En tiempos del Covid-19 las carreteras se convierten en termómetros que dan una idea del pulso de las ciudades. Cuando se activó el estado de alarma y los vigueses empezaron a quedarse en casa, uno de los primeros espacios en los que se dejó sentir el confinamiento fue en los grandes viales que vertebran el municipio, como Avenida de Madrid, Gran Vía, la circunvalación, la A-55 o la AP-9. Y cuando, a la inversa, el 13 de abril la economía empezó a descongelarse con la vuelta al trabajo de parte de la industria y la construcción
Lo constata un simple vistazo a las grandes avenidas y calles. Y lo acaba de confirmar, con datos precisos, el Ministerio de Transportes. Sus mediciones sobre movilidad municipal muestran cómo desde el regreso de Semana Santa los movimientos en general han aumentado de forma considerable en el municipio. Siguen estando a años luz de los datos que se recogían a finales de febrero, antes de que el coronavirus paralizase el país; pero dibujan ya un repunte sensible si se comparan con los anotados a lo largo de las semanas en las que el Gobierno decretó la parálisis de toda actividad "no esencial".
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El estudio elaborado por el Ministerio de Transportes mide "viajeros", en general, y diferencia entre los flujos de salida, entrada y los que se registran en el interior de la propia ciudad. Los dos primeros han constatado un aumento considerable a lo largo del último medio mes si se comparan con los datos de finales de marzo y comienzos de abril, cuando el Gobierno central paralizó la construcción.
El flujo de movimientos de entradas que anotaron los técnicos el pasado viernes, 24 de abril, por ejemplo, es un 47,1% superior al del primer viernes del mes, el día 3, antes de Semana Santa y durante el peor momento de la parálisis económica. En el caso de las entradas, la evolución es similar, con un alza que roza el 50%. No es un caso aislado. Algo similar ocurrió el miércoles, cuando los flujos de salida y acceso repuntaron, respectivamente, un 44,5 y 46,3% sobre inicios de mes.
Fluidez en el centro de la ciudad
La tendencia es algo diferente en el caso de los movimientos interiores, los que se dan dentro de la propia ciudad. Se registran alzas también, pero mucho más tenues que en los desplazamientos de acceso y salida a Vigo En el caso del viernes, por ejemplo, los flujos de personas en la urbe repuntaron un 9% y el miércoles un 6%. Si se compara con los festivos de Pascua el alza es mucho más marcada.
Una de las claves de esa doble velocidad es que durante los movimientos internos, sin salir ni entrar en el municipio, se habían visto ya de partida mucho menos afectados por el Covid-19 que los exteriores. Al mantenerse una actividad mínima incluso durante lo más duro del confinamiento -los servicios sanitarios, supermercados, farmacias, quioscos... siempre se mantuvieron activos- se genera un goteo de peatones que hace que la diferencia con respecto a una jornada habitual no sea tan acuciada. Al menos, no con el calado que soporta la AP-9.
En cualquier caso, las mediciones constatadas por el Ministerio de Transportes siguen estando muy lejos de las que se registran habitualmente en la ciudad. A pesar del repunte de desplazamientos, el viernes pasado el flujo de entrada y salida en VigoEn el propio municipio, los movimientos internos representan más o menos la mitad de los que se anotaban antes de que el Covid-19 obligase a activar el estado de alarma.
Durante las primeras semanas de abril el coronavirus paralizó algunas de las obras que generan un mayor movimiento en Vigo, como la Ciudad de la Justicia o Vialia.
