Los meses de confinamiento, las restricciones de aforo, el adelanto de la hora de cierre, el toque de queda y el cierre perimetral de la ciudad ha dejado a la hostelería de la provincia, explica su portavoz, César Sánchez-Ballesteros, en “una situación crítica”. “Estamos en quiebra técnica”, alerta el presidente de la federación provincial (Feprohos), quien reconoce que ante los rebrotes de Covid-19 el colectivo ha dejado de mirar con esperanza incluso la campaña de Navidad. Ayer mismo más de un centenar de hosteleros se concentraron ante la delegación de la Xunta para alertar de su situación, agravada por el veto a las reuniones entre personas que no conviven. Con el fin de trasladar sus reivindicaciones a los organismos públicos, ayer los directivos de Feprohos celebraron una reunión en la que acordaron salir a la calle para exigir apoyo.

A la espera de que se perfilen los detalles, la federación decidió celebrar el viernes una caravana de protesta que formarán los hosteleros al volante de sus propios vehículos. El objetivo, comenta Ballesteros, es trasladar su mensaje de forma clara respetando al mismo tiempo las medidas de seguridad para frenar el Covid-19. En el caso de que deban ceñirse a un cierre perimetral, por ejemplo, la marcha se realizará por Vigo. Iniciativas similares se plantean para Pontevedra y otras localidades.

Sánchez-Ballesteros explica que el sector no busca entorpecer el tráfico ni el acceso a la ciudad, pero sí visibilizar la situación crítica que atraviesa la hostelería. También enviarán a Gobierno, Xunta, Diputación y ayuntamientos sus propuestas, como un aplazamiento en el pago de los tributos (IBI o IAE, por ejemplo) o incentivar el consumo mediante una rebaja del IVA. La crisis se extiende también al ocio nocturno o los caterings. “Es igual que si estuviéramos cerrados”, lamenta José Domingo, vicepresidente de Feprohos y portavoz del colectivo. El Covid-19 –responde a FARO– ha afectado a 2020, pero también a las previsiones de 2021.