Es todavía una "foto satélite" de cómo será el urbanismo vigués de las próximas décadas, pero Abel Caballero resaltó ayer algunos trazos que marcan la filosofía el borrador del Plan Xeral, desgranado por FARO el pasado domingo y lunes. Se trata de un documento "sostenible", con un gran peso de lo "verde"; "realista" aunque con "holgura" en la previsión de nuevas viviendas y "ambicioso" en el suelo industrial, en comparación con el PXOM de 2008, tumbado por la justicia hace poco menos de un lustro, y poco actualizado a las corrientes urbanísticas. "No se podría desarrollar ahora", apostilló.

Después de defender el trabajo de un año en el diseño del nuevo Plan, el alcalde informó que el pasado 17 de abril habían enviado a la Xunta el documento estratégico para solicitar el inicio de la fase de evolución ambiental estratégica, una de las primeras etapas de un largo camino administrativo. Y confirmó algunas de la hipótesis en las que ya se trabaja. Una de las principales, como adelantó este diario, es la reserva de suelo para la construcción de 50.000 viviendas. La cifra significa un incremento de tercio sobre el parque actual (compuesto por alrededor de 143.000), y de cerca del doble respecto a las 115.000 que el gobierno municipal considera "útiles". En este caso no se cuentan las que se levantarán en las 50.000 parcelas cuya edificabilidad quedó desbloqueada en verano con la aprobación de la ordenación provisional. Sin embargo, en comparación con las 120.000 que planteaba el PXOM de 2008, la expansión residencial es más razonable. Frente a aquel que era "excesivamente ambicioso", este perfila una proyección "realista" pero con "holgura", abundó el alcalde. Sobre todo, conociendo el estancamiento del crecimiento de la población en los últimos años. ahora se busca "compactar la ciudad" sin perder la "calidad de vida en el rural" y hacer una ciudad más dispersa.

Lo opuesto ocurre con suelo industrial. Caballero reivindicó que el borrador plantea una generación de 2 millones de metros cuadrados con las ampliaciones de los polígonos de Balaídos, PTL, la zona viguesa de A Pasaxe, Ameal -junto a Peinador- o en el entorno del Campus; más la estimación del eje empresarial de la avenida de Madrid-Meixoeiro.

En zonas verdes, el primer edil hizo hincapié en el aumento de seis parques a 14 -hasta los 3,2 millones de metros cuadrados- con un protagonismo singular para el parque "líneal" perfilado en torno al Lagares y otras zonas como Samil.

El protagonismo en el apartado de dotaciones es para la ciudad deportiva barajada en A Balsa -parroquia de Comesaña, junto a la VG-20-, de unos 110.000 metros cuadrados susceptibles de ser ampliados "a mucho más", que se encontraría a "cinco minutos" de Balaídos y que se postula como alternativa a los planes de traslado del Celta a Mos. Además, desaparece el proyecto de la ciudad deportiva en Valladares, que será zona verde.

No será lo único que desaparece. Caballero confirmó el descarte de la Ronda -un "disparate", "una gran agresión a la ciudad"-, la Ciudad del Frío en Matamá y Porto Cabral, el macrocentro comercial planeado por Intu-Eurofund. "Nuestro modelo de la ciudad no es el de zonas comerciales fuera de la ciudad", dijo.

En adelante, el Concello espera tener el informe ambiental de la Xunta en octubre y a partir de ahí consensuar el Plan con los agentes sociales y económicos, para tenerlo aprobado en 2023. Mientras, desde el PP, su portavoz, Alfonso Marnotes, calificó como "muy grave" el arranque de la tramitación de un documento "que no conoce nadie". ¿Por qué se hace ahora, ¿qué quieren ocultar?". En el BNG, el edil Xabier Igrexas lamentó la "falta de transparencia" y reclamó "máximo consenso" para elaborar el documento urbanístico.