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La SGAE, sin piedad pese a la pandemia: demanda incluso a negocios ya cerrados

El cerco de la Sociedad a la hostelería y otros sectores cayó un 80% respecto al 2019 | La ausencia de la actividad dificulta al juzgado de lo Mercantil localizar al propietario

Una televisión en la terraza prácticamente vacía de una cafetería. | // JOSÉ LORES

Cuando hay música o un televisor de por medio, pocos son los negocios que se escapan al cerco de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE). El problema llega cuando no hay locales a los que controlar. Y es que el negocio que genera la entidad por reclamar estos derechos de propiedad intelectual tocó fondo este 2020 a consecuencia del coronavirus ya que el cierre de muchos locales, primero por el confinamiento domiciliario y después por la inestabilidad y restricciones, motivó que solo interpusieran ante el Juzgado de lo Mercantil número 3 de Pontevedra, con sede en Vigo, un total de 18 demandas frente al centenar registradas en años anteriores contra bares, hoteles, comisiones de fiestas o incluso corales o agrupaciones musicales sin ánimo de lucro.

Si ya la hostelería es uno de lo sectores más perjudicados por las medidas sanitarias y de contención del virus con reducción de horarios o cierres intermitentes, las demandas de la SGAE no discriminan en su actividad. Precisamente, cafeterías, restaurantes o bares que echaron el cierre y apagaron fogones de forma definitiva centran buena parte de sus reclamaciones actuales.

Esta situación deja al personal judicial en una situación complicada, ya que al encontrarse los negocios cerrados, localizar a sus propietarios o gerentes se vuelve mucho más laborioso, dilatando el proceso durante meses. Porque, según precisan fuentes judiciales, raro es que estos litigios no terminen en una sala de vistas. “En muy pocos casos, el o la demandada pagan antes de litigar; existe alguno pero contados”.

De esta veintena de demandas entrantes en 2020, en ningún caso se ha producido una conciliación: o el demandado paga por los derechos reclamados en cuanto recibe la demanda o la causa termina en juicio; que habitualmente se resuelven a favor de la SGAE.

Victorias judiciales

Pero no todas las sentencias son ganadas por la entidad en vía judicial. Un ejemplo de ello es el caso del bar conocido como “La Mona”, en el puerto de Canido, fechada hace poco menos de un año. El juzgado de lo Mercantil desestimó la demanda presentada por la Sociedad y por otras dos entidades que gestionan derechos de propiedad intelectual contra el negocio hostelero. Éstas reclamaban algo más de 1.100 euros por la tenencia de un televisor en el local en el que, alegaban, se reproducían obras gestionadas por ellos. Pero el magistrado rechazó sus argumentos porque en las actas de visita no se concreta de qué repertorio protegido se estaría haciendo uso y porque, en este caso, la “simple tenencia” del televisor no puede sustentar una condena ya que la zona donde se ubica, en el interior del negocio, indica un “uso privativo” del mismo por parte del personal del bar. Los clientes suelen estar en la terraza cubierta exterior. También el dueño de un pequeño bar en calle Zamora –Café Manolo– logró ganar la batalla a la SGAE.

Estos procedimientos de derecho intelectual conforman, junto a las demandas en materia de transporte, el grueso de la carga de trabajo de esta sala Mercantil. Este año y a tenor de la actividad económica, serán previsiblemente las demandas aéreas a consecuencia de las cancelaciones de vuelos las que copen las estadísticas de este juzgado vigués.

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