Las algas no solo aportan gran cantidad de vitaminas y minerales a nuestra dieta, sino que también contienen sustancias bioactivas neuroprotectoras, antiinflamatorias e incluso antivíricas, de hecho, se está estudiando su utilización para combatir la Covid-19. La empresa Algamar ha puesto a punto una nueva planta de extracción de estas moléculas para el desarrollo de nutracéuticos –alimentos o compuestos presentes en comidas con efectos beneficiosos para la salud– que comenzará a comercializar en 2021. Los primeros productos, desarrollados dentro del proyecto NeuroFood en colaboración con la UVigo, buscan favorecer el desarrollo neurocognitivo y prevenir o frenar demencias, pero continúan trabajando en nuevos compuestos y funcionalidades.
“Los resultados han sido muy buenos y vamos a intentar seguir en esta línea para desarrollar productos de vanguardia y diversificar nuestra actividad"
"Las algas son unos alimentos espectaculares, no solo para consumirlos directamente. En las culturas orientales están presentes desde hace miles de años y se relacionan con su longevidad. En Galicia contamos con este recurso tan especial, que está infravalorado e infrautilizado y que puede aportarnos mucho más”, destaca Sergio Baamonde, biólogo de Algamar, la primera empresa española que se especializó en la recolección, secado y elaboración de algas marinas para uso alimentario.
“Además del ejercicio físico, la reducción del estrés y el descanso, una buena alimentación es clave para la salud y refuerza nuestro sistema inmunitario frente a una gripe y otros virus como el SARS-CoV. A veces, la gente solo piensa en los fármacos, pero una dieta sana es muy importante porque refuerza esas defensas”, añade el experto.
Las algas tienen, en muchos casos, más nutrientes que los vegetales terrestres y aportan gran cantidad de minerales, proteínas y fibra para una dieta equilibrada. Pero además contienen biomoléculas –polisacáridos, polifenoles, carotenoides, etcétera– que las convierten en alimentos funcionales por sus propiedades antioxidantes, neuroprotectoras, antiinflamatorias y antivíricas.
“Estas sustancias ya se utilizaban en farmacología y cosmética, por lo que nos planteamos aprovecharlas también para alimentación. En la empresa ya contamos con algas para consumo directo y productos que las contienen y esto sería un paso más”, añade Baamonde.
Los compuestos proceden de las principales variedades de macroalgas presentes en Galicia –espagueti de mar, kombu, wakame , nori y lechuga de mar– y fueron extraídos y analizados por los investigadores del grupo de Investigaciones Agroambientales y Alimentarias de la UVigo que dirige el catedrático Jesús Simal.
“Las sustancias bioactivas se obtienen a través de sencillas maceraciones, por lo que el proceso es más natural y económico. Los investigadores realizaron los análisis y la optimización y los resultados fueron muy buenos.”, explica Baamonde.
"La pandemia retrasó el proyecto, pero ahora estamos en la segunda fase para realizar la extracción a nivel industrial en la nueva planta piloto"
El proyecto NeuroFood tiene una duración de dos años –2019 y 2020– y está respaldado por la Axencia Galega de Innovación (GAIN) y la Consellería de Industria. Involucra a varias empresas gallegas, universidades y centros tecnológicos para desarrollar alimentos funcionales y complementos alimenticios que ayuden al desarrollo cognitivo.
“Desde sus comienzos, la empresa ha estado muy involucrada en la investigación y la innovación. Éste es nuestro primer proyecto con el grupo de Jesús Simal, pero antes hemos colaborado con las universidades gallegas, la Complutense y el CSIC para avanzar en la innovación y la valorización del producto”, subraya Baamonde.
La empresa tiene su planta principal en el municipio de Pazos de Borbén, además de otras instalaciones en A Lama y Ortigueira. La idea es que el proyecto Neurofood suponga el comienzo de una nueva línea de alimentos funcionales y de complementos o suplementos de la dieta: “Los resultados con otras sustancias también han sido muy positivos y seguiremos investigando nuevas funcionalidades con la UVigo. Incluso en un futuro quizá podríamos explorar sus propiedades antivíricas y antibacterianas”.
