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El tren privado de Arriva con Oporto enfila 2021 sin calendario y en “reevaluación” por la crisis

La empresa apunta la necesidad de “mejorar las infraestructuras”

Tren Celta, que enlaza Vigo y Oporto, en la estación lusa de Campanha. | // X. F..

En proceso de “reevaluación”, con su calendario desfasado y sin un horizonte claro, al menos a corto plazo. El proyecto de tren privado anunciado en 2018 por Arriva para el corredor A Coruña-Vigo-Oporto arrancará 2021 con más incógnitas que certezas, una situación que arrastra desde hace ya meses –la compañía llegó a anunciar en un inicio que su servicio estaría listo en julio de 2019– y que ahora se ha visto agravada por la crisis sanitaria.

“Arriva en España está reevaluando todos sus proyectos debido a la crisis derivada de la pandemia por el COVID-19, que ha modificado la demanda y la operativa de transporte”, apuntaban ayer desde la compañía. El mensaje es prácticamente idéntico al que mantenían hace casi medio año, en junio. El diario luso Público iba en las últimas horas un paso más allá y lanzaba una información en la que directamente señala que Arriva ha decidido dar un paso atrás en sus planes ante el temor de que el COVID-19 haya vuelto inviable el negocio a corto plazo. El desplome de la demanda ha llevado a la propia Renfe a suspender en España –de momento sine die– servicios como el Tren Hotel o el segundo Alvia diario Vigo-Madrid.

Si bien el COVID ha podido poner la puntilla, el desplome de tráficos y la incertidumbre generadas por la pandemia no son los únicos hándicaps que afronta el proyecto de Arriva. La propia compañía apunta al anticuado estado de la línea y lanzaba ayer un mensaje a las administraciones: “Sería necesaria una mejora de las infraestructuras para emprender un proyecto de esta envergadura”. Sus planes pasaban por cubrir el trayecto entre A Coruña y Oporto en dos horas y 50 minutos, muy por debajo de los tiempos actuales. El tren más rápido del Eje Atlántico tarda a día de hoy 80 minutos en circular de A Coruña a Vigo y los actuales trenes Celta se demoran 142 minutos en llegar hasta Oporto. Hay además una rémora relevante: los convoyes lusos de CP operan en Guixar, no Urzáiz, que es la terminal que aglutina los servicios rápidos del Eje Atlántico.

Hace justo un año Infraestruturas de Portugal estimaba además que la mejora de la línea no estaría completada en su territorio hasta 2021, lejos del calendario que manejaba inicialmente Arriva. En inicio la compañía anunció su servicio para julio 2019, si bien ante la CNMC apuntaba ya a 2020. La infraestructura no representaría el único problema, sin embargo. Público deslizaba ayer otro condicionante: la dificultad que se encuentran las empresas privadas para explotar un servicio ahora en manos de operadores públicos. En España la Comisión Nacional de la Competencia (CNMC) dio su visto bueno a la propuesta de Arriva en mayo de 2019, cuando concluyó que su actividad no amenazaría la continuidad del servicio que presta Renfe e incluso beneficiaría a los pasajeros.

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