La parroquia del Sagrado Corazón de Jesús de Vigo, en Rosalía de Castro, celebra la Semana Santa de una forma atípica en tiempos de pandemia. Con el propósito de acercar esta conmemoración cristiana a todos los fieles y, especialmente, a los menores en un año en el que no habrá procesiones exteriores debido al COVID-19 y los lugares de culto tendrán aforo limitado, su párroco, Jesús Martínez Carracedo, y los fieles han convertido el atrio de su iglesia en una verdadera Jerusalén gracias a un montaje en el que una treintena de figuras de 14 centímetros hechas con resina en Italia cobran el protagonismo.
La exposición, titulada "De la Cruz a la Pascua" y de acceso libre, se ilustra con carteles informativos de cada una de las 18 escenas a fin de que los feligreses se aproximen más a los grandes acontecimientos de la fe cristiana: la Pasión y Resurrección del Señor. "Pensábamos en hacer algo por la Semana Santa al no haber presencia religiosa en las calles para que la ciudad mantuviera el espíritu y también pensando en los niños, ya que uno de los objetivos de este montaje es catequético. Queremos que vengan los menores con sus familias para que conozcan qué se celebra en estas fechas. Además, al estar en una calle céntrica, tendrá visibilidad", concreta a FARO Martínez Carracedo.
"Pensábamos en hacer algo por la Semana Santa al no haber presencia religiosa en las calles para que la ciudad mantuviera el espíritu "
La exposición puede visitarse de lunes a domingo, desde las 09.00 horas hasta las 20.30 horas. Estará disponible hasta el inicio de la Pascua, el próximo domingo de Resurrección, 4 de abril. Según señalan desde el Obispado, desde su inauguración el pasado lunes 15 de marzo, ya han visitado la exposición un centenar de personas, entre ellas, los alumnos de 1.º de primaria del colegio del Niño Jesús de Praga que, desde su página de Facebook, han calificado la iniciativa de "necesaria y pedagógica".
El párroco del Sagrado Corazón destaca que el montaje también se puede ver de noche, ya que le han puesto luces. "Llama la atención de los viandantes, incluso de los que van despistados", apunta, a la vez que destaca que las 14 piezas principales fueron compradas por Internet a una empresa italiana para conseguir "uniformidad". "La última cena la cogimos en la librería Don Bosco, en la calle Venezuela; en otros casos, acudimos a diferentes páginas web y rescatamos figuras del Belén de Navidad, por ejemplo, para recrear a los vecinos de Jerusalén. En Vigo, hay dificultad para conseguir estos elementos, no hay nada. Colocar todo nos llevó en torno a un mes y medio", explica.
