El comité clínico de expertos de la Consellería de Sanidade de ayer no tomó ninguna decisión sobre ninguno de los municipios del área de Vigo, que siguen con las mismas restricciones que tenían hasta ahora en función de su situación epidemiológica. Tampoco hay ningún cambio respecto a las siete grandes ciudades gallegas. Esto especialmente llama la atención atendiendo a la evolución dispar que están teniendo unas y otras. El principal indicador que se tiene en cuenta para plantear un nivel de alerta en un municipio es la incidencia acumulada de nuevos casos los últimos catorce días por cada 100.000 habitantes. Según los últimos datos, esa cifra en Vigo se sitúa en 179 tras frenar varias jornadas de subida (en el conjunto del área el promedio es de 177). Santiago de Compostela, sin embargo, se sitúa en torno a los 220 casos (ha mejorado ligeramente) y A Coruña en 198. Preocupa especialmente es la evolución de la ciudad herculina, que en las últimas dos semanas ha pasado de una incidencia acumulada a catorce días de 123 a rondar los doscientos.
A Coruña y Santiago, por tanto, superan a Vigo en este indicador. Llama la atención, sin embargo, que mientras el Sergas mantiene las dos primeras en un nivel medio de restricciones, Vigo sigue en un nivel medio-alto. La diferencia fundamental es que mientras en A Coruña y Santiago los locales hosteleros pueden cerrar a las 23.00 horas, en la ciudad olívica tienen que hacerlo a las 18.00, y con un aforo menor en el interior de los locales. No es la única diferencia: el distinto nivel de alerta provoca que en Vigo solo pueda haber reuniones de un máximo de cuatro personas, mientras que en A Coruña y Santiago, pese a presentar una situación epidemiológica más preocupante, pueden hacerlo hasta seis.
Hay que señalar, no obstante, que pese a que la incidencia acumulada de nuevos casos por cien mil habitantes los últimos catorce días es el principal indicador para elevar o bajar las restricciones en los municipios, como han venido diciendo las autoridades sanitarias desde que comenzó la segunda ola de la pandemia y comenzaron los cierres perimetrales, hay que señalar que también se valoran otros aspectos para decidir las medidas a tomar en cada municipio. Por ejemplo, si los nuevos casos están controlados o no, si el seguimiento de los contactos está funcionando, si los posibles brotes están localizados o en cambio existe una transmisión comunitaria difícil de gestionar por el sistema de salud. En el caso de Baiona, por ejemplo, que estuvo con una incidencia superior a los 250 casos por 100.000 habitantes varios días hasta que las autoridades decidieron cerrar por completo el municipio, se valoraba, según información del Ayuntamiento, que en general los contagios estaban circunscritos a ámbitos familiares y que por eso no se actuaba con la contundencia que se estaba haciendo en otros concellos que tenían una incidencia del virus menor.
Lo que está claro es que el malestar por el hecho de que continúen las restricciones actuales en Vigo sigue siendo patente. Las manifestaciones de hosteleros (ayer la última), pidiendo un plan de rescate, poder ampliar horarios e incidiendo en que no son los culpables de los contagios son constantes, aunque de momento no han tenido el éxito que buscaban.
No obstante, hay que incidir en el hecho de que la situación epidemiológica podría cambiar en los próximos días, cuando se empiecen a notar los efectos de las comidas y cenas familiares de Nochebuena, Navidad, Fin de Año y Año Nuevo. Por eso el comité clínico de la Consellería de Sanidade volverá a reunirse este viernes para ver si las medidas tomadas durante estas fechas han sido o no efectivas y tomar las decisiones pertinentes. Este viernes, por tanto, el Sergas podría plantear cambios en las restricciones en los diferentes municipios en función de su evolución a lo largo de la semana y ya anunció que endurecerá las restricciones en A Coruña y Santiago si siguen empeorando.
“La recomendación tiene que ser la misma que decimos siempre: mucha precaución. Tenemos que seguir con las precauciones y tener más cautela que nunca”, señaló ayer el alcalde de Vigo, Abel Caballero. En estas fechas se están haciendo un menor volumen de pruebas que habitualmente, por lo que también se están detectando menos contagios. Así, en la última actualización presentada por la Consellería de Sanidade se reflejaban 28 nuevas infecciones en el área sanitaria viguesa en 24 horas.
Hosteleros y comerciantes vuelven a movilizarse para reclamar un plan de rescate “urgente”
Los hosteleros y comerciantes de Vigo volvieron ayer a manifestarse para clamar contra su complicada situación y reclamar un plan de rescate “urgente” que salve a estos sectores y todos los empleos que generan. Profesionales de ambos colectivos celebraron una mesa de trabajo con el objetivo de sumar fuerzas y trasladar sus reivindicaciones a las diferentes administraciones. La concentración de ayer arrancó concretamente en el Casco Vello, frente a la sede de la Diputación de Pontevedra, en la calle Eduardo Chao. El motivo de celebrar el inicio del acto allí fue para solicitar al organismo provincial su colaboración y que ayude “a mediar en un plan de rescate urgente ya que las ayudas previstas por la Xunta o el Gobierno central no son suficientes para que se pueda garantizar la continuidad de los negocios, lo que conllevaría la destrucción de miles de empleos en la ciudad”. La concentración, de esta forma, comenzó frente a la sede de la Diputación, para posteriormente continuar hasta la Plaza de Compostela, donde dejaron en Correos tres cartas dirigidas a la Xunta de Galicia, al Concello de Vigo y a la propia Diputación. Entre sus reclamaciones, que buscan ese rescate del sector turístico y comercial, están las ayudas directas, el apoyo institucional o la exoneración en el pago de impuestos mientras duren las restricciones.
