Golpeando cacerolas y bombos, haciendo sonar el claxon de una furgoneta y sirenas, portando carteles reivindicativos y clamando dos palabras al unísono: rescate ya. Así fue el enésimo acto de protesta de los hosteleros en Vigo para reclamar a las administraciones ayudas directas y serias que les permitan ver la ansiada luz al final del túnel, ya que las recibidas hasta la fecha son “escasas” y “difíciles de obtener”. Con el lema Dejad de pasaros la pelota, un centenar de profesionales del sector, del comercio y de gremios asociados –proveedores o disyóqueys– se citaron a las puertas del edificio de la Xunta de Galicia y recorrieron las calles de la ciudad para visitar más tarde la sede olívica de la Diputación, primero, y el Concello de Vigo, después.

En la lista de tareas para las instituciones, están, además, la ampliación de los ERTE –medida “fundamental”–, ayudas para hacer frente al pago de los alquileres comerciales durante los cierres de los negocios, la exoneración del 100% de las cuotas a la Seguridad Social y de impuestos, la suspensión del abono de la cuota de autónomos o el alargamiento de plazos de los créditos ICO concedidos a las empresas antes del verano. Y es que la situación es “crítica”, como señaló el presidente de la Federación de Hostelería de Pontevedra, César Sánchez-Ballesteros. “O hay un rescate integral o este sector se morirá”, apuntó antes de subrayar que el 40% de los establecimientos del gremio, que agrupa “más empleos” que PSA, permanecen cerrados. “No sabemos si volverán a abrir”, citó.

Según especificó la delegada territorial de la Xunta, Marta Fernández-Tapias, que bajó desde su despacho a la zona en la que se inició la protesta para mostrar su apoyo a los participantes, el 57% de los hosteleros han recibido una compensación, es decir, 1.001 negocios, y, por ahora, se han pagado el 87% de las ayudas autonómicas: un total de 2,6 millones de euros. César Sánchez-Ballesteros concretó que la cuantía media recibida es de unos 2.000 euros, cantidad que “no sirve para paliar la situación del sector”: “Después de 10 meses de pandemia, no da ni para pagar los impuestos ni 15 días de alquiler”.

La movilización se produjo horas antes de celebrarse el comité clínico de la Xunta de Galicia, en el que se determinó que Vigo dejase atrás el nivel medio-alto de restricciones para situarse en el máximo debido a la coyuntura sanitaria, lo que deriva en la imposibilidad de servir dentro de los negocios hosteleros y limitar el aforo en las terrazas al 50%. Un golpe más para el sector, que considera que “paga el pato” después de las fiestas navideñas. “Funcionando tan solo el exterior del negocio, es imposible no perder dinero. Los contagios se produjeron en el ámbito familiar, la hostelería habría sido un refugio seguro. Ahora, tenemos que mendigar ayudas para un sector que se merece compensaciones por estar cerrado por ley”, manifestó Ballesteros.

El presidente de la Federación de Hostelería de Pontevedra hizo un llamamiento a la Xunta, al Concello y a la Diputación para que cooperen con el objetivo de crear un fondo de ayuda a la hostelería, mecanismo que ya se ha desarrollado en la Comunidad Valenciana. “Allí, fueron capaces de generar 140 millones de euros para el sector. En A Coruña, el Concello y la Diputación han dado ayudas directas. Ese es el camino, que no se pasen la pelota”, añadió el representante, que criticó la aportación del Gobierno central, “similar” a la de países como Hungría, en el que el gremio no juega un papel tan importante en el PIB.

Sobre este fondo de cooperación a tres bandas, Fernández-Tapias invitó a la entidad municipal y a la provincial a sumarse para evitar el cierre de las empresas y ayudar a los autónomos. Apostilló que el gobierno gallego aportaría el 50%; las diputaciones, el 30%; y los concellos, el 20%. “El fondo y las fechas están sin definir”, aseveró, a la vez que puso en valor el segundo Plan de rescate anunciado por el gobierno gallego, con nuevas líneas de apoyo para hacer frente a las recientes restricciones derivadas de la pandemia: “Queremos agilizarlo al máximo para que las ayuden se empiecen a cobrar ya en febrero”.

