Santiago Salsón Casado (Zamora, 1968) es el coordinador del departamento de Observación y Climatología de Meteogalicia. En pleno mes de junio, la comunidad gallega ya se encuentra enfrascada en el periodo de más actividad de rayos, que va de mayo a septiembre.
-¿Cómo se producen las tormenta eléctricas?
-En primavera y verano, los días comienzan a ser más largos y hace calor en superficie y, con las entradas de aire frío en las capas medias de la atmósfera, se genera un desequilibrio térmico que, junto con la humedad, hace que se formen las tormentas. Existe un movimiento convectivo de las corrientes de aire de las gotas de lluvia subiendo y bajando dentro de la nube, lo que provoca que las cargas eléctricas se separen: las negativas suelen ir a la parte baja de la nube y las positivas se suelen acumular en los topes. Ese desequilibrio hace que salten los rayos: la tierra está cargada de forma negativa en una situación neutral; debajo de los topes de las nubes, se empieza a cargar de forma positiva la tierra por compensación con la acumulación de cargas negativas. Los rayos suelen saltar desde la base de la nube a la tierra (si se trata de un rayo negativo) o desde el tope de la nube (positivo).
-¿Qué diferencia hay entre estos tipos de rayos?
-Los positivos, al salir de las zonas más altas de la nube, tienen que atravesar una mayor capa de atmósfera y, si consiguen abrir esa brecha hasta el suelo, la descarga en amperios es bastante mayor que la de los rayos negativos. Además, pueden alcanzar puntos que están hasta unos 10 kilómetros desde donde se sitúa la tormenta. Aunque veamos una tormenta un poco lejos, no quita que pueda caer un rayo cerca.
-¿Cuáles se dan más?
-Lo habitual es que haya más rayos negativos, ya que es más fácil que abran la brecha para que se produzca la descarga. En Galicia, el 65% de los que cayeron en 2019 fueron negativos y el 35%, positivos.
-¿Es Vigo una zona con actividad de rayos?
-No. En Galicia, la provincia en la que más rayos se detectan es Lugo, seguida de Ourense. Es decir, las del interior: son zonas con más relieve montañoso y eso favorece el desarrollo convectivo al haber temperaturas más altas y entradas de aire frío en altura. En las costas, es más complicado que se registren.
-¿Se pueden aprovechar los rayos para generar energía?
-Lo veo complicado por la irregularidad tanto temporal como geográfica. En las zonas tropicales, donde se producen la mayor parte de las tormentas eléctricas, puede que sí se pueda, pero lo desconozco.
-¿Podrían causar accidentes aéreos?
-Ha habido casos, pero los aviones están muy preparados. Se regsitran muchos impactos de rayos en los aviones en vuelo, pero están fabricados para que entren y salgan de la estructura y no les afecten. Lo tienen muy controlado, a pesar de que puede haber excepciones muy concretas. Sería un episodio raro.
-¿Y daños personales?
-Una de las cosas que la gente no sabe es que la mayor parte de las muertes no se producen por el impacto directo del rayo, que es muy improbable, sino por la corriente que se genera al estar el terreno mojado. Solo con tener las piernas un poco separadas, la corriente podría entrar en una pierna, pasar por la zona torácica y salir por la otra pierna: eso produce una descarga que te provoca la muerte por electrocutación. Ese efecto es más importante en los animales, ya que tienen las patas de delante bastante separadas de las de atrás.
-¿Cómo se debe actuar?
-Si te pilla una tormenta en el campo sin posibilidad de refugio, no se deben separar las piernas, sí quedarse en cuclillas; si puede ser sobre un pie, mejor. Así, la descarga pasa de largo.
¿Cuánta gente muere al año en España por causa de los rayos?
-Una media de 10-15 personas.
