Máxima preocupación en Sanidade tras las primeras horas de desescalada

Las normas parecían claras: mascarilla en todo momento excepto el tiempo necesario para tomar la consumición, distancia social y aforos del 50% en las terrazas y 30% en interiores para aquellos concellos en nivel 3. Sin embargo, las imágenes de esta mañana en Vigo muestran un nulo cumplimiento.

Según avanzaba la mañana, el Casco Vello de la ciudad se iba llenando de familiares y amigos que querían reencontrarse aprovechando la hora del aperitivo y buscaban una terraza o una cafetería de las que decidían levantar la persiana. Aunque la indicación para los hosteleros pasa por intercalar mesas llenas con otras vacías para así poder medir el aforo, no se estaba cumpliendo.

Los clientes, que sí respetaban el límite de cuatro personas, no actuaban del mismo modo con la mascarilla. La mayoría prescindía de ella en todo momento y, además, tampoco guardaban la distancia social de metro y medio en la mayoría de los casos.

Pese al anuncio de que la Policía Local realizaría al menos dos visitas semanales a cada uno de los establecimientos hosteleros, esta mañana en Vigo no había rastro de agentes por las zonas de mayor afluencia.

Según fuentes sanitarias, la suma de estos comportamientos ya ha activado todos las alarmas en un contexto en el que los expertos no descantan una cuarto ola que se prevé igual de fuerte que esta. Hasta ahora, el foco de atención estaba centrado en la evolución de las nuevas variantes y el ritmo de vacunación, pero tras las primeras horas de esta desescalada entra ya en juego una nueva variables, la de cómo se comporten los ciudadanos para evitar un retroceso similar al que surgió tras las celebraciones navideñas.