La opinión de los asistentes

Pablo Rodríguez, cocinero de la tapería-vinoteca María Manuela, situada en la Praza de Compostela, fue uno de los asistentes a la manifestación. Está en ERTE desde el pasado mes de marzo. “Tenemos que pedir que las ayudas sean serias para que podamos regresar a nuestros puestos de trabajo. Estar así se lleva muy mal, el subsidio no es suficiente para mantener un hogar y siento que me estoy oxidando, ya que la hostelería es un sector que evoluciona constantemente”, comentaba mientras avanzaba por Carral.

Cerca, marchaba Ana Costas, extrabajadora del pub Island Club, emplazado en la Praza da Estrela: “No puedo cobrar el ERTE porque tengo otro trabajo, entonces, desde que empezó la pandemia, no tengo ese ingreso. Debe haber más ayudas para los empresarios y los autónomos”. A su lado, caminaba Celtia Yáñez, gerente del after New Joy y de la cafetería Hope: “Acumulo pérdidas de unos 20.000 euros. El primer local está cerrado y el segundo, a medio gas. Entre los dos, pago 2.000 euros al mes de alquiler. Necesitamos un plan de rescate”.

La manifestación también fue apoyada por hosteleros de otros concellos. Es el caso de Jose Dasilva, propietario de la cafetería La Mar D Dulce, situada en Poio: “Mantengo el negocio cerrado desde el 7 de noviembre porque, normalmente, empezaba a trabajar sobre las 19 h. Los únicos meses algo salvables fueron julio y agosto, pero los ingresos no son suficientes para soportar el gasto del resto del año”.

Las procesiones de Semana Santa, en el aire por la elevada incidencia de COVID

La evolución de la pandemia determinará si hay procesiones de Semana Santa en Vigo, que se celebra del 28 de marzo al 4 de abril. Así lo avanza Juan Carlos Carballido, vicepresidente de la entidad en la que se confió para coordinar el evento el año pasado –suspendido por el COVID-19–, la Cofradía de Nuestro Padre Jesús del Silencio. “La semana que viene, esperamos reunirnos con el obispo para tratar esta cuestión; todo está muy condicionado a la situación que marque el coronavirus. Hasta la llegada de la Navidad, nuestra idea era sacar los pasos a las calles”, manifiesta. El encuentro con el representante de la diócesis de Tui-Vigo estaba previsto para hoy, pero tuvo que ser pospuesto por un caso de COVID-19. “Ahora mismo, no tenemos ni idea de si habrá procesiones ni de si seremos los organizadores, nadie se ha puesto en contacto con nosotros. Creemos que, una vez pase la cita con el obispo, podremos saber más y tomar una decisión concreta”, apunta. Carballido destaca que, hasta la fecha, “ninguna” institución pública ha mostrado interés en la celebración de la Semana Santa en las calles de la metrópolis olívica, y avanza que, a pesar de que todavía no hay nada organizado para este año, “sí daría tiempo a preparar” la salida de los pasos a falta de dos meses y medio. “Hemos dejado muy adelantadas las actividades cuaresmales y los desfiles procesionales al no haberse desarrollado nada en 2020”, cita. La mala situación sanitaria también hace tambalear la celebración de dos eventos destacados en los primeros compases de año: la Reconquista y el carnaval.

“Si no hay un rescate integral, moriremos”

“Si las ayudas son serias, podremos volver a trabajar”

Pablo Rodríguez - Cocinero en ERTE

“Si no hay un rescate integral, moriremos”

“Acumulo pérdidas de 20.000 euros; pago 2.000 en alquileres”

Celtia Yáñez/Ana CostAS - Propietaria y ex-camarera

“Si no hay un rescate integral, moriremos”

“Los ingresos de julio y agosto no cubren los gastos de todo el año”

Jose Dasilva - Dueño de una cafetería