Sin siquiera echar mano de los datos, bastaría con un paseo a pie por el centro de Vigo para comprobar que el rostro de la ciudad está cambiando. Lo constatan las vallas que cercan los trabajos en la calle, los cartelones que anuncian esta o aquella humanización, y muy especialmente, lo padecen -momentáneamente, eso sí, y en aras de un bien mayor- los conductores que se ven sometidos a los desvíos y cortes del tráfico. Ese test de estrés circulatorio tiene su causa, hoy, en Porta do Sol, en las rampas de Gran Vía o en la remodelación de Ronda don Bosco... Pero de ese cúmulo de planes, al final, surgen balances como el que acaba de publicar recientemente la Federación Gallega de la Construcción, que vuelve a colgar en el cuello del Ayuntamiento la medalla de oro de la comunidad en licitación de obra públicas. El año pasado contrató actuaciones por valor de 39,06 millones, un ritmo inversor frenético ligeramente inferior al de 2018 (48), pero que consolida el vuelo emprendido desde 2017 (14).
Como ya ocurriera el año pasado, el informe de los constructores vuelve a reflejar la abrupta distancia que separa a Vigo, la más poblada, del resto de urbes gallegas. Si el Concello olívico lanzó contratos por casi 40 millones, el resto de grandes capitales juntas tramitó inversiones por 27,78 millones, es decir, un 40% menos que la cuenta viguesa. En todos los casos concurrió además una circunstancia: la celebración de las elecciones municipales
La segunda plaza en la clasificación la ocupa el Ayuntamiento de Pontevedra con 8,74 millones licitados, seguida, en tercera posición, por A Coruña, que licitó 6,8 millones. Fuera de posiciones de cabeza se hallan los 4,97 millones en obras activados por Lugo, los 3,18 licitados por el gobierno local de Santiago de Compostela y los 2,67 de la administración ferrolana. El último lugar de este ranking urbano lo ocupa Ourense, que pese a ser la tercera ciudad más habitada de Galicia, apenas licitó proyectos por 1,4 millones, viéndose superada por municipios con a priori mucho menor músculo en caja como Muros, Cangas u O Pino por citar algunos de los inmediatamente superiores en la tabla.
En el caso de Vigo, buena culpa de su liderazgo la tienen inversiones llamadas a sentar precedente. La principal es la humanización de Porta do Sol, que suprimirá el tráfico en superficie gracias a la construcción de un túnel. En junio del año pasado el Concello licitó los trabajos por 14 millones -financiados en gran medida por fondos europeos-, con un presupuesto total de 17 millones y un plazo de ejecución de 24 meses, finalmente adjudicados a la UTE de Civis Global y Gevora Construcciones. Eso, sin contar los planes, revelados por FARO, para ampliar el subterráneo por Paseo de Alfonso (6 millones), pendiente de tramitarse. Por otro lado está la licitación en noviembre, por 9,8 (aunque el contrato asciende a 11,8), de los accesos al centro Vialia de Urzáiz, que recaerán al 75% en fondos de Adif, 21% del Concello y menos de un 5% en la Xunta.
El 2019 también fue un año de humanizaciones. Doce meses en los que el Concello licitó por 2,7 millones la conversión de la Estrada do Porto en una vía urbana, después de que lograr que su propiedad pasara de la Diputación al patrimonio municipal. Además, se impulsó una de las remodelaciones más relevantes del centro: la de Ronda don Bosco. El gobierno local la licitó por 1,53 millones a mediados de año, con un aporte de la Diputación de 900.000 euros. Están en marcha desde finales de mes de enero, con un plazo de ejecución de diez meses. Más problemas dio la licitación por 1,1 millones de la conversión del trazado ferroviario en desuso a Redondela en la Vía Verde (un sendero abierto a la ciudadanía): la renuncia de la empresa adjudicataria forzó al Concello a reanudar todo el procedimiento.
La humanización de parte de García Barbón (420.000), la modernización de campos de fútbol en Sárdoma, Monte da Mina o San Andrés de Comesaña (594.000), los planes de reparación de firmes (incluido el túnel de Beiramar, Urzáiz, avenida Castelao o Areal), o la construcción de cubiertas para el colegio García Barbón (165.000) son otras actuaciones que se suman a la lista, entre otras que figuran en el portal de transparencia.
Mientras, en los catorce concellos del área de Vigo se alcanzó una licitación conjunta de 14,5 millones de euros, en la que destacan los 2,43 de Redondela, los 1,75 liberados por O Porriño o los 1,7 de Moaña. Le sigue los 1,27 de Baiona y los casi 1,2 de Gondomar y Salvaterra. Nigrán, con 1 millón marca la frontera por debajo de las siete cifras: tras ella están los municipios de Mos (727.000), Salceda (827.000), Fornelos (466.000) y Soutomaior (389.000).
