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Iván Álvarez: "Los médicos me dijeron que volví a nacer; nunca viví tanta violencia"

"El adoquín que me tiraron me ha dejado secuelas, aún tengo lesiones cerebrales"

Iván Álvarez, policía herido en Cataluña y Vigués Distinguido. // A. Villar

El pleno del Concello de Vigo aprobó esta semana la concesión de los galardones Vigueses Distinguidos. Uno de ellos será para Iván Álvarez Faginas, Policía Nacional miembro de los antidisturbios que el pasado octubre fue herido de gravedad en los incidentes que se vivieron en Cataluña por la sentencia que condenó a prisión a los políticos independentistas. En su primera entrevista con medio desde su incidente, Iván Álvarez, natural de Coia y que ahora vive con su mujer y sus dos hijos en Gran Vía, cuenta que le tiraron un adoquín desde un edificio que le rompió el casco, le fracturó el cráneo y le dejó importantes secuelas hasta el punto que continúa de baja sin fecha prevista de vuelta.

-¿Qué recuerda del día en que fue herido durante los disturbios en Cataluña?

-Nos llamaron para ir al aeropuerto de El Prat, cuando comenzaron los disturbios. Luego accedimos por una calle principal hasta la plaza de Urquinaona. Allí nos parapetamos detrás de unos contenedores para protegernos de los lanzamientos de objetos que estábamos sufriendo, la situación era muy violenta. Entonces nos mandaron hacer un relevo a la zona derecha de la plaza, y a partir de ahí es cuando ya no recuerdo nada. Según me cuentan es cuando recibo el brutal impacto de un adoquín que me lanzaron desde un edificio colindante. Tuve la mala suerte que me impactó en el centro del casco, me desplomé inmediatamente. Me provocó una brecha que requirió siete puntos de sutura y se me fracturó el cráneo, y a raíz de todo esto tuve una neumonía bilateral que me ocasionó un fracaso respiratorio. Debido a eso me tuvieron que sedar e intubarme durante cinco días. Yo no me enteré de nada, cuando me desperté mi mujer y mis compañeros me contaron todo lo que había pasado. El impacto también me provocó una rotura cervical.

-¿Cuánto tiempo estuvo inconsciente?

-El incidente sucedió un viernes y me despierto en el hospital el miércoles. No recuerdo nada concreto de lo que pasó esos días, lo último de lo que soy consciente es de cuando estábamos parapetados en la plaza.

-Como antidisturbios tuvo que vivir situaciones complicadas. ¿Alguna peor que la que vivió en Cataluña?

-Nunca. Llevo trece años en esa unidad y nunca había vivido una situación tan violenta y de tanta agresividad hacia nosotros. Sin duda fue la vez que he visto una mayor violencia. Los médicos me dijeron que guardara la fecha del 18 de octubre como la de mi segundo nacimiento. Me comentaron que dentro de la desgracia tuve bastante suerte, que sino llego a tener una condición física buena probablemente no lo hubiera contado. Como miembro de la unidad de antidisturbios, en la que llevo trece años, me destinaron a los lugares más complicados: estuve en Ceuta, en Melilla, en finales de Champions, en Copas del Rey, en manifestaciones violentas de todo tipo, pero nunca me he enfrentado a algo como lo que vi en Cataluña.

-¿Cómo se encuentra ahora?

-Ahora tengo que ir a los servicios sanitarios de Madrid para que me evalúen. No sé si me voy a reincorporar o no al servicio policial, dependerá de la evolución de las lesiones. Lo que tengo claro es que no volveré a la unidad de antidisturbios. Llevo trece años en ella, y mi vida a los 42 años no es la misma que cuando tenía 29. Aquí tengo mi casa, estoy casado, tengo dos hijos y no me puedo pasar varios meses fuera. Tampoco me siento preparado para aguantar situaciones como las que vivimos en Cataluña. Puedo aceptar ir a algún puesto en la Comisaría, pero no a los antidisturbios. Ahora estoy en rehabilitación, siguiendo las indicaciones que me dan los médicos y realizando pruebas. No puedo trabajar. Hace mes y medio me hicieron una prueba neurológica y me dijeron que todavía tenía una lesión en la corteza cerebral que me provoca un trastorno visual. Aparte de eso, tengo molestias cervicales, falta de sensibilidad en manos y en una pierna... Las secuelas siguen ahí porque las lesiones cerebrales todavía no se curaron.

-Hablaba de su familia, me imagino que para ellos también fue muy complicado todo aquello...

-Mi mujer tuvo que dejar a los niños en Vigo para trasladarse a Barcelona. Fue una situación muy difícil.

-Estuvo en el hospital de Barcelona casi dos semanas y llegó al Cunqueiro el 31 de octubre. ¿Qué recuerda de su llegada al hospital de Vigo?

-Los cuatro primeros días estuve en la UCI y luego me subieron a planta. El mismo día que llegué vino a verme el alcalde Abel Caballero, que fue la primera visita que tuve en el hospital. Nos transmitió a mí y a mi familia el apoyo y el cariño de la ciudad. Me dijo que estuviera tranquilo y que si necesitase cualquier cosa que contara con él. En ese momento ya me dijo que iba a proponerme para nombrarme Vigués Distinguido.

-Como vigués, ¿qué significa para usted recibir esa distinción?

-Yo nací aquí, mis padres y mis abuelos también son de Vigo... Claro que esto para mí es un honor y un orgullo. De todas formas este galardón también lo tengo que hacer extensible a mis compañeros del grupo Raya 30, que era con los que estaba trabajando en el momento del indícente codo con codo y estábamos cumpliendo con nuestro deber y nuestra obligación que es defender la Constitución. Tuve la desgracia de ser yo al que le cayese un adoquín. También tengo que recordar al compañero de Coruña que recibió un impacto en el brazo poco antes que yo.

-Decía que no quiere volver a los antidisturbios. ¿Qué papel le gustaría tener en la Policía cuando reciba el alta?

-Ahora mismo estoy a la espera de que me evalúe el tribunal médico de Madrid en función de los informes clínicos que les envíe desde Vigo. A partir de ahí tomarán una decisión a ver si me prorrogan la baja en función de la evolución de las lesiones o si directamente ven que no puede hacer gran cosa y me jubilan. Lo único que tengo claro es que a los antidisturbios no voy a volver, veremos si puedo ir a una Comisaría.

-¿Cómo vivió los grandes recibimientos que le dedicaron sus compañeros de la Comisaría de Vigo y sus vecinos cuando regresó a casa?

-Soy una persona discreta, de perfil bajo. No me gusta la notoriedad. Pero todos los recibimientos fueron emocionantes, que te valoren de esa forma y sientas el apoyo de tus compañeros es muy positivo. Durante todos estos meses he sentido el apoyo tanto de compañeros como de ciudadanos que no me conocen y me desean una pronta recuperación. También tengo que decir que aquí en Vigo nunca he tenido ningún problema ni ningún incidente con nadie por el hecho de ser Policía. Siempre he estado muy a gusto. Quiero pasarme toda mi vida en esta maravillosa ciudad.

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