En menos de quince días –el próximo 1 de enero– concluye el periodo transitorio establecido en la salida del Reino Unido de la Unión Europea y el Brexit será de plena aplicación, con las restricciones aduaneras y normas arancelarias que implica. Esta recta final de “libre comercio” con el país británico ha provocado en las últimas semanas un acelerón de las exportaciones, sobre todo de vehículos, desde el Puerto de Vigo que ya ha provocado una saturación de su terminal especializada, la de Bouzas. La reducción del número de buques Ro-Ro que opera en sus muelles a causa de las limitaciones de la pandemia no hacen sino agravar un problema que se denuncia desde hace tiempo y que tiene difícil solución a corto plazo: la falta de espacio en el Puerto.
La imagen que ofrecían ayer las explanadas de Bouzas es muy elocuente. Con una capacidad de almacenaje de unos 22.000 vehículos, apenas queda espacio libre en esos terrenos y muchos de los coches que esperan un embarque tienen el destino en el Reino Unido. El volante a la derecha y una pegatina en el parabrisas con las letras “Shee” (en referencia a Sheerness, uno de los principales puertos importadores de automóviles al otro lado del Canal de la Mancha) delatan el destino de cientos de esos vehículos.
Aunque el último tramo de cada año siempre provoca un hervidero de actividad en la terminal de Bouzas, la amenaza del aumento de precio de los coches a causa del Brexit ha llevado a los concesionarios británicos a apurar al máximo la llegada de vehículos de PSA-Vigo, con una saturación en las explanadas que puede agravarse en los próximos días y preocupa, y mucho, a los operadores y consignatarios. Algunos de ellos ya temen que se pase de la saturación actual al “colapso” en un futuro inmediato.
Fuentes de la Autoridad Portuaria reconocen que el tráfico desde el Puerto de Vigo con el Reino Unido se ha disparado en las últimas semanas y noviembre se cerró con un crecimiento del 48,87% con respecto a meses anteriores. Gran parte de ese aumento corresponde a la exportación de vehículos. Y el panorama en diciembre es similar:
“Se observa –en los primeros días del mes– un considerable aumento con respecto al año pasado, sobre todo en la exportación de automóviles”
Este acelerón de última hora contrasta con los datos de tráfico de Vigo con el Reino Unido en el resto del año, que han estado marcados por una reducción con respecto a 2019. Los balances hasta el 31 de octubre (los últimos oficiales hasta ahora) indican que el tráfico de contenedores sí había aumentado en relación al mismo periodo de 2019 (un 22%), pero no así en el denominado “tráfico convencional”, que incluye los coches, y que se había reducido hasta esa fecha un 23%.
Sin ampliaciones a medio plazo
Los envíos al Reino Unido se dispararon en noviembre hasta saldar gran parte de ese déficit, y lo mismo se detecta en diciembre, lo que vuelve a poner sobre la mesa la necesidad de disponer de más espacio en Bouzas. La Autoridad Portuaria abandonó la idea de grandes rellenos, pero sí apuesta por transformar la escollera en línea de atraque con 14 metros de calado natural, una solución que no permite contar con más superficie de almacenaje de vehículos. El alcalde, Abel Caballero volvió a insistir ayer en que no consentirá nuevos rellenos en la ría.
La preocupación por los efectos del Brexit en el sector del automóvil es una constante desde hace meses. Aunque la marcha del Reino Unido de la Unión Europea se certificó el pasado 1 de febrero, se pactó un periodo transitorio, hasta el 1 de enero de 2021, sin efectos directos sobre las exportaciones. En esos meses se establecería algún acuerdo para regularizar las relaciones comerciales, pero aún no se ha cerrado.
La Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) tiene sus propios cálculos. Según sus datos, el 14% de las exportaciones de vehículos desde España corresponden al Reino Unido, con unos 350.000 vehículos al año frente a 130.000 procedentes de las Islas. Si no hay acuerdo antes de quince días, los aranceles elevarían el precio de los coches españoles en el país británico y aunque se cierre un pacto a tiempo, los trámites administrativos aduaneros frenarán el ritmo de exportaciones.
Vigo operó este año con puertos de más de 140 países y territorios
El balance provisional de la Autoridad Portuaria sobre los tráficos acumulados en los diez primeros meses del año (última estadística oficial disponible) señala que el Reino Unido es el séptimo país con mayor actividad de intercambio de mercancías con el Puerto de Vigo, por delante de estados o territorios autónomos como Sudáfrica, Portugal, Turquía, Argentina, Brasil, Canadá, Italia, Países Bajos, Islas Vírgenes o Macao. Entre enero y octubre se certifican al menos 120.000 toneladas de productos movidos entre muelles británicos y vigueses: 47.000 en contenedores, 60.200 bajo el epígrafe de “mercancía convencional” y algo menos de 14.000 de productos a granel. La lista la encabezan, hasta ahora, otros puertos españoles, que suman 332.000 toneladas, por delante de Francia (casi 290.000), China (223.000 toneladas), Bélgica (187.000) y Marruecos (168.000). En la relación de los veinte primeros países con relaciones con Vigo también figuran Costa de Marfil, Estados Unidos, Namibia o Perú. Son más de 140 los países o territorios autónomos con los que ha operado el puerto vigués este año, algo por debajo de los 155 de 2019, un descenso que se explica en buena parte por las restricciones derivadas de la pandemia del COVID.
