En sus instalaciones del campus vigués se definen los métodos de control que deben utilizar los estados miembros, cuando así lo decide la UE, y también se forman los expertos que después los aplican en sus respectivos países. La crisis del coronavirus ha dejado en suspenso una parte del trabajo diario que desarrolla el Laboratorio de Referencia Europeo para Biotoxinas Marinas, pero sus investigadores continúan activos desde sus confinamientos.

"La Comisión nos ha dado flexibilidad para priorizar lo que pueda realizarse mediante teletrabajo. Nuestras actividades están relacionadas con el asesoramiento y apoyo a la propia Comisión o a la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) en materia de biotoxinas marinas y fitoplancton. Y también con las guías para el control microbiológico de las zonas de producción de bivalvos. Estas tareas las seguimos desarrollando desde casa conectados por correo y videoconferencia. Nos estamos centrando en reuniones telemáticas y revisiones de documentos y legislación para que, en cuanto nos podamos reincorporar, nos centremos única y exclusivamente en el trabajo de laboratorio", explica su directora y profesora de la Universidad de Vigo, Ana Gago.

La cuarentena también les ha obligado a suspender los entrenamientos del personal que trabaja en los laboratorios nacionales de la UE o de terceros países, que en general mantienen una "mínima actividad" con muy poco personal.

"Lo habitual es que ellos vengan a Vigo para conocer las técnicas y después les enviamos muestras para que las analicen y hacer ensayos de aptitud. Y también nosotros nos desplazamos allí para revisar el trabajo. Aunque aún no había fecha definida, estaba prevista la visita del laboratorio de Grecia para antes del verano, pero se ha tenido que posponer. Y también otra de terceros países", comenta Gago.

Los nuevos métodos en los que trabajaban los investigadores del Laboratorio de Referencia antes del confinamiento están relacionados con las toxinas emergentes en pescados. Y vinculadas a este ámbito también se estaban desarrollando varias tesis doctorales. "Los estudiantes tenían ensayos celulares y cultivos biológicos en marcha que siguen manteniendo en el laboratorio con un permiso especial. Se turnan para vigilarlos sin coincidir y cumpliendo las medidas de seguridad. Son cinco personas a las que le dirijo la investigación y tienen que presentarlas porque se les acaba la financiación", apunta Gago.

El Laboratorio de Referencia para Biotoxinas Marinas, con sede en Vigo desde 1993, se trasladó al edificio Citexvi del campus en 2012. Actualmente cuenta con diez investigadores contratados por la UVigo o a la Agencia Española de Consumo y Seguridad Alimentaria (Aecosan).