Lejos de ser una jornada tranquila, el Día del Padre fue muy ajetreado para la Policía Local de Vigo en pleno estado de alarma por la pandemia del coronavirus. "Estamos desbordados", confesaban. Al aluvión de llamadas telefónicas recibidas en su centralita, se unieron la multitud de intervenciones en la calle. Desde la mañana y hasta las ocho de la tarde los agentes llevaban 31 sancionados por paseos que en el actual contexto no están permitido o por reuniones de vecinos en zonas comunes de edificios, algo también prohibido. Fue la cifra más alta desde que entró en vigor el real decreto. Con las de ayer, desde que el domingo arrancó el estado de alarma los policías municipales ya denunciaron a más de 60 vigueses. Y faltan las sanciones efectuadas por la Policía Nacional, que dispararán este balance.

Cada día hay más denuncias por incumplir la directriz de quedarse en casa salvo en los supuestos permitidos. La Policía Local efectuó 6 el lunes, 10 el martes y 14 el miércoles. Ayer, pese a ser festivo, fueron más de 30. A eso hay que unir los identificados, a los que se les da una oportunidad y se les avisa de que a la siguiente sí serán multados. Solo entre el lunes y el miércoles se hizo esta advertencia a 159 vigueses.

Y ayer la cosa se complicó con peleas y discusiones familiares de confinados en sus casas: entre hermanos o entre hijos y padres. También hubo quejas vecinales por ruidos o música en edificios. Y este contexto de obligatoriedad de quedarse en casa solo acaba de empezar.