extracelular- podrían provocar alteraciones en el funcionamiento de las mismas.

"Esta tesis nos abre la puerta a otras incógnitas aún más excitantes, ya que supone el primer paso para poder desarrollar sistemas de detección con ayuda de nanotecnología y biosensores y, por qué no, puede abrir la puerta a una nueva hipótesis sobre el posible origen molecular de la esquizofrenia", concluye el doctor Olivares.